Sí, es extraño publicar una reseña de una película que se estrenó a finales del 2013, pero ¡qué hacerle, si acaba de llegar a León! Y como siempre, a mi eterna desilusión de que las distribuidoras sacan pocas copias para películas no taquilleras, se le suma el que estamos entre las últimas ciudades por donde las rolan.

Dejando atrás mi furia con las distribuidoras y los cines… a lo que interesa. Philomena es una preciosa, memorable y conmovedora película.

La cinta está basada en la historia de Philomena Lee (Judi Dench, qué más queremos), una ferviente católica en todo el sentido de la palabra, y Martin Sixsmith (Steve Coogan), un periodista cuya carrera terminó debido a su involucramiento en un lío político inglés de gran impacto.

Estos opuestos y singulares personajes se unen en una travesía donde Philomena trata de reencontrase con su hijo Anthony, a quien una familia adoptó 50 años atrás, mientras ella se encontraba recluida en un convento irlandés católico (de esos “encantadores” estilo The Magdalene Sisters).

El viaje incluye mucho drama y buenos toques de comedia, y aunque denuncia a las instituciones más antiguas de nuestra sociedad, nunca se desvía de lo que el director Stephen Frears (High Fidelity, The Queen) nos quería contar.

Un gran drama donde ríes, lloras y te conmueves hasta los huesos. Sólo está en una sala de un solo conjunto de cines en León, así que si quieres ver buen cine, hay que ir a esa única sala, sólo en ese cine de León.