Morena, ¿el basurero de México?

“El autosabotaje es un acto inconsciente que aparece en momentos que pueden suponer grandes cambios…”

Morena, ¿el basurero de México?

El autosabotaje es un acto inconsciente que aparece en momentos que pueden suponer grandes cambios. Esta conducta obstaculiza la consecución de metas o logros mediante auto-zancadillas inconscientes.

El objetivo del autosabotaje es mantener a la persona dentro de una zona de confort. Es también un mecanismo de defensa inconsciente a través del cual el ser humano intenta evitar posibles sufrimientos futuros, situaciones de estrés o escenarios desconocidos.

Mi abuelo contaba un chiste de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Escuadrón 201 fue a pelear por México a las Filipinas, luego del hundimiento del Potrero del Llano. Decía que si los generales japoneses identificaban la bandera mexicana en las aeronaves, gritaban: “no les disparen para que ahorren parque, esos aviones tarde o temprano se caen solos”.

Algo parecido le está pasando a Andrés Manuel López Obrador, que lo puede hacer trastabillar de la silla presidencial que tiene casi asegurada.

La incorporación en sus filas de personajes como Napoleón Gómez Urrutia, Germán Martínez Cázares, Ifigenia Martínez y cercanos a la maestra Elba Esther Gordillo, como si dentro de las renovadas filas de su partido no hubiese opciones, puede ocasionarle gran encono y bombardeo de fuego amigo entre sus afiliados.

Y es que el cambio de playera no es ni el bautizo ni la extremaunción que le concede al corrupto expriista, experredista o expanista una gracia especial y eficaz para fortalecerlo y reconfortarlo en su enfermedad (porque la cleptomanía es un padecimiento psiquiátrico), y prepararlo así para el encuentro con El Señor.

AMLO no puede cometer el error que cometió Acción Nacional durante la alternancia, al dar la espalda a sus verdaderos militantes y servirse de chapulines priistas, que lo único que hicieron fue desmembrar y hacer quedar mal al partido. ¿Ejemplos?: Javier Lozano Alarcón, quien por fortuna regresó a sus rancios orígenes; Rafael Moreno Valle, otro prianista quien maquila en Puebla un maximato; y Meade, a quien pronuncio tal y como se escribe porque si gana, Meade engañar, Meade robar y Meade dejar en la miseria como el buen priísta que siempre ha sido, aunque alguna vez se haya puesto una remera azul.

Cada que andan de capa caída, los priistas buscan un partido para parasitarlo y convertirlo en basurero. Y analizando los últimos sucesos, se puede decir que esos mismos errores está cometiendo ahora la cúpula de Morena:

El 18 de febrero de 2018 Germán Martínez Cázares, expresidente del PAN, anunció que había sido aprobada su candidatura a Senador de la República por la lista nacional del Movimiento de Regeneración Nacional.

Napoleón Gómez Urrutia, director de la Casa de Moneda por 12 años y líder minero durante 40 años por herencia paterna, y sobre quién pesa un fraude de 55 millones de dólares, fue aprobado por Morena para una candidatura al Senado por la vía plurinominal, lista en la que también destaca el nombre de la fundadora del PRD, Ifigenia Martínez.

Sólo nos falta ver también a La Corcholata en esas filas morenistas, en un exceso de confianza de AMLO.

Decía José de San Martín que la soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una cuota de poder.

A pesar de todo, sigo pensando que  Morena es hasta ahora la mejor opción, siempre y cuando no se le acerque tanto Ricardo Anaya. Y el peor escenario para Andrés Manuel sería que el PRI remontara al segundo puesto, porque entonces sí podrían echar a andar con mayor descaro toda la maquinaria estatal, cosa que tal vez no pasaría en una elección cerrada donde Anaya quedara segundo.

Espero que el mismo AMLO no me haga cambiar pronto de parecer, ya que, si yo y muchos otros mexicanos estamos dispuestos a concederles el beneficio de la duda, es porque queremos que haya un parteaguas en la administración pública, con una verdadera reforma política, y no ver a los mismos de siempre: líderes charros, virreyes y políticos de varias generaciones, saqueando al país otra vez, sólo que con otra camiseta.

Si yo fuese el asesor de campaña de Andrés Manuel, le inventaba otro infarto para meterlo a la congeladora y que no se autosabotee, o de plano lo dejaba en coma inducido hasta el mes de julio, para que despierte ya como presidente electo. De lo contrario, en un garrotazo a ciegas va a terminar rompiendo antes de Navidad la piñata donde dice que viene “La esperanza de México”.