ENTREVISTA
De José Revueltas a los videojuegos: Aldo Rosales en dos de tres caídas, sin límite de tiempo
Entrevista con el ganador del Premio Nacional de Novela “Jorge Ibargüengoitia”

Guanajuato, Gto. ¡En esta esquinaaaa, el ganador del Premio Nacional de Novela “Jorge Ibargüengoitia”, del bando de los técnicos, procedente de la ciudad de Méxicooo: Aldooo Rosaaleeees! (aplausos).
En esta otra, el vate reportero del bando de los rudos, que tratará de entrevistarlo: ¡Veliooo Ortegaaa! (abucheos, rechiflas y mentadas).
A dos de tres caídas sin límite de tiempo, Aldo dialoga. El entrevistado nació en la Ciudad de México el 16 de noviembre de 1986. Es licenciado en Enseñanza del Inglés, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Destaca como perteneciente a una nueva corriente de narradores jóvenes. Es coordinador del taller de Creación Literaria en FARO Indios Verdes. Ha colaborado en Casa del Tiempo, El Universal, La Jornada, Nocturnario y Punto de Partida. Becario del FONCA en el Programa Jóvenes Creadores (2016-2017). Becario del PECDA, otorgado por el Estado de México (2018-2019).
Amante de la lucha libre, los videojuegos y el cine, se considera a sí mismo como parte de un relevo generacional de la literatura mexicana.
Se le preguntó sobre las nuevas generaciones, de las que se dice que no leen, que no escriben.
Es lugar común decir que no escriben ni leen las nuevas generaciones, aclara; habrá que revisar eso de que “no se lee”, sino ver qué se lee. Explica:
Hay jóvenes que leen novelas gráficas, cómics, y plataformas y redes de publicación virtuales. Se asume como referente: “me tocó crecer con los videojuegos y son una fuente de narración importantísima”
Generaciones que leen en otros contenedores textuales, bajo otras formas y que están produciendo en otras plataformas, sostiene y prosigue:
Sí escriben, hay gente joven que explora diferentes géneros, que consume otros datos. La escritura, añade, es una carrera de larga distancia y surge una nueva generación de literatos que se perfila para hacer el relevo. No somos encumbrados ni consagrados, pero tampoco desconocidos, asevera.
Son escritores jóvenes que buscan su nicho de lectores y destaca: somos una generación cómoda, seguimos aprendiendo de grandes maestros, vamos a talleres, compartimos con los más jóvenes, recalca y sentencia: unos seguirán, otros desaparecerán. Remata:
“A pesar de eso, sigue el libro como vaso comunicante entre generaciones y me parece que va a seguir ahí por mucho tiempo más, seguiremos leyendo libros y escribiendo”.
Nanda
El jurado, integrado por Daniela Tarazona, Brenda Navarro y Pablo Berthely dictaminó a “Nanda”, como la obra merecedora del primer lugar entre un total de 50 participantes.
“Nanda” es la novela con que Aldo ganó el premio en honor al escritor guanajuatense. El entrevistado explica lo que aporta con ella: es una novela que pasa a formar parte del grueso de novelas que publican en el país.
Así habla sobre su obra:
“Nanda” es la novela en la que más se habla del fenómeno de la lucha libre con conocimiento de causa. Contextualiza:
“Desde 2014, que publiqué mi segundo libro de cuentos, que se llama “Las cuatro esquinas”, que tiene que ver con la lucha libre, me gusta pensar que estoy aportando un grano de arena a la resignificar literatura de la lucha libre, no como el fenómeno kitsch ni como el lugar común sino la lucha libre como una forma de vida, como una filosofía de vida”.
Esa fue mi apuesta principal en “Nando”, recalca: “es la novela que más se acerca a la lucha libre en todos los ámbitos”.
Adelanta sobre su obra: una de las escenas finales de “Nanda” la hice como réferi.
Otras pasiones
Aldo no sólo escribe: también es luchador. ¿Con máscara?:
Sí, por supuesto. Creo que por eso me encantó el pseudónimo que usé en la novela. También la uso como luchador: “Dimitri”.
¿De dónde abrevas como escritor?, se le pregunta y es contundente:
“Definitivamente, José Revueltas es mi pilar, mi inspiración para mí. Yo no escribiría si no hubiera conocido la obra del maestro Revueltas”.
Es su autor de cabecera, con “Los motivos de Caín” como la novela que lo inició en esa inquietud de leer y escribir.
También ha abrevado de Ma Jian, autor chino que tiene una novela que se llama “Pekínen coma”. “Leerla me ayudó a estructurar más o menos en dos tiempos y en dos voces la novela”.
Aldo comenta que ha estado leyendo cuentos y novelas, que disfruta mucho también a Jesús Gardea, pero también confiesa que tiene otros temas e influencias para sus siguientes trabajos:
“He tratado de incorporar a últimas fechas a la música. No soy melómano, pero integro el tema de la música en el proyecto que acabo de finalizar, un proyecto de Jóvenes Creadores, que anteriormente era el FONCA
Otra de sus pasiones es el cine y quiere hacer audiovisuales:
“Me gusta más el cine que la literatura y trato de hacer cine con la pluma; hacer guion es una de las deudas que tengo conmigo mismo”.
Premios y publicaciones.
Aldo Rosales es autor de los libros de cuento Luego, tal vez, seguir andando (Río arriba, 2012), Entre cuatro esquinas(FETA, 2014), La luz de las tres de la tarde (BUAP, 2015), El filo del cuerpo (Revarena ediciones, 2016), Ciudad nostalgia (Abismos, 2016), Sombra-Reflejo (BUAP, 2017), Los panes y los pescados (Ediciones Periféricas, 2018), Tiempo arrasado (Revarena ediciones, 2019), Mismatch(Cuadrivio, 2020) y Foley (Fondo Editorial del Estado de México, 2020), con el que obtuvo mención honorífica en el Certamen Literario Laura Méndez de Cuenca 2018. También es autor de los libros de crónica Tren suburbano (Malpaís, 2019) y Linde faz (FETA, 2018) con el que obtuvo el Premio Nacional de Crónica Joven Ricardo Garibay. Obtuvo mención honorífica en el Premio Nacional de Periodismo Gonzo 2018 por la crónica “Big Tony Bang».
Parte de su obra se encuentra en las antologías Cuentistas de Tierra Adentro 2007-2017 (Tierra Adentro, 2017); Antología de letras de Jóvenes Creadores del FONCA (SC, 2017); Luz y sombra (Bola de papel, 2018).