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02/05/13

La Santa Cruz del tres de mayo

La Santa Cruz del tres de mayo

El tres de mayo tiene una significación especial para muchos mexicanos, en particular para los relacionados con el ramo de la construcción: albañiles, ingenieros civiles y arquitectos. Año con año estos masones suspenden labores a la mitad de la jornada, alrededor del mediodía, y comienzan a convivir en torno a una cruz de madera adornada con flores y paños de colores, que previamente ha sido llevada a bendecir con algún sacerdote. El “patrón” de la obra se hace cargo de proveer los alimentos y las bebidas espirituosas, y máistros, maistreros, oficiales y chalanes conviven alegremente con el “arqui”, el “inge” o el patrón. La obra misma es el escenario del festejo, y éste suele terminar hasta tarde, con un saldo sensible en cuanto a intoxicación etílica.

El “Calendario de Galván” menciona su origen histórico: “La exaltación de la Santa Cruz, cuando el emperador Heraclio la devolvió a Jerusalén, de donde se la habían llevado los persas”. En Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Heraclio) encuentro lo siguiente: “Tras un desfile triunfal por el Imperio, Heraclio devolvió la cruz a Jerusalén el 21 de marzo de 630. La historia quedó registrada posteriormente en La leyenda dorada, un famoso compendio de hagiografía del siglo XIII; también fue reflejado en obras de arte como la Leyenda de la cruz, una secuencia de frescos pintados por Piero della Francesca en Arezzo, o en una secuencia similar para un altar realizada por Adam Elsheimer (Instituto Städel, Fráncfort). Ambas series muestran escenas de Heraclio junto con la madre de Constantino I, Santa Helena, a la que se atribuye tradicionalmente el descubrimiento de la Cruz. En la escena normalmente aparece Heraclio llevando la cruz debido a que, según la leyenda, insistió en hacerlo en su entrada en Jerusalén en contra de la opinión del patriarca. Al principio, montado a caballo, la cruz era demasiado pesada para poder llevarla, pero según la historia después de desmontar la cruz se volvió milagrosamente ligera, y las puertas de la ciudad se abrieron solas para darle entrada.”

Existe otro gremio que conmemora la fecha con gran veneración: los danzantes tradicionales y los grupos de Concheros: las llamadas “mesas de conquista”. Estas corporaciones, con organización casi militarizada, celebran un encuentro anual en la comunidad de Victoria de Cortazar (3 mil 500 habitantes) del municipio de Jaral del Progreso, a las faldas del mítico cerro del Culiacán en pleno corazón del Bajío. Desde ahí, marchan –y bailan- las diferentes agrupaciones de danza tradicional que acuden a la celebración, y que a lo largo de tres días suben casi hasta la punta del cerro, hasta la “Santa Cruz” donde pasan la noche entre danzas y rezos. La cima del cerro está poblada por feas antenas, por lo que la capilla y sitio ceremonial se encuentra más abajo.

Sobre el origen de esta hermosa tradición dice el profesor Rafael Muñoz Flores en un blog dedicado a esta comunidad (www.leyendas-vdc.blogspot.mx) que “Documentos existentes establecen que en el año de 1832, siendo el general Don Luis Cortázar poseedor de la hacienda de la Zanja (hoy Victoria de Cortazar), las hermandades de los poblados aledaños de la Zanja, Jaral, Providencia, Ojo Zarco, también la veneraban, siendo obsequiada una de las primeras cruces para su veneración por el mismo general Luis Cortázar.”

La celebración, dice, “Da inicio con las octavas, ocho días antes a la magna festividad (26 de abril). La danza de la pluma (conocida así la danza de concheros por los lugareños), que por vida organiza el viejo ‘Pil’ (Pablo), cada día visita bailando un barrio de los que componen el poblado […] El día primero de mayo, por la tarde, se reúnen en el atrio de la parroquia las danzas de los xochimecas, provenientes del Estado de México (con sus trajes de corte prehispánico y penachos con plumas), la folclórica de San Nicolás de Parra (formada con niños, adultos y ancianos), la de panaderos, originarios de San Juan de la Vega, portando sombreros adornados con borlas, danza de sonaja y apaches, provenientes del barrio de San Juan, Celaya, Gto. […]”

“Antes del anochecer danzantes y devotos, en número multitudinario, se encaminan por toda la calle real (Hidalgo), para iniciar el ascenso al cerro legendario de Culiacán [a donde llegan el día dos…]. Cada año, el día tres de mayo, aproximadamente a las diez de la mañana se efectúa la célebre bajada conforme a la liturgia, danzantes y devotos, de los cuales algunos portan sus reliquias, inician una procesión desde la ermita que se encuentra ubicada a la entrada del panteón municipal, haciendo su recorrido por toda la calzada, a cuyos lados se puede ver toda una cordillera de verdes casuarinas.”

Vale la pena acudir a Victoria de Cortazar para presenciar esta festividad popular. Yo lo he hecho en un par de ocasiones, y no tiene desperdicio encontrarse con nuestras raíces culturales.

Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León. [email protected] – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal