El club León, historia de gran éxito

El club León, historia de gran éxito

¿Quién iba imaginar el presente de nuestro equipo León con su sexta estrella? Un campeonato merecido a toda ley ante el rival más odiado y popular de México, las águilas del América, que en su soberbia llevó la más aciaga de las penitencias. La época que vive el actual equipo León puede llegar a ser incluso mejor que aquel León de Vucetich a inicio de los noventas; con este plantel podemos acariciar las glorias de aquel primer campeonísimo de la década de los cuarentas y cincuentas.

La afición panzaverde, una de las más sólidas y fervientes en la nación, puede probar al fin las mieles del triunfo después de vivir un verdadero infierno de olvido, una década en la división de ascenso. Después del campeonato de 1992 ante Puebla, el equipo fue desmembrado por aquella piara comandada por Zermeño, luego Valente Aguirre lograría un subcampeonato en 1997, para después sumirlo en la mediocridad absoluta hasta al grado de casi vender al equipo a Puebla, cosa que sí hizo con otro histórico de la ciudad que había logrado el ascenso, el Unión de Curtidores. En el 2002, ya con el mafioso de Ahumada como dueño del equipo, se sufre el segundo descenso. Vinieron diferentes directivas sin la visión adecuada, dejando al equipo en la orilla del ascenso de manera dramática en varias ocasiones. El estadio León estaba prácticamente abandonado, parecía chiquero de rancho, la afición tenía eco a nivel nacional por los desmanes que ocasionaban cada vez que perdían un juego de finales ante equipos como el Indios de Ciudad Juárez, Dorados de Culiacán o Xolos de Tijuana. A mediados del 2011, el Grupo Pachuca anuncia la compra del León, transacción por demás complicada ante el complejo y deteriorado estado legal del equipo.

Después de un año con el Grupo Pachuca se logra el ansiado ascenso, el León cual ave fénix resurgió de las cenizas; otra noticia que causó revuelo a nivel internacional era que el controvertido Jeque, el hombre más rico del mundo en ese entonces, Carlos Slim, se hacía socio del presidente del Club Pachuca, Jesús Martínez. Los ojos del magnate estaban puestos en el León, empezaron los fichajes bomba como el Kaiser de Cataluña, Rafael Márquez. De manera increíble, el León rompía por primera vez en la historia, el duopolio televisivo que había tenido maniatada y bajo control a la Federación Mexicana de Futbol. TV Azteca y Televisa sufrieron un golpe bajo, como los muchos que había recibido Slim con Telmex y Telcel. Los derechos de transmisión de la Fiera pasaron a la cadena de habla hispana más exitosa de los Estados Unidos, Telemundo, y Fox Sports mantuvo su contrato con los esmeraldas, a los cuales apoyó desde antes del ascenso.

Por segundo año consecutivo el León accede al torneo más importante del continente, La Copa Libertadores de América para medirse ante históricos como el Flamengo de Brasil. El León dejó de ser un equipo con cobertura regional, para convertirse en uno de los más vistos a nivel continental, en Estados Unidos sus partidos tienen récord de rating por el juego vertical y fresco de los verdiblancos. Para comentaristas reconocidos como Christian Martinolli o Luis García, que criticaban burdamente todo lo que olía a León, ahora reconocen al León como un equipo con un sistema que sólo se ve en Europa, que ha traído nueva energía a nuestro balompié. José Ramón Fernández, el mandamás de ESPN y su equipo agudo de comentaristas, a pesar de su animadversión con el Grupo Pachuca, reconoce el juego espectacular y colorido del León debido al gran trabajo del uruguayo Gustavo Matosas, humilde director técnico que nos sorprendió al verlo en la transmisión de la final en el canal de las estrellas, cantando a todo pulmón el himno nacional, mostrando una gallardía y un porte invaluable, muy por encima del neurótico y esquizoide talante del Piojo Herrera, quien ha enseñado un cobre muy sucio de mal perdedor, algo que debería ser tomado muy en cuenta para los planes del seleccionado nacional para la copa del mundo en Brasil 2014.

Ahora tenemos una realidad inimaginable hace poco tiempo, merecida para todos aquellos que han sido fieles con el equipo hasta en sus peores momentos. Un nuevo amanecer verde esmeralda ilumina nuestra nación, nuestro mundo. Al fin podemos presumir la grandeza de nuestro humilde equipo, sí, ese gran valor que te hace llegar a cimas insospechadas y que ha alimentado a nuestro León en este momento clave e histórico. Nunca perdamos la humildad.

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