Guanajuato, Gto. Ibán de León escribe sobre su niñez y en su obra retrata una realidad de nuestro tiempo: la violencia. A veces siento pena por escribir sobre ese tema, aclara y precisa a la vez: “pero alguien lo tiene qué decir”.

El pasado 15 de diciembre fue la presentación editorial de “Gorriones”, libro ganador en el Concurso Nacional de Poesía Efraín Huerta 2021, escrito por Ibán de León.

Este autor nació el 26 de marzo de 1980, en Río Grande, Oaxaca, en la región de Pinotepa Nacional. Es licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde se formó y tuvo como maestro e inspiración a Javier Sicilia.

“Gorriones” es una obra intensa. El poeta Baudelio Camarillo leyó fragmentos del libro, donde el pequeño Juan fue la referencia para comprender esa realidad del niño pequeño que se transforma en el gran sicario, en el hijo adoptado por el narco, para que así Ibán narre esa culpa por nuestra omisión social.

El libro de Ibán ahora es parte de la colección de Ediciones La Rana y su publicación es motivo para charlar con un poeta oaxaqueño que se formó en Morelos y vivó 20 años ahí. Regresó a mediados de 2022 a Oaxaca.

Aunque su estado natal es de gran tradición literaria, su formación es morelense recalca, y destaca que es alumno del también poeta Javier Sicilia:

“Conozco a escritores de Oaxaca, como Andrés Henestrosa y otros; he pensado eso y creo que en mi obra también están presentes las raíces oaxaqueñas”. Prosigue:

“Escribo mucho sobre la infancia y sobre ese paraíso perdido que fue la niñez. Uno siempre regresa a esos temas”.

El escritor aclara que “Gorriones” es como un hermano de otro libro que se llama “Pan de la noche”, publicado en Zacatecas como obra ganadora del Concurso Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Explica:

“Terminé ese libro y sentí que no acabé de decir lo que quería e inmediatamente empecé otro, que resultó ser “Gorriones”. Era la continuidad del tema de la violencia y los asesinatos”.

El abordaje del tema es desde una posición que sorprende: desde el victimario: 

“Es la violencia vista desde un yo que podría ser el que asesina; empecé a escribirlo así, sintiendo como culpa. Guardamos mucho silencio cuando pasan estas cosas y empecé a escribir pensando que si callaba al menos soy cómplice”.

La otra parte de la aportación de Ibán es que tiene que ver con la fragilidad de la vida, indica: “que se puede escapar en un segundo, que alguien llega, te dispara y se acabó. Pensaba en eso”.

--Es una realidad inmediata, que estamos viviendo, se le comenta y el poeta continúa:

“Luego imaginé las dos historias (niñez y sicario); estaba muy clavado leyendo sobre violencia. Yo siempre he pensado que uno siempre va escribiendo sobre lo que va sintiendo y leyendo. Estaba leyendo noticias, cosas que pasan en el entorno, cerca y fuera de la casa y la calle y eso te mueve tanto que uno se sienta a escribirlas. Esos dos libros fueron así”. Amplía su reflexión:

“A veces me da un poco de pena haber escrito sobre eso pues, en realidad uno no ha pasado directamente por esas situaciones”.

--Esa es la ventaja tiene ser literato, se le comenta. Ser periodista es la objetividad, pero ser literato es otra cosa, permite más libertad.

Se remite a responder:

“Ser periodista en México es peligroso”. 

La respuesta sacude y se opta por regresar al poeta como tema:

-          ¿De dónde has abrevado para tu poesía?

“Sobre todo de poesía mexicana de principios del siglo XX: Los Contemporáneos, poetas como López Velarde o César Vallejo, tremendo gran poeta peruano. Más recientemente he estado leyendo mucho a Braulio Zurita, que justo habla de la violencia. De hecho, debí haber dado crédito a su obra, porque también son lecturas que influyeron para que escribiera este libro

He estado leyendo mucha crónica y un libro que se llama “La fosa de agua. Desapariciones y Feminicidios en el Río de los Remedios”, de la escritora y periodista Lydiette Carrión, que habla sobre los feminicidios en el estado de México”.

--¿Habrá una trilogía?

“Estaba pensando escribir un tercer libro, pero ya me pesa porque siento culpa; pero por otro lado está que alguien lo tiene qué decir”.

La poesía de Ibán de León es emotiva, con fragmentos que narran y otros que parecieran no tener hilación entre sí, pero que, en su conjunto, hacen unidad.

Trayectoria

Ibán de León fue Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos (FOECA) EN 2004, en la categoría Jóvenes Creadores; del Programa de Becas y Formación de Jóvenes Escritores de la Fundación para las Letras Mexicanas FLM, en el periodo 2009–2011; del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Oaxaca (PECDA), en la categoría Jóvenes Creadores, en 2013 y del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Morelos (PECDA), en la categoría Creadores con Trayectoria, en 2017.

Premio Nacional de Poesía Sonora–Bartolomé Delgado de León 2011 y Premio Nacional de Poesía Amado Nervo, 2014, además del López Velarde de 2018.

Su obra forma parte de las antologías Desde el fondo de la tierra, poetas jóvenes de Oaxaca (Carlos López, Praxis, 2012), Familiaridades / Extrañamientos. Muestra de literatura joven de México (Pablo Molinet, Ediciones Sin Nombre, 2013) y Parkour pop.ético (Armando Salgado/ José Agustín Solórzano, Secretaría de Educación Pública, 2017).