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02/04/18

Inseguridad, rehén de las campañas electorales

“Nos gustaría ver un modelo de investigación criminal más científico, instituciones de seguridad y procuración de justicia autónomas y, por supuesto, un cambio radical en la manera de procurar justicia…”

Inseguridad, rehén de las campañas electorales

En los primeros días de la contienda electoral hemos visto a los candidatos que buscan otro cargo de elección –en muchos casos, hasta en cuarta o quinta ocasión por el mismo o por diferente partido- subiéndose a la ola del enojo y evidenciando, de paso, que el talón de aquiles de este gobierno siempre fue la seguridad pública.

Aun y con la estrategia tecnológica Escudo, y pese a que este gobierno presuntamente trabajó en la cohesión social, los candidatos subieron a la ola de reclamos ciudadanos, no para decir cómo resolverán el problema, sino quién es el culpable.

Sin embargo, este reclamo ha servido para puntualizar que Miguel Márquez está a punto de pasar a ser el gobernador a quien le explotó la inseguridad en las manos, no obstante los recursos aprobados para la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato durante su sexenio. Eso, sin contar con los apoyos de la Federación en el tema. Pocos o muchos, pero ahí estuvieron.

Quienes compiten hoy por el gobierno del estado, también han dejado evidencia de que la inseguridad es un botín que se antoja monotemático durante la contienda. Mientras más inseguridad, más puntos creen sumar, entre el enfado y descontento ciudadano en estos días.

Pero, ¿y por qué no recurrir a la evidencia y dejar de lado la ocurrencia? El problema en materia de seguridad es que todos son expertos y nadie es el responsable. Y en periodo de campaña también debe ser capitalizable.

La Consulta Nacional sobre el Modelo de Procuración de Justicia en el cual participaron instituciones tan serias como la UNAM, CIDE, INACIPE y universidades como la Ibero, Universidad de Nuevo León, Escuela Libre de Derecho, Universidad de Xochicalco, Universidad Panamericana y Universidad Anáhuac, entre otras, resulta un insumo importante para la política pública en materia de seguridad.

En dicha consulta no se encontró el hilo negro ni mucho menos hay una fórmula mágica. Se parte de un análisis profundo de la sociedad y de cómo se encuentra el marco legal en el país para, sin lugar a dudas, generar un panorama que permita a las autoridades tomar en cuenta, no sólo el castigo a los delitos, sino también la prevención de las conductas antisociales.

Y sí, deja claro que el tema de la seguridad pública no sólo depende de los gobiernos.

Los candidatos a gobernador y la candidata a gobernadora deben estar ya, sin duda,  en una agenda que les permita escuchar a los distintos sectores de la sociedad, colegios de profesionistas, empresarios, universidades,  expertos, amas de casa, campesinos, obreros, deportistas, sobre lo que piensan de la inseguridad y cómo creen que esto pueda cambiar.

La participación hoy no debe ser sólo para ver quién tiene más banderitas en las fotos de inicio de campaña. Tampoco tendría que ver con el tema de quién llena más sus aforos. No debería ser, pues la fiscalización estará para ellos en el orden del día.

La participación que los candidatos deberían esperar es ver cómo se construye hoy el futuro de Guanajuato. La seguridad no es un asunto menor cuando, si bien es la agenda mediática de los candidatos, es también la realidad que brota en el día con día, y cada vez se hace más estrecho el círculo del delito que toca a cada uno de nosotros.

Hoy los ciudadanos habremos de exigir una verdadera política pública en materia de seguridad, que contemple atención a las víctimas del delito y ponga énfasis en los derechos humanos de las víctimas. Una política criminal y la revisión de la procuración de justicia, una procuración de seguridad pública y atención a organizaciones delincuenciales, a través de reglas y estrategias que no sólo sean de ataque sino de prevención, mediante colaboración de los gobiernos federal, estatal y municipales.

Nos gustaría ver un modelo de investigación criminal más científico, instituciones de seguridad y procuración de justicia autónomas y, por supuesto, un cambio radical en la manera de procurar justicia.

Si Escudo sirve o no, eso deberían verlo quienes fiscalizan los recursos, pero hoy lo que queremos, más que una hoguera para aventar en ella a los presuntos responsables, es ver cómo le hacemos, entre todos, para mejorar nuestro estado.

No es cuestión de uno o de dos. No se podrá devolver el orden a Guanajuato en un ratito. Se requiere de todos porque, si la responsabilidad de la seguridad pública es de todos, ¿por qué no la solución también?

Así las cosas.

El autor es editor de Platino News
Twitter: @martindiegomx
Correo: [email protected]