Presentan libro sobre Pedro de Alba, 'prócer olvidado por la historia oficial'
Guanajuato, Gto. Concibió dos posturas revolucionarias: la autonomía de los pueblos originarios y el bolivarismo como factor de unidad e la América Latina. Médico de profesión, fue el mexicano que promovió que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cambiara el concepto de “Derechos del Hombre” por el de Derechos Humanos. A la altura moral e intelectual de Gilberto Bosques y Genaro Estrada. Su nombre: Pedro de Alba.
La presentación en el Mese Gene Byron del libro Ideas Revolucionarias del Dr. Pedro de Alba y semblanza biográfica de los siglos: XX y XXI, escrito y publicado por José Óscar Padilla Lobato, mostró el lado humanista y de independencia política e ideológica de “un précer desconocido y olvidado por la historia oficial”.
Elena Ortiz Muñiz fue la presentadora formal, pero lo hizo con un procedimiento creativo que le dio un toque de fluidez y cordialidad al tema: comentarios generales y preguntas al autor.
Así, Óscar Padilla expuso que el biografiado nació en San Juan de los Lagos, Jalisco, pero se desarrolló y formó en Aguascalientes.
Pedro de Alba fue un gambusino de la historia, estudioso del pasado y analista del presente, librepensador. Con visión humanista y sin compromiso con el poder y los partidos, a los que calificaba de “traficantes de sueños”. Propuso hacer de la derrota política una victoria cultural y reivindicó al indigenismo y su planteamiento fue precursor de las ideas que dieron lugar al levantamiento zapatista.
También concebía a una América Latina unida e integrada para enfrentar a los grandes poderes imperiales de su tiempo.
Apostaba por un socialismo autóctono, autónomo y democrático, con una conciencia intelectual en sí y para sí que rompía con la autoalienación y la subordinación a las ideologías dominantes.
Para el autor. Pedro de Alba fue el Víctor Hugo mexicano del siglo XX, que retomó las ideas de Ricardo Flores Magón y otros pensadores libertarios de México, que en su papel como diplomático estuvo a la altura de Gilberto Bosques y Genero Estrada.
Pedro de Alba fue un gran impulsor de la cultura y tuvo un destacadísimo papel en la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, el Arte y la Educación (UNESCO). Nació en 1887 y murió en 1960 y su trabajo como diplomático fue reconocido en otros países. En México, el plantel 9 de la Escuela Nacional Preparatoria lleva su nombre y se le recuerda en Aguascalientes como un hijo intelectual adoptivo. También la Universidad Autónoma de Nuevo León lo reconoce como uno de sus fundadores.
Fue un médico altruista que llevó una vida austera y cumplía uno de sus sueños cuando visitaba San Juan de los Lagos o Aguascalientes: vestir de charro.
En el libro se destacan aspectos muy generales, entre los que sobresalen relacionados con la migración.
Es un texto de autor que puede ser adquirido a través del Museo Gene Byron.
Datos del biografiado
Nació en la ciudad de San Juan de los Lagos, Jalisco, el 17 de diciembre de 1887. Durante su infancia vivió en Aguascalientes donde cursó la instrucción primaria y la secundaria; y en esa misma provincia, continuó su educación en el Instituto de Ciencias de Aguascalientes donde terminó el bachillerato. En su juventud, junto con un grupo selecto de jóvenes elaboraron una revista llamada “Bohemio”.
El gobierno estatal le concedió una beca para que estudiara la carrera de medicina en la capital del país; terminó en la Escuela Nacional de Medicina y en 1914 se graduó para pasar a la Práctica Médico Militar retirado del ejército regresó a Aguascalientes para empezar a ejercer su profesión y se especializó en Oftalmología: ingresó a la administración pública como Jefe de los Servicios de Salubridad, Consejero de esa Institución Pública y director de la Escuela Preparatoria del Estado. Durante el periodo de 1920 a 1922, fue electo diputado por el Estado de Aguascalientes; y de 1922 a 1926 continuó su carrera política en el Senado. Este último cargo, lo vuelve a tomar por segunda vez en el lapso de 1952 a 1957.
Desempeñó el puesto de Director en el Instituto de Ciencias en el que fuera alumno de bachillerato durante los años 1917 a 1920. Su vocación principal fue el magisterio. Viajó a la capital para ocupar el puesto de diputado. Desde su intervención en la Cámara de Diputados, fue uno de los principales redactores de la reforma constitucional y de la nueva Ley Orgánica de la Secretaría de Educación Pública. Al terminar su representación política, pasa a ser Director de la Escuela de Filosofía y Letras de 1927 a 1929, desde ese puesto se articula “a la promoción escolar que combatió contra el caudillaje militar y por la reforma universitaria de 1929”.
El 13 de julio de 1929, recibió el nombramiento como Director de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México y ocupó dicho puesto hasta el 11 de febrero de 1933; además con su trabajo y guía se dio forma y cuerpo a las aspiraciones locales con la fundación de la Universidad de Nuevo León. En 1934, recibió el nombramiento como delegado de México ante el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual que tuvo sede en París y ante la Liga de las Naciones en Ginebra en 1935. Fue además representante de nuestro país, en el congreso Hispanoamericanista e investigador en el Archivo de las Indias de Sevilla.
Radicó en los Estados Unidos al ser asignado representante mexicano ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) para el departamento de la Unión Panamericana que se encargaba de estudiar y promover la cultura del hemisferio. Fue embajador en Chile, Embajador Plenipotenciario permanente de México, ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Fue encargado de la Delegación Permanente de México en Ginebra, Suiza, ciudad donde falleció en 1960.
Durante su vida intelectual, publicó entre otros aspectos, la serie “Periodistas Mexicanos del Siglo XX”. De sus libros, se pueden destacar Fray Bartolomé de las Casas, padre de los indios (1924), De Bolívar a Rooselvelt, democracia y unidad de América (1949), A la mitad del siglo XX (1957), Crisis de la civilización y decadencia de la cultura, UNAM ( 1957), Ramón López Velarde, Ensayos (1958) y su autobiografía, Viaje al pasado. Memorias (1958).
(Datos publicados en https://enp9.bibliotecas.unam.