Que 20 años no es nada

"El 15 de enero pasado se cumplieron 20 años de la instalación del primer consejo general del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG)"

Que 20 años no es nada

El 15 de enero pasado se cumplieron 20 años de la instalación del primer consejo general del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), cuando dio comienzo a una nueva era dentro de la historia democrática de la entidad. El nuevo instituto era el producto final de una reforma política que tomó más de dos años de intensos debates entre la clase política de la entidad. Hay que recordar que el entono político guanajuatense se vio seriamente afectado por las inesperadas consecuencias de las elecciones de gobernador del estado realizadas del 18 de agosto de 1991. Los conflictos postelectorales fueron “resueltos” mediante la elección de un gobernador interino panista, Carlos Medina, quien asumió como principal compromiso de su administración la realización de una reforma política de avanzada, cuyo instrumento principal fue una comisión pluripartidista que tuvo una agitada vida, la CORPEG, nacida de un acuerdo entre los poderes ejecutivo y legislativo el 14 de noviembre de 1992. El acuerdo rezaba que el proceso de reforma política local estaría encaminado a garantizar “condiciones que propicien la celebración de procesos electorales caracterizados por su confiabilidad, transparencia, limpieza, equilibrio e imparcialidad, de forma que merezcan el calificativo de procesos ejemplares”. Sonaba bien, pero los intereses partidistas impidieron su avance sistemático.

Paralelamente, la reforma política federal pareció incrementar su ritmo en 1993, azuzada por la presión internacional por la firma del Tratado de Libre Comercio. Luego se dejaron venir los eventos dramáticos de 1994, y la reforma federal tomó más brío. Mientras, en Guanajuato la reforma se empantanaba. Hubo que esperar a que se desarrollaran las elecciones del 21 de julio de 1994 –el famoso “voto del miedo”- para que se destrabara la reforma guanajuatense gracias a nuevos actores políticos en el escenario nacional y local. La LVI Legislatura local, tripartidista, logró destrabar las negociaciones y en dos semanas  generó un proyecto de reformas a la constitución local que reavivó la confianza en que los guanajuatenses sí somos capaces, a veces, de ponernos de acuerdo.

Gran parte de las propuestas originales de la CORPEG fueron aceptadas íntegramente o con modificaciones, y el gran punto de desacuerdo, la conformación de la cámara, fue resuelta con una alternativa intermedia: sí se aumentarían los distritos y las correspondientes curules de mayoría de 18 a 22, pero las diputaciones de representación proporcional no serían paritarias a las anteriores, fijándose un máximo de 14.

La reforma al artículo 31 de la Constitución estatal en el proyecto de la CORPEG hablaba de un organismo electoral sin dependencia de los poderes del estado. Se trataba de un auténtico cuarto poder que, al igual que en Costa Rica, modelo de la reforma guanajuatense, tendría facultades jurisdiccionales y capacidad de calificación de la elección. La iniciativa consensada no contradecía a la iniciativa CORPEG en este punto, aunque ya no era tan evidente la consagración de ese cuarto poder. La instancia organizadora de las elecciones se definió autónoma e independiente, al paralelo de un tribunal especializado. Se retomó la propuesta orgánica original  con órganos de dirección y vigilancia  y se ciudadanizó a fondo el consejo general, superando las reformas consagradas a nivel federal. El presidente del naciente IEEG ya no sería el secretario de Gobierno, ni un funcionario designado por el gobernador, sino uno de los consejeros electo por la votación libre de sus compañeros.

Las reformas constitucionales fueron, en términos generales, ampliamente positivas para la democracia guanajuatense. Su expresión en el nuevo código electoral ubicó a Guanajuato en la vanguardia nacional en cuanto a su equidad electoral, en particular gracias a la completa ciudadanización de los nuevos órganos electorales, que a nivel federal se alcanzaría hasta dos años después.

El 15 de enero de 1995 se instaló el Consejo General del IEEG, en ceremonia realizada en el Centro de Convenciones de la ciudad de Guanajuato, donde se ubicaron de manera temporal las oficinas de la nueva institución. Sus primeros cinco consejeros ciudadanos fueron el Ing. Hugo Villalobos González –quien fue electo como su primer consejero presidente-, el Dr. José Ángel Córdova Villalobos, el Ing. Antonio Nieto Antúnez, el Lic. Francisco Javier Cruz Olivares, y el Lic. José Carlos Guerra Aguilera.  El área ejecutiva estaría bajo el mando del Ing. Eduardo Javier Espinosa Alba.

Una institución que se refundaría 19 años después, tras la reforma política del 27 de junio de 2014. El antiguo IEEG se “extinguió”, en términos del artículo noveno transitorio de la nueva Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Guanajuato, y se inauguró una nueva institución homónima, que estamos afanados en rediseñar y potencializar.