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Tiempos violentos

****ENVELOPE STORY FOR DECEMBER 4, 2014.  DO NOT USE PRIOR TO PUBLICATION**********  Oscar Isaac (Abel)  in a scene from the movie  A Most Violent Year, directed by J. C. Chandor_Photo credit: "Photo by Atsushi Nishijima, Courtesy of A24"
Oscar Isaac en "A Most Violent Year" (2014) Fotografía: Atsushi Nishijima.
Tiempos violentos

A decir por lo expuesto en las dos películas más importantes del realizador J.C. Chandor, estamos en las vísperas de la confirmación de un novel cronista que posa su mirada sobre la urbe cosmopolita más afamada, caótica y lastimada del imaginario de los Estados Unidos.

Con apenas tres largometrajes de ficción, dos de ellos se ubican en la convulsa ciudad de Nueva York y que se pueden interpretar como agudos ensayos sobre la despiadada cultura empresarial, muy emparentada con el universo de la mafia.

Margin Call (2011) ya nos dejaba en claro, a pesar del estatus de privilegio en el que viven los especuladores de la bolsa, las maquinaciones perversas y antiéticas que llevaron a la debacle de la economía mundial y de la cual todavía estamos padeciendo sus consecuencias el grueso de la humanidad. Para el realizador nacido en Nueva Jersey, todos y cada uno de los involucrados en el sablazo más descarado e impune de la historia, son simplemente una bola de delincuentes carentes de cualquier escrúpulo, rateros de cuello blanco al fin y al cabo, apenas humanizados por sus conflictos morales.

Esta ambigüedad ya no estará presente en El año más violento, la ruda e inquietante historia de Abel Morales, un hispano que evoca con su sola presencia, cierta esencia gansteril, personaje que intenta construir un emporio en una zona postindustrial polvorienta, mugrienta a trazos reales y que amenaza con caerse a pedazos. En la sombría visión de Chandor, nunca veremos la iconografía turística de la ciudad, sino más bien el territorio donde se lleva a cabo una guerra intestina contra Abel y su esposa Anna, por fuerzas delincuenciales ocultas en el anonimato o en el linaje postizo que proporciona el cariz corporativo.

Gran parte de la fuerza e intensidad que destila el thriller se concentra en la carrera contra reloj del personaje epónimo, para conseguir dinero y por permanecer impoluto ante los embates de sus enemigos, tratando de no mancharse de lodo al internarse en el fango de las traiciones, las presiones económicas y los manipulados litigios con la justicia; en la comprobación de una cosmovisión sobre un empresariado al estilo americano podrido hasta la médula.

Heredero de la tradición revisionista que proclamó la “generación de la televisión”, conformada entre otros por Alan J.Pakula, Sidney Lumet, Stanley Kramer y Robert Altman, entre otros, la estética del filme variará gradualmente de la intención realista carente de efectismos  a la inmersión de los ambientes degradados del bajo mundo; descollando la magnífica escena donde Abel se enfrenta cara a cara con sus enemigos en un restaurant, en una clara evocación al cine de mafiosos clásico y la persecución a pata que retrotrae a la clásica The French Connection (William Friedkin. 1971), nomás para atestiguar el decadente Nueva York de los ochenta.   

Acorralados, al matrimonio Morales no les quedará más remedio que utilizar las medidas pertinentes para hacer frente a su descomunal dilema: la amenaza, la violencia física y hasta la asociación delictuosa, con el riesgo de quebrar su propia relación ante la evidencia de acciones de dudosa moral, sobre todo de parte de Anna.

Queda claro para la intuición del espectador el sucio pasado de Abel. Y que Anna tratará por todos los medios conservar el aura men at work de su marido ante las autoridades, incluyendo la amenaza y la extorsión al fiscal afroamericano en un lenguaje soterrado. Una imagen que todos ponemos en duda, por supuesto, una incertidumbre que se hace extensiva al espectador. Los políticos, igual de convenencieros, harán su acto final para afianzar el estatus quo emergente, un arreglo tras bambalinas que, para nosotros los que vivimos en este mortificado país, suena demasiado conocido.

Resbalando gachamente con su improbable conclusión e ignorada olímpicamente en la pasada edición de los galardones de la academia, al menos queda la certeza que vienen nuevos creadores que poco a poco están otorgando una nueva dimensión al thriller contemporáneo.

A Most Violent Year (El Año Más Violento)/ D y G: J.C. Chandor/ F en C: Bradford Young/ E: Alex Ebert/ M: Ron Patane/ Con: Oscar Isaac, Jessica Chastain, Alessandro Nivola, Peter Gerety, Elyes Gabel y David Oyelowo/ P: Before The Door Pictures, Washington Square Films, FilmNation Entertainment, Participant Media, Imagenation Abu Dhabi FZ, Old Bull Pictures. EUA-Emiratos Árabes Unidos. 2014.