sábado. 20.04.2024
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Bajas en Guanajuato

“...es algo así como botellita de jerez, todo lo que hagas será al revés….”
Bajas en Guanajuato

Ya hay varios infectados en el gabinete del gobernador Diego Sinhue, entre ellos el secretario de finanzas y el secretario de salud del estado de Guanajuato.

De este último me llama la atención por cuestiones de karma, que según los hinduístas, es una energía trascendente que se genera a través de los actos de las personas.

Los taoístas hablan de dos fuerzas filosóficas fundamentales opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas, y cuyo desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando crece una en exceso, fuerza a la otra a concentrarse, lo que provoca una transformación. Las llaman El yin y el yang.

Para los mexicanos es algo así como botellita de jerez, todo lo que hagas será al revés.

Y es que en casa del jabonero, el que no cae resbala.

Todavía recuerdo al inicio de la pandemia cuando era casi un acto criminal y negligente que los médicos usáramos cubrebocas porque “asustábamos a los pacientes”. Como si al protegernos les dijéramos ¡Bú, ahí viene el coco!

Gracias a nuestros políticos, sean o no médicos, como López Gatell, y sean de nivel federal o estatal, y del partido que guste poner como ejemplo, México hoy en día es el peor país para vivir en la pandemia de coronavirus, de acuerdo a Bloomberg, que midió a 53 economías mundiales (peor aún en el ranking que Nigeria, Angola o Haití), y es también la peor opción para ejercer la medicina y la enfermería, por el riesgo de contagio y muerte.

Eso sí, no se te ocurra exigir una mascarilla N95 porque te corren ipso facto. Esto ocurrió a médicos del Hospital General de Irapuato, a quienes por órdenes directas del secretario de Salud se les rescindió su contrato despidiéndoseles de manera injustificada.

Los mandos superiores no entienden que quienes vamos a trabajar a los hospitales lo hacemos para ganarnos la vida, no para perderla.

Y es que al tener covid-19, puede uno cursar asintomático, en el mejor de los casos. En el peor panorama ocasiona un distrés respiratorio severo por obstrucción alveolar, que desencadena la temida cascada de citoquinas, coagulación intravascular diseminada e hipoxia tan grave que comienza la fase anaerobia de la respiración celular, liberando dióxido de carbono al oxidar lípidos y proteínas  (o sea, te sientes como si te la mamara un gato chimuelo, en términos coloquiales, para que me entiendan quienes no saben fisiología respiratoria ni conocen el Ciclo de Krebs, por ejemplo: los políticos y los que continúan haciendo fiestas).

La ventaja de quienes reducen gasto, corren personal y desaparecen a los sistemas de salud para los pobres; es que ellos y sus parientes se atienden en el medio privado o en el extranjero, o en hospitales militares, aunque no sean derechohabientes.

Una de las doctoras que corrieron en Irapuato, de quien omito el nombre, pero quien le tiene casi ganada una demanda por despido injustificado a la Secretaría de Salud de Guanajuato, me confesó que teme por su integridad, ya que sus autoridades la han citado a solas en parajes alejados, supuestamente para “negociar”. No creo que con buenas intenciones. Por suerte nunca ha caído en la trampa, porque dudo que la cita sea para darle una beca o restituirla en su puesto. Lo menos que le puede pasar es que le den su calentadita sin boiler y su sidra por las narices para amenizar los festejos navideños.

Su pecado fue exigir EPI (equipo de protección individual) directamente al secretario de Salud de Guanajuato.

El buen juez por su casa empieza. Si el gobierno de la 4T quiere eliminar el outsourcing, debe comenzar en sus instalaciones, basificando a médicos, enfermeras y paramédicos del sector salud que laboran por contratos de tres meses y sin ningún tipo de prestaciones laborales, y exigiendo respeto a los gobiernos estatales y a las empresas tripartitas  para sus trabajadores de la salud, sean o no sindicalizados, y de ser posible, federalizarlos para evitar abusos de las autoridades estatales.

El caso de los contratos rescindidos a los médicos de Guanajuato sin justificación debe ser revisado con lupa por las autoridades de salud federales, por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social e incluso, de ser necesario, llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Aun así, les deseo pronta recuperación a los miembros del gabinete del gobierno de Guanajuato afectados por la pandemia, para que después de salir airosos de este mal momento, y saber lo que se siente en carne propia tener la enfermedad, sean más empáticos con sus médicos, con sus enfermeras y con todo el personal en general que labora en los nosocomios.