El Rey León: hiperrealismo extraordinario pero innecesario

Disney se aprovecha desde hace algunos años de nuestra hambre insaciable de hiperrealismo, y continúa con la fórmula de taquilla. Sin duda, los remakes siguen siendo la manera fácil de la industria de Hollywood para llenar las salas de cine.

Después de la taquillera Aladdín le llegó el turno al El Rey León, que a de 25 años de su estreno, llega con una nueva adaptación.

La historia no cambia: es la aventura del pequeño león príncipe llamado Simba, engañado por su malvado tío Scar que lo aleja de su reino. Años después, Simba regresará a su hogar para continuar el legado de su padre Mufasa y reclamar su lugar en el trono. ¿Les suena a Hamlet? La historia sigue estando llena de tintes dramáticos, de comedia, amor y aventura.

Este filme es dirigido por Jon Favreau (conocido por su papel de Happy en Iron Man). En su versión en inglés cuenta con las voces de Donald Glover (Simba), Beyoncé (Nale), Chiwetel Ejiofor (Scar), Seth Rogen (Pumba) y John Oliver (Zazu). En español, Simba es el cantante Carlos Rivera y Nala, la actriz mexicana Fela Domínguez.

Además, para quienes amamos el soundtrack, el compositor Hans Zimmer es una vez más el encargado de componer la banda sonora de esta nueva versión. Elton John regresa para ocuparse de las canciones clásicas que escribió para la primera versión.

Aprovechando otra moda, Beyoncé lanzó The Lion King: The Gift, una producción musical con canciones inspiradas en el filme. En el álbum colaboran artistas como Jay-Z, Kendrick Lamar, Childish Gambino y Pharrell Williams.

Volviendo a la película…

Uno de los logros vitales de esta adaptación es la animación. Realmente sientes que fueron a África a grabar; todo tiene un realismo impresionante.

Aunque el director declaró como su principal reto el de lograr que los animales tuvieran expresiones reales, no lo logró. La teatralidad de la versión de 1994 quedó en la esquina de algún microprocesador. No logras percibir la emotividad que los personajes principales transmiten mientras mueven los labios, con lo que un producto tan esperado se convierte en un documental de televisión.

Los momentos graciosos protagonizados por Timón y Pumba son los que salvan la película, modificando los chistes originales para dar modernidad a la historia, lo que fue un gran atino.

 

Los aciertos:

• La película es un logro visual.
• Los musicales que imaginó Sir. Elton John se conservan, renovados con voces pop privilegiadas.
  Conservan la historia original de Timón y Pumba.

 

Los errores:

• Un doblaje mediano, de perfección sacrificada para meter a Carlos Rivera, un cantante popular.
• A los personajes les sobra realismo pero carecen de emotividad.

¿Vale la pena ir a ver El Rey León? Se disfruta y es un deleite para las familias, pero es una pena decir que el fuerte de Disney es la animación, y que las propuestas frescas y originales quedan en segundo plano.