Con los ojos cerrados

“Las nuevas reglas de responsabilidad a servidores públicos están hechas para el circo mediático, o sea para inflar cifras con usted y conmigo, no para saber qué políticos estuvieron inmiscuidos en el vergonzoso caso Odebrecht…”

Con los ojos cerrados

 

Roma antigua adoptó la imagen de una diosa femenina de la imparcialidad, llamada Lustitia, equivalente a la Temis griega, representada con una balanza, una espada de doble filo y los ojos vendados. El esparadrapo en la cara significa la fe en que la justicia es o debe ser impuesta objetivamente, sin miedo ni favoritismos, independientemente de la identidad, el dinero, o el poder. 

Hoy las estatuas de Temis y de Lustitia adornan los tribunales, las escuelas de derecho y los juzgados, en recuerdo de que la justicia debe aplicarse sin miramientos y ser equitativa. Pero eso de "ciega e imparcial" debe ser en otros países, porque en México, donde las telenovelas y los narco corridos nos han convertido en analfabetas de los símbolos, estos monolitos sólo son adornos sin ningún significado. 

Este año la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó cambios a las Leyes Generales de Reformas Administrativas y del Sistema Nacional Anticorrupción, que permiten la protección de datos personales y de vida privada de los servidores públicos con altas nóminas, por el riesgo que conlleva hacerlos del dominio popular. Con esto, la corte blinda los registros particulares de políticos de alto octanaje y de ellos mismos, que son, a la par de diputados, senadores y gobernadores, quienes tienen en quiebra al país. 

Sin embargo a usted, pequeño currante, nadie lo protegerá. Créamelo o no, pero con esta nueva ley va a tener que rendir cuentas hasta de los boletos del metro que carga en la cartera si es que trabaja para el gobierno federal, estatal o municipal. Las nuevas reglas de responsabilidad a servidores públicos están hechas para el circo mediático, o sea para inflar cifras con usted y conmigo, no para saber qué políticos estuvieron inmiscuidos en el vergonzoso caso Odebrecht, empresa que pagó sobornos por más de 10 millones de dólares para asegurar contratos en obra pública. 

El secreto transgrede los principios de transparencia y combate a la corrupción, sobre todo cuando la ley no se emplea igual para todos. Se llama doble moral cuando quieres que estipulen todo el peso de la justicia a las vacas de tu vecino si se cruzan a tu parcela, pero a las tuyas no, sí traspasan su cerca. Cualquier intento de acabar con la corrupción sin comenzar por las cabezas, equivale a querer matar un mandril a nalgadas. 

Esto pensé al conocer los pormenores de esta controvertida ley para servidores públicos que aplicará sólo a bajos mandos porque, ¿quién le va a poner el cascabel al gato? Un ministro de la SCJN gana anualmente 6.7 millones de pesos, incluido un "pago por riesgo" —debido a la naturaleza, complejidad y responsabilidad de las funciones que tienen encomendadas—. Un neurocirujano del ISSSTE gana al año alrededor de 350 mil pesos, incluyendo prestaciones. Mucho menos de lo que medra a la quincena un ministro.

Ahora, una cirugía de cerebro puede fallar no por uno, ni dos, ni tres factores, sino por muchas causas. Si un derechohabiente del ISSSTE demanda por daño moral al cirujano al no obtener el resultado esperado, puede solicitar una compensación desde cien mil hasta 4 millones de pesos, ya que el daño moral es incuantificable y subjetivo.

Lo más desalentador es que esta demanda, con la nueva ley, ya no la va a pagar la institución para
la cual labora el médico (en este caso particular el ISSSTE), sino el profesionista que actuó sin dolo. Bastante triste el panorama para quienes estudiaron la mitad de su vida y trabajan para el beneficio de sus semejantes.

Ambos funcionarios, ministro y médico, son derechohabientes del ISSSTE; sin embargo, el ministro jamás pisará dicha institución, porque tiene seguro de gastos médicos mayores que incluye tratamientos en el extranjero, ni será el "pensionissste" quien le jinetee su jubilación. Además, ¿sabía que usted y yo les pagamos un seguro de separación individualizado? Ya que ese es el mayor riesgo que corren en su trabajo con esos sueldazos: que cualquier lagartona quiera cincuentearles el salario, como les ocurre a muchos amigos de a pie, aquienes ellos se encargan de juzgar para dejarlos hasta sin calzones.

En la jubilación ni ahondamos: el neurocirujano se va con 8 mil mensuales a los 70, y el ministro con 258 mil al mes, incluso con solo 10 años de servicio. ¿Éste es Principio de Igualdad que establece la Constitución
que dicen defender? 

Al personal médico y paramédico le exigen garantía de todo, como si trabajaran con electrodomésticos, y laboran sin certeza de nada, como si fueran robots reemplazables de una línea de producción. 

Por poner otro ejemplo, se me ocurre la obra entregada el 5 de abril llamada Paso Express, la cual colapsó y cobró la vida de Juan Mena Ruiz y Juan Mena Romero. El secretario de Comunicaciones y Transportes se adelantó a decir que los responsables serían castigados con todo el peso de la ley. ¿Ruiz Esparza se irá a castigar solito? 

Seguramente no. La responsabilidad recaerá sobre los albañiles que trabajaron ese tramo y sobre algún ingeniero recién egresado e inexperto que haya firmado como administrador del contrato, cuando él nada tuvo que ver con licitaciones ni peritajes, pero por necesidad económica cumplió órdenes superiores y su rúbrica es la que figuró en el contrato. 

Cada época tiene sus lagunas e inconsistencias, y el criterio que impera puede ser totalmente distinto de un momento a otro. En la época precolombina eran los tlatoanis quienes por derecho divino ejercían el mando; en la colonia fue el clero; y en la independencia los militares, hasta la época post revolucionaria que trepó al poder una deidad azteca peor que todas las anteriores, reencarnación de Mictlantecuhtli, dios del inframundo, con el exquisito gusto que tenía Huitzilopochtli de desmembrar a sus enemigos: el narcopolítico.

Puede ser del partido que sea (preferentemente del PRI), pero lo importante es vivir del erario y tener nexos con empresas monopólicas, con la oligarquía, con empresarios corruptos, banqueros desleales, lavadores de dinero y criminales poderosos (o sea, todo lo que tenga que ver con dinero y mafia), y lo más importante, ser amigo del Gran Tlatoani, para ser intocable. 

En este caso particular que mencioné del Paso Express, deberían poner en práctica la nueva ley de servidores públicos para ver rodar la cabeza de Ruiz Esparza (se conocen muy bien sus nexos con la empresa española OHL, otro ejemplo de cohecho como el de Odebrecht), y demostrar que en realidad hay voluntad de terminar con la corrupción que mató a dos miembros de una familia. Pero nos hemos acostumbrado tanto al cinismo, que nos contentaremos con ver sacrificar a los chivos expiatorios de siempre. Tal vez por esa razón Temis no se quita la venda de los ojos, porque en este país la justicia no es ciega, sino más bien una vergüenza mundial.