jueves. 18.04.2024
El Tiempo

De otros países entre nosotros

"Una aportación esencial al discurrir de nuestra vida, en nuestra localidad, en nuestro estado, en el país mismo, la traen consigo todas aquellas personas procedentes de otros países, quienes por alguna razón han tomado a México como su residencia"

De otros países entre nosotros

Una aportación esencial al discurrir de nuestra vida, en nuestra localidad, en nuestro estado, en el país mismo, la traen consigo todas aquellas personas procedentes de otros países, quienes por alguna razón han tomado a México como su residencia. Hoy esos movimientos migratorios hacia nuestro país son una realidad evidente muy visible; sin embargo, al echar la mirada hacia atrás en nuestra historia, queda claro que han sido una constante.

En nuestros días, la dinámica de los mercados globalizados aproxima a gente de muchos países por motivos laborales, en otro momento ocurrió algo parecido con quienes debieron dejar sus naciones a causa de la instalación de las dictaduras y encontraron una salvaguarda entre nosotros, y antes la segunda guerra mundial hizo que viniesen habitantes de otras latitudes, y antes también la guerra civil en España había echado fuera a muchos de sus hijos considerados como adversarios que tomaron la mano amiga de México, y más antes otras guerras por diversos motivos ocurridas en nuestro territorio dejaron a excombatientes a vivir con los mexicanos, y así sucesivamente hasta llegar a los colonizadores españoles.

Lo importante de esos movimientos radica en que al parecer sus protagonistas comparten una visión, que acaba por ser bienhechora: todos se han movido considerando que más allá de sus fronteras la vida tenía una oportunidad. A veces una mejor oportunidad, a veces la única oportunidad para que la vida vuelva a prosperar y continúe. Esa visión, y con ella las actitudes y actividades consecuentes, es una savia nueva que confirma, renueva y fortalece el árbol que es el país adonde llegan. Ingenio, industriosidad, tenacidad, superación de adversidades, ideas originales, servicio y agradecimiento, enriquecimiento de las estirpes, aportaciones al patrimonio mexicano, entre otras muchos beneficios, se generan con estas inclusiones.

Con bastante frecuencia, en estos casos, algún elemento que ha estado presente en la gran adversidad suele ser el motor que posibilite el florecimiento de nuevas consecuciones. Un descendiente de alemanes, por ejemplo, muchos de cuyos familiares (de quienes se alejó siendo muy pequeño) perdieron la vida a consecuencia de experimentos con sustancias químicas en sus cuerpos, en nuestro país fundó una empresa de productos químicos para vivificar la piel usada en la tenería, y con el fruto de ella también constituyó varias otras empresas orientadas a procurar salud (un hospital), bienestar físico (un club deportivo), una permanencia en la vida (una inmobiliaria).

Un ex combatiente europeo de la segunda guerra mundial vino a México, frente a la devastación y el hambre en su país, y a los días ya estaba embarazada su mujer, con brotes en que empezaba a materializarse ese cuidado de la vida para que continuara. Él murió pocos años después, pero dejó una familia que se ha afanado en cumplir su esperanza y así hay quien en su descendencia se dedica a construir, a edificar, porque sin duda era el deseo de aquel hombre anhelante de vivir.

Un exiliado español, a quien la lectura del Quijote sostuvo su vida en el campo de concentración, llegado a México y pasados los años, donó al país un Museo con obras artísticas del Quijote único en el mundo, a título de gratitud porque su vida no se perdió, prosperó y rindió buenos frutos.

En estos ejemplos es posible observar la fuerza de la vida, indetenible, fragorosa; y cómo de lo difícil, de lo grave, de la casi muerte, surgen cosas buenas, obras de beneficio, visiones que propugnan por la vida. Junto a ese empuje y brío, también es cierto que hay quienes en las familias de esas personas quedan implicados en los sentimientos de tristeza, de melancolía, dolor profundo, ocasionados por la pérdida y el distanciamiento de la tierra nativa, con todo lo que ello abarca: familia, hogar, mundo conocido, vínculos, anhelos y esperanzas, entre muchísimos otros elementos.

De ahí que en ocasiones se haga necesario, a través de sesiones personales buscar de qué manera acomodar esos hechos en la personas, hijos, nietos, de aquellas que superaron o no la gran prueba en que la vida casi se consume. Es digno de señalar que en casos como estos es tan tangible el poderío de la vida, que uno se siente inclinado a agradecer su contribución, y por supuesto movido a ver su propia realidad, en la que no han tenido lugar dislocaciones de esa magnitud. Con ese injerto nace desde luego una oportunidad