En los dos siguientes encuentros de la ronda divisional, se dio un resultado inesperado y otro que resultaba predecible, en función de los distintos desempeños a lo largo de la temporada.

Tigre de las nieves

En un escenario preparado para la épica, con la nieve cayendo y la tribuna en estado de euforia, los favoritos Bills de Búfalo recibieron en su terreno a los Bengalíes de Cincinnati, en proceso incremental, para definir el pase a la final de la Conferencia Americana. Fueron los felinos quienes pronto pusieron  en situación complicada a sus rivales con sendas anotaciones en sus dos primeras ofensivas: Chase recibió pase de 28 yardas de Burrow para abrir la cuenta y Hurst hizo lo propio para poner el marcador 14-0, sin respuesta en las dos primeras ofensivas de los del estado de Nueva York., quienes dieron señales de vida entre la nevada hasta el segundo cuarto con carrera de Allen, para ponerse a siete de diferencia, ampliada pronto a diez por los de Ohio con gol de campo de McPherson en la siguiente ofensiva. Los anfitriones volvieron a tener la pelota pero no carburaron y se diluyó el primer medio con malos augurios para ellos.

No obstante, en su primera posesión de la segunda mitad, los Bills lograron acortar distancias nuevamente con un gol de campo de Bass, tras un recorrido que se llevó la mitad del tercer cuarto. Pero la solidez de los Benaglíes seguía intacta: en su siguiente ataque, también prolongado, anotaron de siete gracias al acarreo corto de Mixon y tras detener a los de casa, volvieron a poner tres puntos ya en el periodo final, mientras que sus rivales fallaban en  cuarta oportunidad y eran interceptados: 27-10 terminó el score a favor de los visitantes, quienes se mostraron como los subcampeones de la liga que todavía son y mandando rugidos y zarpazos fuertes para enfrentar lo que siga. Por su parte, a Búfalo le vuelve a faltar el estirón final, a pesar de sus grandes cualidades grupales e individuales, para llegar al partido grande. Será para la otra.

Mineros y Vaqueros: Juego defensivo

Se esperaba un partido cerrado a la baja de puntos, sobre todo por la fuerza de las defensivas y las dudas en las que de pronto incurren las ofensivas, en particular la de los Vaqueros de Dallas que se enfrentaba ahora al poderoso equipo de contención de los 49ers de San Francisco. Así empezó el partido: los dos primeros ataques de los anfitriones terminaron en despeje, mientras que de los visitantes, uno en patada y el otro en intercepción, de la que se derivó el gol de campo de Gould con el que los californianos rompieron el cero. Los de Texas tomaron la pelota y montaron una buena cabalgata que concluyó ya en el segundo cuarto con un touchdown de Schultz, atrapando un pase corto: como se hizo costumbre reciente, fallaron el extra. Tomaron la pelota los mineros y lograron otro gol de campo para empatar el partido, sin lograr llevar la pelota hasta las diagonales. 

Prescott lanzó su segundo pase interceptado en la siguiente posesión que aprovecharon los de casa para anotar su tercer gol de campo ya al filo del tiempo disponible de la primera mitad. Para el tercer cuarto, los visitantes patearon en su primera ofensiva pero recuperaron la pelota por un balón de suelto, lo que les permitió empatar a 9 puntos el partido con gol de campo del sufrido Maher. Después de un despeje por equipo, por fin los 49ers lograron llevar la pelota hasta la zona decisiva, gracias a la carrera de dos yardas de McCaffrey en la primera jugada del cuarto episodio. Respondieron los de la estrella solitaria con otro gol de campo pero permitieron lo mismo en la siguiente ofensiva de sus rivales y después fueron incapaces de mover la pelota, ante la férrea defensa de los de casa. 19-12 concluyó un partido que terminaron controlando bien los de la bahía, a pesar de una actuación discreta al ataque, y que demostró que Prescott y la ofensiva de Dallas no acaban de consolidarse y responder a la altura de las circunstancias en momentos decisivos.