El Evangelio Según • Víctor Hugo Pérez Nieto • Vacunas caducadas

¿Cómo es creíble que se calentaron cientos de miles de dosis de vacuna para COVID-19?

El Evangelio Según • Víctor Hugo Pérez Nieto • Vacunas caducadas



Recuerdo cuando hice mi año de servicio social de medicina en La Unión, Segunda Sección, de Paraíso, Tabasco. La primera recomendación que me dieron fue cuidar la temperatura de las vacunas. El refrigerador de los biológicos tenía dos termómetros: uno interior y otro para medir la temperatura ambiental. El termómetro del biológico no debía superar los 4 grados Celsius. Si afuera la temperatura superaba los 40 grados, algo sumamente frecuente incluso por las noches, se debía enfriar todavía más la nevera. Y si había tormentas o huracanes que cortaran el suministro de luz, lo cual también era frecuente, debía uno colocar las vacunas en termos con congelantes químicos y llevarlas de inmediato al hospital de la manera como pudiéramos: de raite, en lancha o caminando los 30 kilómetros de selva que nos separaba de la ciudad, pero siempre evitando que la vacuna se calentara a más de 4 grados, porque de lo contrario se consideraba echada a perder y significaba un daño patrimonial por el cual éramos juzgados como criminales, aun cuando ni siquiera contábamos con cédula profesional.

¿Cómo es creíble que se calentaran cientos de miles de dosis de vacuna para COVID-19? ¿No conocen las autoridades de salud lo que es la cadena de frío? ¿También se hacen de la vista gorda aún sabiendo que una vacuna que pierde su temperatura se considera inactivada y debe ser destruida?

No importa si fue la Federación o los gobiernos estatales los responsables de este daño patrimonial que significó la pérdida de vacunas, pero deben se castigados los culpables, principalmente los de más alto nivel jerárquico, quienes siempre se lavan las manos para salir impunes. ¡Esto es un desastre de país!, mientras se echan a perder vacunas en otros lados, en muchos hospitales de segundo nivel como el del IMSS de Acámbaro, no se le ha aplicado al personal ni siquiera la primera dosis. Tanta indolencia ya ocasionó una protesta del personal, clamor que ni siquiera fue tomado en cuenta por las autoridades delegacionales, que sólo están planeando amedrentar a los trabajadores, para que el común de la gente no se dé cuenta de los abusos y el mobbing laboral al está siendo sometido el personal hospitalario que no tiene suficiente abyección y servilismo. La Secretaría del Trabajo y la de la Función Pública brillan por su ausencia. Derechos humanos no los toca ni con el pétalo de una recomendación.

Todos lo médicos titulados sabemos lo delicada que es la cadena de frío de los biológicos, y la gravedad que implica que un lote de medicamentos caduque. El común de la sociedad lo desconoce, pero el responsable de las acciones u omisiones que echan a perder vacunas, por lo general enfrenta un proceso penal por daño patrimonial.

En otro tipo de sociedad ya habrían rodado cabezas, pero aquí se puede hacer lo que sea sin que pase nada. Donde un violador es capaz de ser gobernador y donde el zar de la lucha contra el Covid sale a infectar a la vía pública impunemente, sin cubrebocas, sabiendo que tiene positiva la inmunoglobulina G (que indica alto riesgo de contagio), todo lo demás se puede considerar Peccata minuta.