viernes. 19.04.2024
El Tiempo

El Evangelio Según • Otro dilema • Víctor Hugo Pérez Nieto

“…una guerra comercial de la peor bajeza: existen vacunas que han probado su eficacia, pero no son aceptadas para viajar a EU o la Unión Europea…”

El Evangelio Según • Otro dilema • Víctor Hugo Pérez Nieto

Buena parte de la economía mexicana se sustenta en las remesas que llegan de los Estados Unidos, ya sea que las transfieran paisanos indocumentados, residentes legales o braceros con visa temporal de trabajo. Estás últimas las tramita un patrón a quienes cumplen los requisitos para que vayan ciertos periodos de tiempo, a la siembra y recolección del campo.

El problema para el visado de trabajo es ahora el tema de las vacunas anti covid, pero no si están o no inmunizados los eventuales trabajadores, sino la marca específica de la vacuna.

Cómo no es desconocido para nadie, en México te aplican el biológico que te toque, y en un día señalado de acuerdo con la edad. Aquí no hay opciones de escoger; se toma lo que hay en determinado municipio: Cancino, Pfizer, AstraZeneca, Sinovac o Spuntik,  que son las de mayor circulación en el país. Eso de ponerse sus moños para vacunarse es la peor y última tontería que han cometido miles.

El problema es, y eso lo considero realmente una guerra comercial de la peor bajeza: existen vacunas que han probado su eficacia, pero no son aceptadas para viajar a EU o la Unión Europea. No estamos hablando de teléfonos celulares o tarjetas de crédito para que sean o no aceptadas, sino de vidas humanas. No comprendo las razones por las cuales negar la entrada a personas inmunizados con la que para mí es la más adelantada de todas las vacunas, Spuntik V, misma que le aplicaron a la población más joven y activa de Guanajuato y la que, según estudios, ofrece mejor protección contra la variante ómicron.

Habrá que ver los efectos económicos a uno y otro lado de la frontera norte, ahora que cientos de adultos jóvenes que cada año eran contratados por ranchos y empresas estadounidenses para recoger la siembra, no puedan tramitar su visa de trabajo por una situación de intereses económicos de las grandes transnacionales, que lucran con la salud y la economía de las naciones emergentes.

Vaya dilema moral, ¿no es así?