¿En qué vamos, covid?

“…un pueblo fantasma, donde quienes no han muerto están enfermos, pero nadie se hospitaliza…”
¿En qué vamos, covid?

Dice el subsecretario López Gatell que la curva ya se aplanó por fin y de una buena vez.

Esta semana acudí a una diligencia a Paracho, capital de la guitarra, ubicada en Michoacán y enclavada en la Meseta Purépecha, a tres horas de Morelia. Me encontré en un pueblo fantasma, donde quienes no han muerto están enfermos, pero nadie se hospitaliza: todos están en casa y fallecen de neumonías atípicas. ¿Será cierto entonces la disminución de casos se covid-19 en México, o es que sólo se dejaron de hacer pruebas?

Un conocido trabajador del ISSSTE me confió que si te contagias de covid-19 y solicitas tu riesgo de trabajo, te descuentan estímulos y bonificaciones. Si no exiges tu prueba y te vas calladito a tu cuarentena, te llega íntegro tu sueldo, como si hubiese sido por riesgo de trabajo; de lo contrario, te descuentan los estímulos. Paradójico ¿no creen?

Lo que sigo sin explicarme es la tozudez de continuar negando los casos, cuando aun con cifras maquilladas ya vamos en tercer lugar de muertes y somos el país más peligroso para ejercer la profesión médica. ¿Qué más esperan para actuar? ¿Que se llene la nación de pueblos y ciudades fantasmas como Paracho?

A mí no me asustan los actos de corrupción ni los video escándalos; toda la vida los he vista y han existido en todos los partidos políticos. Me importa poco si se trata de moches o aportaciones; al fin y al cabo que para eso está la fiscalía, para investigar, y nosotros no para ser jueces y parte del circo mediático que se ha desatado.

Lo que me tiene angustiado y con el alma en vilo es la ineptitude indolencia en salud y seguridad, que ha costado y sigue costando vidas de médicos, enfermeras, pacientes, policías y soldados. No concibo que enfermarte de cáncer sea una sentencia de muerte, ni que ingresar a un nosocomio público por covid-19 signifique no volver a ver a tus familiares porque los hospitales se están convirtiendo nada más en morideros. Y es que tienes mayores probabilidades de sobrevivir en tu casa si tienes dinero suficiente para comprarte medicamentos básicos para mejorar el pronóstico de la enfermedad.

En el sector privado la mortalidad es del 2% en pacientes internados por coronavirus, y en el público casi del 40%, porque en los hospitales públicos no tienen licitados los medicamentos específicos. Si un médico los solicita al paciente o su familia se mete en líos legales, así que sólo le queda ponerle al pacientedos monedas de cobre en los ojitos para que tengan buen viaje. Es trágico.

Una prima mía radióloga que labora en el Sureste de México enfermó de covid-19. Cuando me mostró sus estudios llevaba un factor llamado dímero D predictivo de trombosis en 10 mil mg/ml,cuando lo normal son 500 mg/ml,por lo que le sugerí internarse para que la anticoagularanbajo vigilancia. Acto seguido se ingresó en el ISSSTE de Mérida, de donde huyó a las 72 horas, ya que nada más la pusieron boca abajo y le administraron paracetamol durantedías, en los que en vez de mejorar, empeoró. Se compró rivaroxabán, un anticoagulante del que 10 tabletas cuestan 3mil pesos, y otros medicamentos del mismo precio, con los que logró sortear la enfermedad en casa. Ella tuvo la fortuna de saber medicina y tener una hija enfermera, lo que no sucede en el resto de la población que no tienen ni plata,ni otro tipo de conocimiento científico que no sea Google y cientos de memes de charlatanes que figuran en las redes sociales, con cero rigor científico.

El caso de mi hermana —quien es anestesista- fue similar, pero miles de personas continúan muriendo solas en sus casas, sin ayuda ni registro.

¿No le habría convenido a la 4T abrir una caja china para que se hable más de un video escándalo dentro de sus propias filas, a que se sepa de los niños que mueren de cáncer y los adultos mayores fenecen solos en casa? Lo dejo a su consideración y análisis.