jueves. 25.04.2024
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Un siglo de Jorge Negrete (1a parte: prehistoria de un ídolo)

Un siglo de Jorge Negrete (1a parte: prehistoria de un ídolo)

Si nuestra música, nuestra cultura charra y la imagen del macho mexicano de Jalisco (para bien y para mal) es conocida en todo el mundo, eso es gracias a la labor de una persona, a la cual el destino le tenía preparada la fama ingente y la inesperada tragedia en un mismo paquete, así como actos heroicos por la dignidad de su gremio. Este gran personaje es Jorge Negrete quien cumple este 30 de noviembre un siglo de su natalicio.

Gran parte de sus biografías señalan que nació en Guanajuato capital por la entrada al Hinojo, en la casa roja de la esquina, a lado de la placita donde pusieron una estatua de él (muy fea y malhecha por cierto), sin embargo, hay buena cantidad de versiones biográficas que en esas fechas, su padre, el militar David Negrete se encontraba en el cuartel de Silao resguardando las fuerzas federales ante ataques de rebeldes de la región, y que su familia habitaba en la calle Domenzain donde fue que dio a luz, Emilia Moreno, a un varón registrado con el nombre de Jorge Alberto Negrete Moreno.

A pesar de pertenecer a dos familias de abolengo en el Bajío los padres de Jorge, David Negrete y Emilia Moreno, no tuvieron jamás una fortuna, eran una familia de clase media con sus limitaciones económicas, pero con grandes riquezas educativas y artísticas. Por la familia Negrete había una tradición y gusto por la música y el canto, don David Negrete, en sus tiempos libres cantaba y tocaba instrumentos en un grupo de amigos y familiares.

Los buenos resultados en la milicia dieron ascensos considerables a don David Negrete hasta el grado de Coronel, pero ante la derrota de Victoriano Huerta, su jefe y amigo el general José Delgado, uno de los que bombardeó el Palacio Nacional en la Decena Trágica, se unió a la División del Norte de Pancho Villa, a la cual apoyó en la Convención de Aguascalientes en 1914 y en la Campaña del Bajío contra los constitucionalistas de Álvaro Obregón en 1915. Ante la derrota en Celaya y Santa Ana del Conde de los Villistas, Negrete y Delgado se van a Torreón, Jorge y su familia se quedaron por un pequeño lapso en San Luis Potosí, mientras el Coronel David Negrete tomó una misión que le salvó la vida, a San Antonio Texas para comprar armamento a finales de 1915. El general José Delgado se rindió ante los carrancitas que tomaron Torreón. Pancho Villa encolerizado ante la falta de valor de los pelones que se había unido a él, lo convocó en la estación del tren de Piedras Negras. Delgado al ver a Villa abrió sus brazos y le dijo -¡Es un placer mi general Villa tomar un tren con usted!- a lo cual el centauro desenfundando su pistola le contestó –Si, mi general, pero el tren que va a tomar usted lo lleva a otro lugar- y una bala de la pistola de Pancho Villa se incrusto en su frente.

David Negrete, al enterarse de tal tragedia, renunció asustado a su cargo militar y se dirigió disimuladamente a San Luis Potosí por su familia, a llegar con ellos les comentó que debían dirigirse a León Guanajuato y tenían que hacerse pasar por vendedores de rebozos y zapatos, al dirigirse a León un pelotón carrancista los interceptó y don David al decir a los soldados que era un vendedor de zapatos y rebozos provocó la ira del pequeño Jorge Negrete quien gritó envalentonado: “No es cierto, mi papá es general de división”. Esto causó la risa de los carrancistas, quienes no sospecharon por tratarse de un niño, el cual mostraba ya, un orgullo que lo llevó al sufrimiento y a una cumbre impensable.

Los inicios musicales de Jorge se dan en el seno familiar, cuando su padre se dedica a administrar los tranvías de la ciudad de León. En el Círculo Leonés, Jorge empieza a cantar en el mariachi familiar, donde su papá tocaba la vihuela, pero también tomó clases de alemán, ingles e italiano; y en las reuniones familiares el escuchar opera como napolitanas, arias y zarzuelas era una costumbre, las cuales él cantaba con una entonación sorprendente.

Al terminar la primaria en la década de los 20´s, una oportunidad para el padre de Jorge de dar clases en el Colegio Alemán y renovar su grado militar, hace que su familia se mude a la ciudad de México, donde el pequeño Negrete en pocos años ingresó al Colegio Militar dando buenos resultados, mostrando que el niño berrinchudo se iba y llegaba el valiente y jovial galán, presumiendo que no le temía a la muerte.

Como militar en 1929, participó en la batalla de Jiménez, Coahuila contra las fuerzas de Gonzalo Escobar, quien acusaba a Plutarco Elías Calles de haber asesinado a Álvaro Obregón. Ahí fue testigo de lo cruel y trágica que es la guerra, en vez de combatir, las circunstancias lo obligaron a curar a los heridos de guerra y decidió que su vocación estaba en la medicina militar. Al poco tiempo participó por una beca para estudiar medicina en Sorbona, Francia, obteniendo excelentes calificaciones, por desgracia la plaza se la otorgaron a un sobrino de un alto funcionario de la Defensa Nacional. Hizo el intento en varias ocasiones de estudiar para doctor en las escuelas de medicina de México, pero el deplorable estado económico de su familia se lo impidió.

Para ese tiempo ya había tenido algunos amores, una norteamericana  en Cuernavaca, hija de un prospero empresario, y de Judith Serratos, perteneciente a una familia de gran renombre en la capital, por su pobreza y su bajo salario como militar no pudo mantener las relaciones, sin embargo Judith, enamorada de su melodiosa y potente voz de barítono, le aconsejó que se dedicara profesionalmente a cantar. Empezó tomando clases de canto con el maestro José Pierson, formador de grandes cantantes como Pedro Vargas, y recibió un contrato con la estación de radio XETR, con el seudónimo de Alberto Moreno, para que nadie lo descubriera por la pena de ser artista.

Su situación económica era deplorable, había días que no tenía ni para comer pues la estación XETR cerró sus transmisiones en 1932, pero al poco tiempo la suerte le volvió a sonreír, pues tras siete años de estudiar en la academia del maestro José Pierson, Jorge cantaba opera para la XEW, pero no existía en el país, para desgracia de Jorge un gusto masivo para su música, y Emilio Azcárraga, el dueño de la estación, le insistía que cantará rancheras y canciones populares con el famoso Trío Calaveras, a lo cual Jorge se resistía por la influencia de maestro Pierson quien quería las glorias de Caruso para el guanajuatense.

Después de debutar en teatro como actor con la compañía del Panzón Soto, con pésimos resultados, jitomatazos y abucheos del público en 1935, decide ir a probar suerte a Nueva York en 1936 como cantante en The Mexican Caballeros, cantando en el Radio City Music Hall, y en programas radiales de la NBC, en 1937 regresó por poco tiempo a nuestro país para filmar su primer película, La Madrina del Diablo, donde se enamoró de la hija de Sara García, María Fernanda Ibáñez, pero la abuelita del cine nacional se opuso enérgicamente a la relación, irónicamente María Fernanda murió poco tiempo después y Jorge Negrete regresó a Manhattan a sacar el ultimo as bajo la manga.

En la Gran Manzana, probó suerte en una audición para la Metropolitan Opera House ante uno de los más grandes cantantes de opera de aquel tiempo, Lawrence Mervil Tibbet, quien quedo impresionado por la voz de Jorge y le ofreció ser su suplente, en algunas operas de la compañía. Esto daño el orgullo y la salud de Jorge Negrete, pues no acepto ser suplente de nadie. La desilusión le hizo caer en una hepatitis, que marcaría su vida, pues por falta de dinero no pudo tener la atención médica debida. Curado a medias regresó a México con la frente en alto.

Entre 1938 y 1940, filmó varías películas sin gran éxito como: “Perjura, El Fanfarrón, La Valentina, Juan sin Miedo, Seda, Sangre y Sol; y Juntos Pero no Revueltos”. Aunque no daba el levantón, ahí conoció actrices como María Félix, o el amor de su vida Gloria Marin, y su invaluable compañero cómico en posteriores y exitosas producciones, El Chicote.

El Jaliscazo de su imagen como charro, una figura nacional olvidada desde los guardias rurales del Porfiriato, y del mariachi solo conocido en la región de Jalisco y sus alrededores, en la película de 1941, “Ay Jalisco no te rajes”, con su personaje El Ametralladora, Jorge Negrete elevó la figura del Charro Cantor a rango de institución, y difundió la imagen del mexicano por el extranjero de una manera que aun no se ha podido borrar.