martes. 23.04.2024
El Tiempo

El seto de San Judas Tadeo

El seto de San Judas Tadeo

Siempre hemos tenido la idea del paraíso como aquel lugar donde la exuberancia de la vegetación es una de sus cualidades, situación que además hace bastante atractivo el pasar nuestra otra vida en eselugar.

Hasta octubre del 2012, el jardín del Templo de San Judas Tadeo mantenía cierto apego –aunque modesto- con ese lugar, debido al seto y arbolado existentes en sus inmediaciones, pero para esas fechas se detectó el retiro de vegetación para instalar una reja, que bien pudo permanecer con el seto de arbustos existente si el trabajo se hubiese hecho con el debido cuidado.

La denuncia correspondiente se hizo ante la Dirección General de Medio Ambiente Sustentable, su número es la 320-012, y los trabajos fueron suspendidos, lo que fue únicamente temporal, ya que los reanudaron hasta concluirlos, con el resultado que hoy conocemos.

El asunto pudo haber quedado como una afectación más al arbolado de nuestra ciudad. si no hubiese sido porque al revisar el procedimiento respectivo se encontraron fallas que evidencian la falta de probidad, tanto de parte de la autoridad municipal como de su contraparte ciudadana, en este caso los encargados del templo.

Primero, la solicitud conseguida por medio de la UMAIP tiene fecha del 9 de noviembre del 2012, a igual que el sello de ingreso, aunque también proporcionaron una carta del rector del templo, con fecha 16 de octubre del mismo año. La denuncia presentada ante la Dirección General de Medio Ambiente es del día 8 de noviembre. Todo hace suponer que no habían ingresado ni siquiera la solicitud del permiso. Primera anomalía detectada.

La visita de inspección al sitio se efectúo el día 16 de noviembre. El inspector asentó en el documento correspondiente que se trataba de un seto de 80 metros de longitud con una altura de 1.70; la especie corresponde a trueno texano. En este punto se dice que el seto afecta una barda y que por tanto esa es la justificación para su transplante. Lo importe a señalar es que no existe ninguna barda, situación que se confirma porque ese no es el argumento señalado, ni en la solicitud ni en la carta enviada por el rector del templo. Segunda anomalía detectada.

El 8 de enero del 2013 se emite la resolución respectiva, donde se usa el argumento de afectación a la banqueta para justificar el retiro del seto, situación que ni el inspector ni el solicitante manejaron como argumento. También en el documento se indica que cada cuatro metros lineales del seto equivaldrán a 1 metro cúbico de follaje, y esa será la base para calcular la compensación correspondiente. Aquí lo que sucedió es que al dividir 80 entre cuatro, obtuvieron cinco, cuando aplicando la aritmética tenemos que 80 entre 4 es igual a 20. Sin embargo, todas las compensaciones fueron calculadas sobre 5 metros cúbicos, y no 20 como correspondería. Por ejemplo, la medida de compensación es de 20 árboles por cada metro cúbico. En éste caso únicamente ingresaron 35 árboles al vivero municipal, el 26 de marzo del 2013, cuando debieron de haber ingresado 400.

El asunto del número también impacta en el monto del permiso, ya que se cobró el importe de 5 ejemplares y no de 40. Así es que el pago del permiso fue de $889.05, el precio por árbol es de $177.82. Si hubieran calculado sobre 40, el importe hubiera sido de $3,556.40.

Todas estas anomalías, y otras más, fueron fundamentadas y denunciadas a la Contraloría Municipal el 19 de abril del 2013, con el fin de que se hiciera la revisión del caso. También fue notificado el procedimiento a la Comisión Anticorrupción, atendiendo a los diversos llamados que se hacen a los ciudadanos para que denuncien y vigilen el desempeño de los servidores públicos.

El 21 de febrero pasado recibimos de parte de la Contraloría Municipal el oficio CM/DSC/474/2014, mediante el cual se notifica que el asunto que nos ocupa se archivará, debido a que la respuesta de Medio Ambiente señala que procedieron de acuerdo a lo reglamentado. Así de escueto y sin mayor explicación.

Casi un año después de haber ingresado el asunto se tuvo una respuesta de la Contraloría, con un contenido que deja bastante qué desear sobre el trabajo de fiscalización que debiera hacer el órgano garante del desempeño profesional y ético de los servidores públicos. Algo que no podrá exigirles cuándo en sus actos no se conduce de manera clara, concisa y expedita.

Lo que es evidente, al menos en el caso de San Judas Tadeo, es que ese paraíso ya no existe y que todos salimos perdiendo con la afectación ambiental, solapada por los servidores públicos a los que se les ha encomendado velar por los asunto de ese ámbito. Así perdemos todos.