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22/04/18

¿Dónde se perdió el cambio después de los debates?

“En este debate o mesa de diálogo, pareciera que el rating fue para el escándalo, para la divergencia y para exhibir lo que no se pudo o no se hizo. Los responsables de recomponer al país cada seis años…”

¿Dónde se perdió el cambio después de los debates?

La tarde del 12 de mayo de 1994 se transmitió por televisión el primer debate entre candidatos a la Presidencia de la República. Fue un debate entre Ernesto Zedillo (PRI), Diego Fernández (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas (PRD).

Aunque estaban inscritos en la boleta los candidatos Cecilia Soto (PT), Jorge González Torres (PVEM), Pablo Emilio Madero (Unión Nacional Opositora) y Rafael Aguilar Talamantes (Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional), se omitió su participación para privilegiar las posturas de los tres punteros en la elección presidencial de aquella época.

Los planteamientos fueron: primero los pobres. Su partido ha quedado a deber. Tenemos que ver a futuro. Si ahora tiene ese planteamiento, ¿por qué no lo hizo el gobierno de su partido? Usted ha ido de un partido a otro. Usted no es congruente. Yo nunca dije lo que usted me acusa. Es un agravio a los mexicanos. Formaré un gobierno plural. Queremos la paz de los mexicanos. Les extiendo mi mano. Aumentaré las participaciones a los estados. Velaré por los mexicanos.

Para el debate del 2012 fueron los mismos planteamientos de los propios candidatos y, no cambió en nada, ni el formato ni la posibilidad de posicionar ideas. Por el contrario, fueron debates donde privilegió la ofensa.

En este debate, en el del 2018 y con un seguimiento puntual en las redes sociales, hasta con un hastag y en los primeros minutos trending topic, los planteamiento fueron los mismos. Una entrevista de tres comunicadores a cinco candidatos. El debate entre periodistas y políticos.

Hoy se lanzaron tantas propuestas que, si preguntáramos cuántas fueron, quizá habría que tomar ideas de los cinco candidatos y establecer una sola. En fin. Un ejercicio interesante que forma parte de la democracia en este país.

En este debate o mesa de diálogo, pareciera que el rating fue para el escándalo, para la divergencia y para exhibir lo que no se pudo o no se hizo. Los responsables de recomponer al país cada seis años.

Sin embargo, ¿Cómo saber por quién votar y de qué manera tener una evidencia en el derecho mexicano para emitir un sufragio efectivo?

El académico doctor Éctor Jaime Ramírez Barba, por cierto candidato a diputado federal por el Quinto Distrito con cabecera en León, Guanajuato, sugiere que los aspirantes a cargos públicos respondan un decálogo, a fin de que los electores tengan evidencias para la toma de decisión informada.

Ramírez Barba propone a los candidatos a diferentes cargos públicos, responder a: ¿Cuál es su nivel de estudios? ¿Qué trayectoria profesional lo respalda? ¿Ha tenido a su cargo estructuras, equipos, proyectos y cuáles han sido sus resultados? ¿Ha tenido escándalos de corrupción? ¿Ha presentado ya su declaración 3 de 3? ¿Es congruente su vida con los cargos que ha tenido y es razonable el patrimonio que ostenta? ¿Su campaña será austera y propositiva? ¿A qué grupo político pertenece, ¿Quién o quienes conformarán su equipo?, ¿Hay sustancia en su propuesta, son viables y realizables sus proyectos, y por último, usted y su equipo son capaces de realizarlos?

Hoy tenemos qué establecer una profunda reflexión sobre el momento en el cual estamos como país, y a dónde queremos llegar.

La respuesta está en nuestras manos, pero es lamentable que los propios candidatos busquen denostar o exhibir a los competidores a quienes, por cierto les llaman contrincantes, mientras el ciudadano carece de fundamentos, de información y de sustancia, para tomar una decisión informada, para emitir un voto basado en la evidencia.

 (*) El autor es periodista que ha publicado en la prensa local, nacional y extranjera. Es analista político y editor en el portal Platino News, Noticias para la Nueva Generación

Twitter: @MartinDiegoMX

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