OSUG estrena en Guanajuato obra sobre el desplazamiento forzado de la nación cherokee

OSUG estrena en Guanajuato obra de Michael Daughert con la flautista Megan Maiorana
Participa Megan Maiorana como solista en la flauta

Guanajuato, Gto. La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) recibió al director invitado Mark Kadin para estrenar en Guanajuato Sendero de lágrimas, obra de Michael Daugherty, misma que dio título al programa con la participación de la flautista Megan Maiorana.
Mark Kadin, de origen ucraniano, inició su carrera como director en 1990, siendo asistente de la Orquesta Sinfónica Estatal “Rusia Joven” y el Conjunto de Música Contemporánea de Moscú. Actualmente, es director titular de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro. Antes lo fue de la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional de Bulgaria; ha sido director invitado de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú y del Teatro Musical Nacional de Lituania, director musical de la Orquesta Sinfónica de Krasnoyarsk y director residente de la Orquesta Nacional Rusa y la Orquesta de Cámara Virtuosos de Moscú. Además, mantiene relación con más de 80 orquestas en Europa, Asia, América del Sur, Australia y Nueva Zelanda, y ha colaborado con un gran número de artistas de primer nivel.
El concierto comenzó con Obertura para arcos (1963), del mexicano Carlos Jiménez Mabarak, compositor siempre cercano a las fuentes clásicas y la identidad nacional mexicana, cuya obra abarca el escenario orquestal, de cámara, cinematográfico, teatral y dancístico.
Esta pieza inicia con austeridad y elegancia, incluso con solemnidad; destaca la claridad y la transparencia de la escritura para las cuerdas. La música se anima después de la introducción. En la parte central, se percibe una abstracción de cierto espíritu cortesano. A lo largo del desarrollo, se presentan diversos estados de ánimo con un imperante espíritu neoclásico. En el final, Jiménez Mabarak inserta gestos sonoros y expresivos en un lenguaje un poco más moderno.
En cuanto a Sendero de lágrimas (Trail of tears), para flauta y orquesta de cámara (2010), creación del estadounidense Michael Daugherty, hay un cuidado especial desde la composición sobre el balance entre el instrumento solista y el ensamble, por lo que la orquesta contempla dos cornos, dos trompetas, dos trombones, timbales, percusión, arpa y cuerdas.
El tema de la obra es el desplazamiento forzado de 15 mil personas de la nación cherokee al este del Río Mississippi, de las cuales murieron cerca de 4 mil por motivo del clima invernal, la enfermedad y la hambruna. De noviembre de 1838 a marzo de 1839, realizaron una marcha de casi mil 300 kilómetros en condiciones precarias para ser reubicados en Oklahoma, suceso al que se denominó “Sendero de lágrimas”. En palabras del autor, constituye “un viaje musical sobre cómo el espíritu humano descubre maneras de lidiar con la convulsión, la adversidad y la adaptación a un nuevo entorno”.
El primer movimiento, “Donde el viento soplaba libre” (Where the wind flew free), reflexiona sobre los recuerdos significativos a partir de la frase del líder nativo americano Gerónimo (1829-1909); este inicia con un lamento de la flauta sola con modernas técnicas de producción de sonido. El segundo, “Encantamiento” (Incantation), es el más expresivo y medita sobre la muerte y la esperanza en la vida posterior, con algunas combinaciones tímbricas. El tercero, “Danza del sol” (Sun dance), posee una escritura ágil y virtuosística para la flauta; evoca la más importante ceremonia religiosa de los pueblos originarios de América del Norte en el siglo XIX, la cual se practica nuevamente después de cien años de prohibición, esto sin clichés imitativos de falsas melodías indígenas.
Sorprendió la interpretación de Megan Maiorana, música estadunidense quien ha sido flautista principal de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes desde 2001 y profesora de la Universidad Autónoma de Zacatecas desde 2008. Ha colaborado con importantes orquestas nacionales en el estreno de varias obras, al igual que con el Cuarteto José White, con quien estrenó y grabó Horas marcadas, de Javier Álvarez, entre una amplia participación docente con varias instituciones de educación musical superior.
Como integrante del Ensamble Sinfónica de Nueva Inglaterra, participó en giras internacionales en Rusia, Escandinavia y Estados Unidos. También se ha presentado en múltiples ocasiones en el famoso Carnegie Hall de Nueva York. Junto a su ensamble LUMINARIA, ganador del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) en 2015, ha ofrecido conciertos para el público hidrocálido y guanajuatense, así como en el Palacio de Bellas Artes, y fue finalista del concurso de la Asociación Nacional de Flautistas, en Estados Unidos, con su proyecto “Aumentando el Repertorio Mexicano para el Ensamble de flauta, viola y arpa”, en la Convención de Chicago.
Después del intermedio, el concierto cerró con la Sinfonía núm. 5 en fa mayor (1875), del músico checo Antonín Dvořák. La composición se desarrolló durante un momento de gran éxito para el compositor, cuya obra había ya impresionado a Johannes Brahms. De ella se ha dicho que los primeros compases representan el inicio sinfónico más ligero y evocan el suave murmullo de los bosques, las aves y la paz interna de la naturaleza. El segundo movimiento presenta una construcción formal semejante a la dumka, expresión musical folklórica ucraniana, mientras que en el último se aprecia la intervención del clarinete bajo durante siete compases.
El siguiente y último programa de la temporada será “Dos titanes”, donde la OSUG rendirá homenaje a Wolfgang Amadeus Mozart, con la Sinfonía núm. 35 en re mayor, "Haffner", y a Gustav Mahler, con la Sinfonía núm. 1 “Titán”. Este se presentará el jueves 19 de junio en el Teatro Juárez (Guanajuato capital) y el viernes 20 de junio en el Teatro del Bicentenario (León), ambos a las 20:00 horas. Boletos disponibles en las taquillas de los recintos.