La lluvia ha sido bondadosa en los campos de nuestra nación, se esperan cosechas abundantes después de un lustro desértico. Los ríos de las sierras norteñas llevan agua todavía. El mes patrio llega fresco con los primeros aires otoñales. Hay una sequía que se mantiene en el país, con un otoño, más bien patriarcal, recordando la novela del entrañable, “Gabo“García Márquez; es la sequía en la que vive la cultura nacional.

Ante la situación económica complicada e incierta que vive el país, después de festejos bicentenarios y pasivos excesivos de los gobiernos estatales que se vivió en el último sexenio, el Gobierno Federal ha metido tijera, al estilo “Zedillo“, de apretar el cinturón en el gasto gubernamental. Como un maremoto ha llegado la escasez a varias áreas de la administración pública, sobre todo, en instituciones culturales y artísticas como el INBA, que ha dejado de apoyar a múltiples festivales artísticos. El Festival Internacional Cervantino, aunque se mantiene robusto, ha apostado por espectáculos de alto impacto, pero limitando artes como la danza y el teatro en su programación. Por otro lado, han desaparecido festivales internacionales como “Titerías“, reconocido festival de títeres de todo el mundo, que nacido en Guanajuato hace más de una década, había hecho sus últimas ediciones con gran éxito en el D.F. El apoyo de instituciones gubernamentales de la capital y federales se ha reducido drásticamente, llegando por desgracia a la cancelación de eventos culturales de trascendencia.

Por desgracia, el panorama no cambiará para el próximo año, poniendo a prueba la resistencia y capacidad de sobrevivir en muchos creadores artísticos, y la capacidad de sinergia en las instituciones culturales. Los apoyos y becas culturales tendrán tiempos sombríos. Pero no olvidemos que una época de crisis es una época de oportunidades.

Antigua “Plaza de Gallos" de León, una oportunidad

Haber visitado, e incluso vivido, varias épocas de mi infancia en el Centro Histórico de la ciudad de León Guanajuato, deja recuerdos imborrables, valiosas imágenes de su arquitectura, que por falta de visión de muchos dueños de aquellas antiguas fincas, se han perdido –por centenas- gran cantidad de edificaciones históricas. Una de las fincas que llegué a explorar varias veces es la antigua y monumental Plaza de Gallos.

El primer gran recinto cultural de la ciudad de León tiene la oportunidad de un rescate valioso. Sin embargo, al anunciarlo como un nuevo museo para la ciudad la alcaldesa Bárbara Botello, ha suscitado dudas, pues la museografía en la entidad tiene ya espacios suficientes, otros en desarrollo, y otros eternos que no se han concretado, como el MUNPIC.

La Plaza de Gallos, de arquitectura neoclásica, albergó eventos populares y culturales de la ciudad durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. Ahora, gran parte en ruinas, su destino no será el de convertirse en otro estacionamiento, mueblería o tienda de importaciones. Tenemos la oportunidad de convertir este rescate acertado del gobierno municipal en algo más creativo, algo más allá de un museo. Un centro cultural, con espacios para la capacitación artística, un foro nuevo y apropiado para la danza, opera y teatro; una nueva galería artística, una cineteca, una cafebrería o café literario; algunas ideas que me llegan.

El rescate histórico que ha hecho renacer la calle Madero, puede llegar a otros cuadrantes de la Zona Centro; alimentar la efervescente y vasta oferta cultural y turística en la ciudad pues, a pesar de la crisis, ha surgido en León un nuevo polígono cultural que abarca desde el Forum Cultural hasta el Centro. ¿Un cambio de conciencia cósmica?

Twitter: @vhmondelo