RESEÑA DE LA PELÍCULA
‘Wild’: 1,100 millas de expiación
El director Jean-Marc Vallée (Dallas Buyers Club) nos trae de nuevo una adaptación. Esta vez es la historia de Cheryl Strayed, que en 1995 encontró la forma de lidiar con la muerte de su madre y con una dependencia a la heroína, caminando 1,100 millas a través de la Pacific Crest Trail, ruta de caminata con paisajes extremos, desde la frontera de México hasta la de Canadá.
Hay veces que podemos olvidar, por sus elecciones, que la estrella –también productora de esta película- Reese Witherspoon puede regalarnos actuaciones emotivas y tan poderosas como lo hace en Wild. Witherspoon sale de la oscuridad hacia paisajes inhóspitos, en el camino te va presentando la demoledora historia con su madre (la encantadora y tierna Laura Dern) y va expiando culpas.
La fotografía es digna de mención, ya que se utilizó casi en su totalidad luz natural (todo un reto al momento de filmar). El sountrack que acompaña a Cheryl durante su jornada también es notable: Simon and Garfunkel, Paul McCartney, Leonard Cohen, Portishead, entre otras maravillas. La edición es intrigante que te va llevando hacía lo más oscuro de la vida de Cheryl hasta al final de la travesía.
Si bien las actuaciones son notables, es casi imposible que Witherspoon y Dern puedan levantarse en la próxima entrega de los Oscares, ya que van contra las monstruosas actuaciones de Julianne Moore y Patricia Arquette, respectivamente.
Una aventura emotiva y apasionante, donde el espíritu humano se pone a prueba; al frío, al hambre, al calor, a la culpa y al perdón.