viernes. 19.04.2024
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El mamado de la cuadra

"Siempre se hacía su voluntad, hasta cierta manera a mi conveniencia también porque me defendía de otros dos grandulones de calles adelante; además lo toleraba porque estaba perdidamente enamorado de su hermana..."

El mamado de la cuadra

Cuando era niño, tenía de vecino a cierto chiquillo abusivo que me hacia bullying: me pegaba, me quitaba los juguetes y no dejaba que yo cogiera los suyos. Siempre se hacía su voluntad, hasta cierta manera a mi conveniencia también porque me defendía de otros dos grandulones de calles adelante; además lo toleraba porque estaba perdidamente enamorado de su hermana. Un día le soltó un soplamocos frente a mí y decidí que debían parar las injusticias. Como siempre tuve alma de estratega, a pesar de ser el niño más esmirriado del mundo, evité que el coraje me venciera en ese momento pues calculé que tendría pocas probabilidades de ganarle al fortachón de la manzana, pero me propuse tomar medidas punitivas. Esa misma tarde se presentó la oportunidad cuando lo vi culiempinado en la escarpa quemando hormigas con una lupa. Entonces cogí un bloque de cemento y con toda mi tilica humanidad lo cargué para dejárselo caer en la cabeza. Por fortuna no pasó del descalabro y la cuereada que me pusieron en casa cuando fueron a reclamar, pero a partir de ahí no me volvió a molestar René, el chico recio de la cuadra, y Amparito, su hermana, fue uno de mis grandes amores de la niñez. Me convertí en el galán del barrio, mote que mantuve hasta aquel día cuando me fui a otra ciudad.

Extrapolando lo que les platiqué al plano geopolítico, indudablemente el mamado de la cuadra es Estados Unidos de Norteamérica (al igual que en Europa, Rusia, y en Asia, China). Ellos imponen las políticas a seguir a las demás naciones. Si quieren, pueden cancelar cuando se les dé la gana los tratados que consideren poco benéficos para ellos.

En este sentido, Rusia está por acuñar una moneda de oro para fortalecer al rublo, violando los tratados monetarios y así desplazar al dólar como base de la economía; China pretende hacer algo similar con el yuan, ya que corre el rumor que el billete verde no tiene respaldo metálico y tarde o temprano caerá. Pero, me pregunto, ¿nosotros también podremos incumplir con la misma facilidad los tratados? ¿Derogar sin consecuencias funestas  la Reforma Energética en aras de nuestros intereses o por lo menos replantearla? El cuestionamiento es porque probablemente muy pronto se le vea el fin al TLC de manera unilateral: Trump asevera que no es provechoso para EU, aun cuando desde que fue firmado les han puesto trabas de lo más absurdas a nuestros productos de exportación, sobre todos los provenientes de campo y el mar.

Ocurre que el verdadero poder no reside en el sistema político, sino en la economía privada: ahí es donde se toman las decisiones sobre qué se produce, cuanto se produce, qué se consume, dónde se invierte, quién tiene trabajo, quién controla los recursos, etc. Eso lo sabe un empresario como Trump, quien por razones que nadie puede explicar, se convirtió en exitoso político.

Aunque a decir verdad, lo que proponen los supremacistas anglosajones es como un balazo en el pie: ¿importarán los productos del campo cuando echen a los mexicanos de las plantaciones? Porque afortunadamente para nosotros, todavía hay faenas que las máquinas no pueden realizar y el norteamericano común tampoco, sólo los sudorosos, polvorientos y perseverantes latinos (y no nos digan sucios ni malolientes, porque el sudor que mancha la camisa después de trabajar, huele al esfuerzo de los hombres y mujeres que sostienen las economías. Únicamente los políticos no transpiran para levantar el dedo; para el resto de los obreros, nuestro orgullo es oler al esfuerzo que da ganarse el pan).

Estados Unidos, como cualquier país, tiene sus problemas particulares, y sus habitantes exigen con mucha razón justicia luego de la pérdida de su poder adquisitivo, aunque tienen un mal concepto de lo que significa esta palabra: justicia no representa beneficiar a unas personas en perjuicio de otras. Decía el filósofo Jeremy Bentham al respecto: "Todos cuentan por uno y nadie por más de uno".

Los derechos de cualquier ser humano deben ser los mismos sin distinción de nacionalidad, país donde se encuentren, razas, religiones y condición social o sexual, pues no se fundamentan en el poder, sino en la capacidad de sufrir que tiene una persona en lo individual, y el umbral del dolor es el mismo para negros, latinos, chinos, musulmanes o anglosajones, e igual para hombres, mujeres u homosexuales que vivan en cualquier nación, isla o rincón del planeta.

Lo que propone Trump es una especie de darwinismo social: la antropofagia que habíamos dejado atrás luego de millones de años de evolución, a partir de que un ancestro nuestro bajó de un árbol y decidió vivir en sociedad. Como vamos, en poco tiempo se reimplantará el esclavismo para después subir nuevamente a habitar el follaje.

Cuando se tiene buena relación con el chico más fuerte del barrio no debemos preocuparnos, porque nos defiende y nos saca de cualquier problema; ni sentimos necesidad de ir al gimnasio ni tomamos previsiones. Pero al perder esta amistad tenemos dos opciones: o nos encerramos en casa por precaución o formamos nuestra propia pandilla para defendernos de cualquier amenaza, ante el conocimiento de que la unión hace la fuerza. Tampoco Es mala idea comenzar a fortalecer los músculos; quizá algún día logremos ser los mamados de la cuadra.