Fondeadora FIAC, crónica de un fracaso anunciado

"...no tardó en hacerse una polémica sobre tan llamativa ocurrencia, donde creadores y gestores lo veían como un acto descabellado: ver a una dependencia gubernamental pidiendo coperacha en una plataforma, que normalmente se utiliza para proyectos independientes en ámbitos culturales, artísticos, salud, de desarrollo social y asistencia."

Fondeadora FIAC, crónica de un fracaso anunciado

Hace tres meses se anunció la noticia del proyecto Revive FIAC con bombo y platillo, por parte de los directivos del Instituto Cultural de León. Todo parecía una excelente noticia; sólo el detalle de poner al tan nostálgico Festival Internacional de Arte Contemporáneo en Fondeadora.com como una estrategia de Crowfunding para apoyar al presupuesto y fortalecer el proyecto cultural, representó una desafortunada sorpresa. La meta era fondear la inverosímil y excesiva cantidad de $1,250,000.00 en 90 días.

En las redes sociales, no tardó en hacerse una polémica sobre tan llamativa ocurrencia, donde creadores y gestores lo veían como un acto descabellado: ver a una dependencia gubernamental pidiendo coperacha en una plataforma, que normalmente se utiliza para proyectos independientes en ámbitos culturales, artísticos, salud, de desarrollo social y asistencia. Si uno se da una vuelta a este sitio de Internet, puede constatar los proyectos que resultan exitosos (cortometrajes, documentales, puestas en escena, tratamientos de enfermedades crónicas, multidisciplina artística, literatura, cuidado de animales, etc) y los montos que se piden, coherentes con la naturaleza de cada proyecto y lugar donde se emprenden.

Los proyectos más exitosos del 2015, por ejemplo; tienen a Salón ACME No.3.: “El Salón ACME es un salón de arte. Una plataforma anual, que se lleva a cabo en la ciudad de México y que alberga propuestas artísticas y curatoriales que se están desarrollando a lo largo del país. Abrimos nuestras puertas a propuestas de artistas tanto emergentes como consolidados, sin embargo, uno de nuestros objetivos principales es el de dar visibilidad al trabajo de los artistas que residen en el país, y que aún no son representados por galerías”, dice la información. El proyecto recaudó $658,762.00 de los  $450,000.00 pesos que se solicitaban. Otro fue una puesta en escena escrita por Sergio Zurita: Antes de irme, el amor, que recaudó $349,800.00 de los $100,000.00 que eran la meta.

Durante este 2016 han ganado cortometrajes y documentales por un monto no mayor a los $500,000.00 pesos. Hay un proyecto exitoso de Guanajuato, del teatrista Juan Manuel García Belmonte. La actriz de la obra de teatro pedía tres mil pesos; al final casi fondeó los seis mil. Como podemos observar ningún proyecto, por lógica, rebasa el millón de pesos como meta.

A pesar de las advertencias, de lo ilógico en fondear un proyecto de una dependencia con presupuesto gubernamental, a pesar de las críticas, el director general del ICL, Carlos María Flores, se montó en su macho de la obstinación, con un halo de soberbia y vacua suficiencia, sacó a lucir sus capacidades cantinflescas, sacándose de la manga ramplonamente, el desconocido término de micromecenazgo ¿..?  ¿Fomentar la aparición de micromecenas?

En una entrevista (hace dos meses) que está en las redes sociales, tanto Carlos “Charly” Cárdenas, asesor de crowfunding del ICL, como Carlos María, aceptaban que no conocían la plataforma de Fondeadora, como una justificación, al ver que después de treinta días sólo se habían fondeado once mil pesos del millón y cuarto que se pedía. "Es algo para las nuevas generaciones", decían en su flaca defensa, esto aderezado, en la comparación de cómo México iba en los Juegos Olímpicos de Río en Brasil –Esperemos que al final de la campaña de fondeadora nos colguemos medallas como los atletas mexicanos en los últimos días-, decían con cierto “humor” los entrevistados.

Tras los últimos días de la campaña, por desgracia, el milagro no llegó. Por más suplicas que hacían algunos empleados del ICL y sus conocidos en redes sociales, en los últimos cinco días, el dinero fondeado pasó de dieciséis mil pesos a poco más de veintinueve mil pesos ($29,207.00 de $1,250,000.00) el 2.33% del 100% que se esperaba, una microrecaudación, un vergonzoso y rotundo fracaso.

Cabe salvar, tal vez,  a los 109 fondeadores interesados en un proyecto así. No denostar su inquietud. Esos casi treinta mil pesos bien hubiesen podido apoyar a un par de proyectos independientes en la ciudad. El problema radica en la falta de experiencia y experticia de alguien que se supone conocedor del crowfunding y del equipo del ICL que se aferró a este espejismo.

La idea de usar esta herramienta de manera adecuada es excelente. Lo que queda es que el ICL fomente realmente el uso de Fondeadora  en creadores artísticos y gestores culturales. Convocar a dar una conferencia, curso o crear un laboratorio, a donde se invite a quienes han sido casos de éxito y conozcan a fondo, con los pies en la tierra, esta genial plataforma de Fondeadora.  No seguir, por piedad, con estos intentos de ”micromecenazgos”:  microideas con microresultados.

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