sábado. 20.04.2024
El Tiempo

No soy feminista

No soy feminista

No sé cuántas veces he leído o escuchado a alguien decir lo siguiente: “No soy feminista, pero estoy a favor de los derechos de las mujeres”. Sí, ¿y luego? ¿Cuál es el terror de asumirse feminista? En realidad me parece que hay una serie de confusiones y concepciones erróneas sobre el concepto de feminismo.

En primer lugar está la noción de que el feminismo es lo mismo que el machismo, pero a la inversa. No puedo decirles el número de ocasiones en los talleres de prevención de las violencias de género que imparto, los chavos y las chavas (trabajo con juventudes, por cierto) me han dicho que el feminismo es cuando las mujeres se sienten más que los hombres y los violentan. Lo nombran “hembrismo” algunas veces. Bueno, pues es un error garrafal.

En primer lugar, como diría mi amiga Selene, historiadora y teórica feminista, el “hembrismo” no existe. El machismo, por otro lado, sí. Asumir que existe el hembrismo sería decir que hay todo un sistema que violenta desde todos los ámbitos y de manera sistemática a los hombres a partir del sujeto “mujer”. Bueno... basta ver las cifras de feminicidios y violencia sexual en el país para darse cuenta que tal sistema más bien no existe, pero la misoginia sí.

En segundo lugar, hablar de feminismo, así en singular, sería caer en otra falacia. No existe un feminismo único y todo poderoso. Lo que sí hay son feminismos, sí, así en plural. Existen puntos en común, claro. La lucha es por los derechos de las mujeres, por su felicidad y desarrollo íntegro. Sin embargo, la forma en la cual cada feminismo lleva a cabo esa lucha y las bases teóricas y prácticas que los mueven son distintas.

¿El miedo al feminismo o a los feminismos no tendrá, de hecho, una base patriarcal? ¿Por qué se ve mal a alguien que se asume de manera explícita como feminista? Ser feminista no significa querer matar o desmembrar hombres. Sí se lucha contra el concepto de hombre y masculinidad que se tiene hoy en día y que no dista mucho del que existía hace 50 años, eso sí es verdad.

Por eso es terrible que exista la oración: “No soy feminista, pero...”. ¿Pero qué? Si no eres feminista, pues no eres feminista y ya. Es mejor no mencionarlo siquiera. ¿Por qué desdeñar una lucha histórica por las mujeres con semejantes expresiones? ¿Por qué no conocer qué son los feminismos y de ahí decidir en lugar de repetir lugares comunes? Está abierta la invitación y aún más abierto el reto de decir: “Sí soy feminista”.