sábado. 20.04.2024
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Mi sueño político

"Si contemplamos el panorama político para 2018, seguramente muchos llegaremos a esta conclusión: ni a quién irle"

Mi sueño político

Si contemplamos el panorama político para 2018, seguramente muchos llegaremos a esta conclusión: ni a quién irle. López Obrador, con sus aires populistas de Mesías, con su obsesión por el poder y por el protagonismo, y sobre todo con sus guiños a la izquierda venezolana y cubana a través de John Ackerman causa pavor. Sobre Margarita Zavala penden muchos interrogantes, sobre todo, el legado de corrupción y violencia de su esposo, los toqueteos de este por debajo de la mesa con Peña Nieto y la falta de experiencia política de quien tiene como única carta de presentación ser esposa de un expresidente. Del PRI ni hablo porque no tiene sentido explicar lo evidente. Mi sueño político es este: que en el PAN surja un candidato alejado del grupo calderonista y del Partido Revolucionario Institucional. Un candidato con autoridad moral en lo que ve a corrupción y fiel a este principio cristiano: la preocupación por los pobres, es decir, por el 50% de los mexicanos. No basta con “mencionar” a los pobres; es necesario convencer a la sociedad de que el PAN no se acaba donde se acaba el pavimento y que, precisamente por su inspiración cristiana, se preocupa de los más necesitados como hace ejemplarmente, de palabra y obra, el Papa Francisco. Soñar no cuesta nada y muchas veces hasta hace bien.