Según una investigación conjunta de Proceso y New York Times, el PRI ha estado triangulando recursos destinados a educación y cultura, desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Publicó hacia sus campañas

Este laberíntico caso de desvío de dinero a las campañas del PRI se suma a los Odebrecht, la Estafa Maestra y otros cuantos más, que en un país del primer mundo ya hubiesen hecho caer al sistema.

También me llamó la atención leer en las noticias que los argentinos hicieron tambalear hace unos días al gobierno de Macri, quien intentó –con el apoyo del congreso- una modificación al sistema de pensiones, lo cual lanzó al pueblo a las calles e hizo recular a todo el sistema político. Recordé entonces una visita que hice hace poco más de un año al país sudamericano, cuando una huelga de maleteros nos dejó varados en Buenos Aires, y no se hicieron esperar las protestas de los viajeros, que rápidamente ascendieron a trifulca y obligaron a la cancelación de los demás vuelos y el reembolso del dinero, con el consiguiente pago de hotel gran turismo, alimentación y lavandería de quienes resultamos perjudicados por los tres días más que duró el paro de los trabajadores de la aerolínea LATAM, cosa que no habría sucedido en México.

Me puse a reflexionar qué tienen ellos que nos hace falta a nosotros, el hoy país del PRI, de los narcocorridos, de los narcopolíticos, de la narcocultura, el pasito duranguense, buchones y personajes públicos como el Pirata de Culiacán, y me encontré con algo vergonzoso: estamos muy por debajo de otras naciones en lo que a coeficiente intelectual se refiere, y en el primer lugar en ignorancia. Y cómo no va a ser esto, si se continúan desviando los tan menguados recursos para la educación.

La investigación que consulté fue realizada por los científicos británicos Richard Lynn y Tatu Vanhanen, quienes tomaron en cuenta el promedio de coeficiente intelectual de varios países y lo acomodaron en 43 escaños (por eso de que algunas naciones están empatadas).

Los académicos utilizaron tests de coeficiente intelectual IQ, por su expresión alemana Intelligenz-Quotient, cuyos resultados recopilaron en un mapa interactivo.

El ranking lo lideran Singapur (108 IQ), Corea del Sur (108 IQ), Japón (105 IQ) e Italia (102 IQ).

México, la otrora meca artística del mundo hispano, la nación del muralismo, de la época de oro del cine en español, ha caído al escaño 19, con 88 puntos. Lejos de países africanos como Sierra Leona o Mauricio; de naciones sudamericanas como Uruguay, Argentina y Chile, e incluso de cercanas naciones centroamericanas como Costa Rica.

América del Sur es liderado por Uruguay, que ocupa el puesto 12 a nivel global con un promedio de 96 IQ. Le siguen Argentina en el ranking regional (15° con 93 IQ) y Chile (18° con 90 IQ).

Según la investigación de los ingleses, Guinea Ecuatorial cierra el listado, con un coeficiente intelectual promedio de 59 puntos.

Los autores muestran que las diferencias de CI promedio entre las naciones se deben a factores, tanto genéticos como económicos. También creen que un PIB bajo puede causar un CI bajo, así como un cociente intelectual bajo puede causar un bajo PIB.

Yo agregaría factores alimenticios en países donde es imposible acceder a la canasta básica con un salario, y me remitiría a la Pirámide de Maslow, que habla de la jerarquía de las necesidades y demuestra que, para acceder a otros escaños de desarrollo humano, primero debemos cubrir aspectos básicos de supervivencia.

Con 88 puntos, según la misma interpretación del IQ, estamos por debajo de la media, casi rozando la frontera de inicio con el retraso mental, que son los 84 puntos. Polémico y penoso ¿verdad? Pero es la realidad.

Aunque eso no quiere decir que usted y yo seamos idiotas; sólo que nuestro IQ se promedia con el de 120 millones de habitantes que tiene México de norte a sur, de este a oeste, y ahí la cosa cambia.

Más de dos terceras partes (87 millones) de esos 120 millones son el grueso de los votantes.

En lo referente a la ignorancia, según un mapa de Europa Press, una agencia española de noticias, ocupamos el primer sitio a nivel mundial.

Esa es la razón por la que estamos impedidos para protestar ante vergonzosos saqueos al erario público, que nos han empobrecido económica, cultural y mentalmente. A guisa de ejemplo está la noticia que circuló del desvío de 250 millones de pesos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a las campañas de PRI, lo que ya ocasionó la detención de Alejandro Gutiérrez, ex secretario adjunto del PRI nacional. Aunque se trata de un acto grave de corrupción que ha sido la causa de los gasolinazos, de la quiebra de varias universidades públicas y la devaluación del peso en esta última semana, nadie tomó las calles para pedir cuentas, y el último secretario de hacienda sigue como si nada, con su doble cara de “duvalín”, en plena campaña para la Presidencia de la República, desde donde podrá organizar mejor los saqueos a la nación.

La discusión ahora no es tanto sobre quién va a ganar las elecciones del 2017, sino para preguntarnos: ¿cómo sigue funcionando el PRI como institución en el país que algún día fue México, y del cual hoy queda muy poco? ¿Cómo es posible que a pesar de todos los escándalos de corrupción se hayan quedado con el Estado de México y Coahuila sin mayores problemas?

Creo que esta investigación del IQ de las naciones y el mapa de nuestro nivel de ignorancia me despeja muchas dudas, y confirma mi teoría de que realmente la ignorancia ha volvido, si no es que nunca se fue.