miércoles. 24.04.2024
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Obituario para Roberto Plascencia Saldaña

“Su ilusión de pequeño era llegar a ser el conductor de una locomotora de vapor, presagio de su imponente liderazgo que le mereció aceptación general, acompañamiento y trascendencia, allí donde estuvo presente…”

Obituario para Roberto Plascencia Saldaña

Dada la dimensión de la persona y la noticia de su fallecimiento, en este espacio honramos la memoria de Don Roberto Plascencia Saldaña, recordando su paso entre nosotros y valorando el enorme legado que a todos nos alcanza.

En la crónica de la entrega del San Crispín de Oro que recibió en 1991 se narra que su ilusión de pequeño era llegar a ser el conductor de una locomotora de vapor, presagio de su imponente liderazgo que le mereció aceptación general, acompañamiento y trascendencia, allí donde estuvo presente.

Nos unimos al sentir de las personas e instituciones que han expresado sus condolencias, y a la vez nos permitimos resaltar aspectos menos conocidos y que son dignos de consideración.

Cuando varias marcas locales llevaron parte de su producción a Oriente, Don Roberto puso su mirada en los municipios con mayor necesidad de trabajo en la zona norte del estado y creó fábricas en San Luis de la Paz, Dolores Hidalgo y San Diego de la Unión. Al mismo tiempo impulsó a maquiladores de Flexi independientes, que en conjunto dan empleo a varios miles de guanajuatenses.

“No vamos a perder empleos aquí a cambio de importaciones supuestamente baratas. Al contrario, vamos a generar todavía más empleos en el estado y encontraremos la forma de contrarrestar la competencia de las importaciones”. Ésa fue su visión y no se equivocó.

Desde hace veinte años, los empleados de su empresa acuden los fines de semana a un centro deportivo y de recreación ubicado en el bulevard La Luz. En la inauguración se le pudo ver corriendo en la pista, en competencia con sus empleados.

No lejos de ahí, hace pocos años, adquirió otro terreno en el cual se instalaron canchas de futbol empastadas, fueron contratados entrenadores y árbitros y se construyeron salones de clase. Todos los días por la tarde, camiones de la empresa van a algunas de las colonias con severos problemas de adicciones y conductas antisociales. Con la debida promoción previa, suben a cientos de niños y jóvenes, los llevan a esas instalaciones. Previamente a la actividad deportiva les ofrecen medios para hacer sus tareas y si es necesario ayudarles a entender las materias, se les dan cursos de valores aplicados al deporte y a sus vidas, se ponen a jugar en torneos internos, y horas después los regresan a sus colonias.

Vemos en los medios una inconformidad creciente en torno a los problemas de la Seguridad.

¿Puede haber una mejor respuesta que la que Don Roberto y su equipo diseñaron?

Por fortuna, en la ciudad hay otras iniciativas en esta misma dirección.

Vale la pena resaltar esta realidad que va al fondo del tan discutido problema.

No podría haber un mayor homenaje a la memoria de Don Roberto, que multiplicar en todo lo posible iniciativas de auténtica prevención como éstas. Mayor empleo y sano esparcimiento.