Un numeroso grupo de panistas guanajuatenses están inconformes y lo comienzan a externar en sus redes sociales. No sólo de San Luis de la Paz sino de Abasolo, Silao, Salamanca, Celaya, Irapuato, León y San Francisco del Rincón, solo por citar algunos.

Están inconformes, no sólo por los cambios repentinos, de última hora, sin avisar y sin consensuar en algunas posiciones que van desde candidatos a Diputados federales, locales, síndicos y regidores. Las planillas de todo el estado están efervescentes, por decir lo menos.

Esto ha generado dos condiciones que incomodan el escenario del PAN en Guanajuato. Una, que la oficina del candidato panista Diego Sinhué Rodríguez Vallejo esté convertida en consultorio psicológico de panistas tristes; la otra es el posible regreso de Humberto Andrade Quezada a la dirigencia estatal de su partido, para enfriar los hierros que dejó en la lumbre. 

Si bien el candidato al gobierno estatal comienza a tejer fino para sortear las inconformidades que brotan entre sus correligionarios por todo estado, debería estar ocupado en generar redes más amplias para cumplir con la cuota ofrecida por Guanajuato a su candidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés. No sería la primera ocasión que los votos de Guanajuato superan a los del resto del país con los resultados de haber colocado a Vicente Fox y Felipe Calderón en la silla presidencial.

Pero no es así. El defecto en el origen de la conformación de las planillas, incluso una convocatoria ambigua para el registro de éstas o de las fórmulas de candidato a regidor y regidor suplente, han generado una competencia y desgaste innecesario dentro de ese partido porque, a la mera hora, tienen que bajar, cambiar de posiciones o negociar de último momento para evitar que el hilo desteja la cobija azul.

Un dato: en el 2009 el proceso de selección fue a modo de examen oral; una mesa escuchaba de cada candidato no sólo su reason why para ocupar tal o cual posición, sino también lo que la ley marcaba respecto al cargo por el que buscaba competir. Hoy no: el que quiso se apuntó, en grupo o por separado. Todos por todo. Dicen por ahí que hay un municipio en el que incluso, hay cuatro planillas registradas completas para un solo candidato a la alcaldía.

No hay una integración por perfil, sino fue la integración de las planillas de muchos por muchos y eso género que los panistas hoy, se sientan tristes y hechos a un lado. Porque primero los dejaron correr y a la hora los frenaron. Como el caso del joven irapuatense Jorge Romero, quien se inscribió como candidato a diputado, luego le dijeron que no y luego, que mejor se inscribiera como regidor.

Otro caso es el de la celayese Lucy Hernández. La dejaron competir como candidata a diputada federal por su experiencia en el campo de educativo y ahora es regidora suplente en la novena posición.

Tal parece que hay el concepto de que las planillas en los municipios se conforman a partir de regidurías desechables y de candidatos que figuran en una posición y luego en otra.

Ante este panorama, observan la posibilidad que el dirigente del PAN, Humberto Andrade Quezada, regrese a la dirigencia estatal de su partido, no sólo para que responda ante los órganos electorales por el boquete financiero de 14 millones de pesos, sino para que arregle los ánimos de los panistas en disputa.

Diego Sinhué ha tejido fino, pero el desgaste del candidato no debe ser previo al arranque de la campaña electoral, ni una prioridad ya frente a los competidores de la elección constitucional.

El tiempo ya no da para tránsfugas, porque no hay más posiciones que ofrecer en otros partidos políticos, salvo en León, don pudiera darse una leve escisión de quienes sigan a Ricardo Sheffield -en caso de él envalentonarse e irse de su partido-. Lo cierto es que la oficina del candidato ya no debe tener un diván para dar atención psicológica a panistas tristes, sino una mesa ejecutiva para la toma de decisiones.

Así las cosas.

Twitter: @martindiegomx