El Maromero Pays y El Hippie: dos íconos del Cuévano popular

El Maromero Pays
Fallecen personajes emblemáticos de la ciudad de Guanajuato

Guanajuato, Gto. Las muertes de “El Maromero Pays” (también llamado “Páez”) y Martín Álvarez Sáenz “El Hippie” sacudieron al imaginario popular guanajuatense. Dos personajes que se convirtieron en ícono de la vida social de ese Cuévano que Ibargüengoitia no alcanzó a novelar. Fueron dos luchadores: en el ring y en la vida.

La arena estaba de bote en bote…

Enfrente del legendario mercado Hidalgo se apostaba un hombre bajito, robusto, calvo; de nariz aguileña y sonriente. Sus manos grandes y brazos aún fuertes mostraban la herencia de su oficio de juventud: luchador, con el mote de “El Maromero”.

Don Raúl perteneció a una de las cinco generaciones que producen y venden en la ciudad un par de golosinas que alternan en identidad con las afamadas “charamuscas”: los mamones, los borrachos y los gusanitos.

El primero es un pan esponjoso, el segundo es jugoso y el tercero es un polvorón reseco. De ahí los gritos de “Mamones… borrachos… gusanos…”, con las que Raúl Ibarra atraía compradores en la zona más popular de la ciudad.

También acudía a funciones de lucha libre y partidos de béisbol, con su charola repleta de mercancía, cubierta con hule.

Polifacético, alegre y entusiasta, siempre con una sonrisa. Fue deportista: luchador y pentatleta y, en su retiro panadero y vendedor de ese pan que producía en su casa del callejón de 4 Vientos, obra de 200 años de tradición.

Falleció el pasado sábado, tras perder la última de las caídas ante las enfermedades que lo aquejaron.

¡Mamones, borrachos, gusanos!, se escucha allá arriba (cualquier referencia a los políticos, es mera coincidencia).

Voluntad cumplida

“El día que muera hagan un desmadre”. Y así fue: la calle de Mendizábal de convirtió en fiesta para despedir a Martín Álvarez Sáenz.

“El Hippie” murió el pasado 21 de febrero. Fue rockero, de la onda “gruesa”, artesano y líder que lograra que vendedores de mercancías populares y artesanías tuvieran espacios para sus ventas, en especial en periodos de vacaciones y, sobre todo, durante el Festival Internacional Cervantino”.

Logró que, finalmente, su gremio se estableciera en los restos de una antigua hacienda ubicada junto a la legendaria Alhóndiga de Granaditas.

Este viernes se le sepultó. Hace 37 años, Martín Álvarez Sáenz y los hippies fueron reprimidos, golpeados, detenidos, lo que daría lugar a la creación de la Asociación de Artesanos Quetzalcóatl que mantuvo vivo al Festival Internacional Cervantino. 

Un Cervantino sin hippies ya no se puede comprender. Murió al plano físico Martín Álvarez Sáenz, pero "Martín el hippie" se quedó entre la banda rockanrolera, del blues, regae y el hip hop. 

Fue el líder que exigió, luchó y defendió el reclamo de espacio para los artesanos y los comerciantes populares. Ir “con los hippies” se convirtió en un referente para propios y visitantes.

Y en cumplimiento de su última voluntad, decenas de comerciantes tomaron las calles de Guanajuato. Le hicieron guardia en la sede de la antigua hacienda y lo despidieron con un baile colectivo con música griega, con rock, con blues, con vivas y aplausos entre tragos de tequila.

Así honraron a “El Hippie Mayor” que los representó por más de 25 años. Sus familiares y amistades organizaron y desarrollaron una caravana de coches por el centro de la ciudad y bailaron en el exterior del famoso túnel de los Hippies, ubicado en la bajada de Mendizábal, cerca de la Alhóndiga de Granaditas. Martín Guillermo Álvarez Sáenz falleció después de haber sufrido los embates del COVID-19 y de varios problemas vertebrales.

También deportista

"El Hippie" fue luchador de lucha grecorromana. Llegó a ser seleccionado nacional, Inició la primera escuela de ese deporte en Guanajuato. Apoyó también a la lucha libre.