miércoles. 24.04.2024
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ENTREVISTA

César Piña: coleccionar 'nacimientos' le despertó vocación por la ópera

Reúne más de 350 en la colección familiar

Foto, Velio Ortega
Foto, Velio Ortega
César Piña: coleccionar 'nacimientos' le despertó vocación por la ópera

“Mi profesión es Director de Escena, me dedico a la ópera y a los espectáculos de música y títeres para niños, pero una de mis pasiones más grandes en el mundo es la colección de Nacimientos”.

Es la voz de César Piña, director escénico. Estudió arquitectura en la Universidad de Guanajuato, actuación con Ludwik Margules y Eugenio Barba, y dirección escénica con Juan Ibáñez. 

Ha incursionado en ópera, teatro y televisión, en dirección de escena, producción ejecutiva, iluminación, escenografía y vestuario. Dirigió para la Ópera de Bellas Artes la Gala Conmemorativa del 70 Aniversario del Palacio de Bellas Artes, entre muchas otras producciones. 

Ha colaborado con diversos teatros de la República mexicana, como el Juárez y Principal de Guanajuato, el Degollado de Guadalajara, el de La Paz en San Luis Potosí, el Nazas de Coahuila y el Ocampo de Cuernavaca, con títulos como “La Cenicienta”, de Rossini; “Attila”, de Verdi; “El elíxir de amor”, de Donizetti; “Bastián y Bastiana”, de Mozart; “Dido y Eneas”, de Purcell; “El barbero de Sevilla”, de Rossini; y “La traviata” de Verdi. 

La charla no es con el reconocido director de escena, sino con el coleccionista de Nacimientos.

Escenógrafo de Nacimientos

Junto a César Piña se encuentra un Nacimiento de figuras de cera creadas por la prestigiada artesana salmantina Velia Villanueva. Es el que abre una colección de 40 nacimientos, exhibida en el museo Gene Byron de la ciudad de Guanajuato. Son apenas una parte de una colección de casi 350. El entrevistado explica:

“Cada Nacimiento significa muchas cosas para mí; cada uno es mi consentido y cada uno tiene su sentido de ser y me provoca  una pasión diferente y un cariño especial. Soy católico y es para mí un gran honor poder dimensionar así la venida de Jesús a la Tierra.

--Narrabas que esto te viene desde tu niñez. Platiqué con tu mamá y contó que ella, su madre y abuela hacían Nacimientos y que te gustaron desde niño. César responde:

“Desde que me acuerdo, me atrajeron los Nacimientos. Como mi bisabuela y mi abuela y mi mamá los ponían, para mí era una locura verlos. Llegaba navidad y para mí era una emoción escenificar el Nacimiento de Jesús”. Continúa con la evocación:

“Cuando yo era niño, me gustaba tanto el Nacimiento, que mi papá y mi mamá me regalaron uno de barro, que yo ponía todo el año en un arenero que tenía para jugar, y así me la pasaba”. 

Prosigue:

“A la fecha, a veces me dan ganas voy y saco una caja y coloco las figuras de un Nacimiento, lo tengo un rato y luego lo guardo”.

Le comento:

--Este Nacimiento (en referencia al de las figuras de cera) es narrativo, pues las figuras representan una acción y cada grupo de implica una escena, una historia: ¿crees que este amor por los Nacimientos te llevó a lo que ahora haces profesionalmente?

“¡Por supuesto que está ligada una cosa con la otra! Desde que me acuerdo, desde que nací, los Nacimientos eran mi pasión, así como la muisca y los títeres han sido mi pasión por mucho tiempo”.

La exhibición es parte de la celebración de los 800 años de que San Francisco de Asís representó el primer Nacimiento en el Santuario de Greccio, Italia. César quiere continuar el homenaje:

“Pienso hacer varios eventos alrededor de esta tradición. Espero para diciembre hacer un Nacimiento Monumental en vivo y cantado y con música, con una escenificación. Espero que lo podamos hacer y tal vez se haga en la ciudad de León”.

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Foto, Velio Ortega

Arte popular

César y su familia poseen casi 350 Nacimientos, procedentes de diferentes lugares del mundo y diferentes formas, y estilos. Los hay de Italia, España, Perú y México. Narra que encontró uno en Nueva York con elementos culturales mexicanos y peruanos. La vestimenta de los personajes es similar a la de esos países. “Se me hizo raro encontrar en la gran manzana uno así, pero sí los hay”, celebra.

De México tiene de Tlaquepaque, Oaxaca, Guerrero, Baja California, estado de México, ciudad de México y Guanajuato, específicamente de Salamanca, Irapuato, Silao y al capital.

También los materiales son variados: cera, barro, pasta cerámica, madera tallada, hojas de maíz, cristal de vitral, papel maché, metal y otros. Tras la explicación, César destaca:

“Para mí es importante decirlo: los artesanos mexicanos y los artesanos del mundo han dedicado su tiempo y su arte a este tema del nacimiento de Jesús y merecen ser reconocidos”.

Su mensaje final:

“Que esta tradición no se pierda, que sea perdurable para siempre. Tengo 57 años y desde que soy niño estoy muy apegado a esta tradición; que no se pierda con nuestros sus hijos, nietos y con nuestras familias. Adquirirlos es un apoyo para nuestros artesanos, además de ser algo tan bonito”.

Sólo queda destacar un detalle: ningún nacimiento tiene la figura del diablo. Está el Belén tradicional, hay arcángeles, pastores, representaciones bíblicas y del Evangelio. La figura del incitador al pecado no se encuentra ahí.

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Foto, Velio Ortega