Día dos por la FeNaL | Un reporte de pasadita

León, Gto. Entre un taller de modulación poética, salir y comer algo para regresar antes de las cinco y encontrarme con una presentación del encuentro de poetas, salir rápidamente y escuchar un poco sobre la novena década del FCE, una rueda de prensa del homenajeado que llegó un día después y un fragmento de la presentación editorial de Gladys González, esto fue lo que vi y escuché en el segundo día de la FeNaL.

Llegó un poco tarde. Son casi las doce cuarenta. Antes de pasar al área de talleres y conferencias me doy una vuelta por los estantes del Fondo de Cultura Económica. Veo un libro que quiero sobre Walter Benjamin. Me encuentro con el poeta Jorge Esquinca, me gustaría no ser tímido y saludarlo. Pero está viendo libros, pienso que a mí me molestaría que me hablaran mientras hago eso. Espero a que baje uno y decida agarrar el otro. Me acercó tratando de no incomodarlo. Me saluda de manera afable y quedamos para luego una entrevista. Me despido y voy a ver qué hay en los talleres. Está el taller de modulación poética de Ángel Ortuño. Uno de esos poetas que son rara avis en un mundo donde casi todos tienen o buscan un yo lírico, él pasa de eso y construye de otra manera. Cuando entró está hablando de cómo se construye determinadas formas poéticas, como las de Ezra Pound. El tipo es genial y puede hacer de un taller tan técnico una charla de café sin perder un ápice de inteligencia, elegancia y cordura estética que se agradece infinitamente.

A las tres de la tarde salgo para ir a comer algo. Termino enfrascado en una plática con Ángel Ortuño y Jorge Esquinca, que decidimos terminarla en la comida. A las cuatro y media decido regresar la feria. Entro unos momentos a la mesa donde hablan sobre Paz y Revueltas, están en ella Gabriel Márquez (León), Carlos Vicente Castro y Jorge Posada (alias, Costa sin Mar). Me lamento tener que salir, pues aquello está la mar de interesante.

En el patio de los cuentos, la plana mayor del Fondo de Cultura Económica está hablando de cómo perciben seguirá creciendo una de las editoriales más importantes de nivel internacional, con uno de los catálogos más extensos en Hispanoamérica. De verdad, que aquello de lo que hablan como si fueran cosas sencillas, me hace pensar que los señores en están más allá del bien y el mal. Recuerdo los títulos que vi a mediodía y pienso que en cualquier casa debería haber por lo menos quince de ellos.

Al terminar la charla me pongo a escuchar el homenaje a Efraín Huerta. Estoy bastante divertido. Pero no creo que me pague el editor por dejarme apapachar de esto. Salgo a la conferencia de prensa de Juan Villoro. Las preguntas son las mismas, las respuestas parecen un guión predeterminado. Ahí es cuando prefiero leer a los autores. Su habla se ha transformado en una cháchara de lugares y frases comunes que sus fans esperan de él. Supongo que ya no tiene que esforzarse por hacer atractiva la charla, todos tomamos las mismas notas, los mismos comentarios que he leído y escuchado en miles de lugares sobre Villoro. Creo que prefiero seguir leyéndolo. Sé que todos los medios dirán las grandes cosas sobre él. Dejo aquello por la paz. Prometo no aburrirlos con lo de siempre.

Me voy a ver a Gladys González. Poeta chilena que vale la pena leer. La presentación es bastante graciosa a cargo de Eduardo Padilla y Noemí Moreno. Tampoco termino porque tengo que salir corriendo a escribir esto y después a entrevistar Jorge Esquinca. Mañana les sigo contando.