Orientan el voto los obispos del bajío

Llaman a votar, pero 'no por alguien que promueve el aborto y/o  la eutanasia'

León, Guanajuato. Los obispos de la Provincia Eclesiástica Bajío, integrada por las diócesis de León, Querétaro, Irapuato y Celaya, hicieron un llamado a la ciudadanía para que el domingo 6 de junio acudan a las urnas “a emitir un voto libre, razonado y responsable”, pero no “por alguien que promueve el aborto y/o  la eutanasia”.

A través de un escrito que circula desde este mediodía, también expresan: “las graves situaciones provocadas por la pandemia han puesto en crisis nuestro sistema nacional de salud, nuestro sistema educativo, la seguridad de los mexicanos y la sana convivencia familiar que ha visto amenazados sus ingresos”.

Consideran necesario que la vacunación contra COID-19 sea más ágil para que la salud de todos corra menos riesgos, la economía pueda reactivarse, los niños puedan asistir a la escuela, los índices de violencia dentro y fuera de los hogares puedan disminuir.

“Esperamos tener las condiciones necesarias para retomar el camino de la fraternidad y la reconciliación que nos ayude a reconstruir el tejido social, tan resquebrajado hoy”.

En su exhorto a la ciudadanía para que el 6 de junio acudan a votar, el Arzobispo de León, Alfonso Cortés, y los obispos de Querétaro, Fidencio López Plaza; de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, y de Celaya, Benjamín Castillo, exponen lo siguiente:

“Tenemos ante nosotros las próximas elecciones, las cuales tienen un tinte muy especial, ya que se definirá el rumbo de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, además congresos locales y miles de alcaldías.

JUZGAR

Los cristianos no podemos faltar a nuestras graves obligaciones temporales, por lo que estamos llamados a votar según las exigencias de nuestra propia conciencia y las del bien común (cfr. Gaudium et Spes 43). Esta participación, tanto a través del voto como en organizaciones que buscan el bien común, es elemento fundamental para la construcción de la democracia (cfr. Pacem in Terris 55; Centesimus Annus 46).

El Papa Francisco nos dice que la actividad del amor político se refleja en acciones que promueven la cooperación en verdad, ofreciendo sencillos ejemplos: si ayudamos a un anciano a cruzar un puente, estamos hablando de caridad, pero el amor político nos debe llevar a construir ese puente; la caridad ayuda a quien tiene hambre, pero el amor político lleva a buscarle una fuente de trabajo. Los pobres no pueden ser considerados solo como objetos de nuestra ayuda. Si en verdad queremos ayudar al pobre no es dándole, haciéndolo dependiente y fomentando el paternalismo, se deben poner en práctica y recuperar los principios de solidaridad y subsidiariedad (cfr. Fratelli Tutti 186).

ACTUAR

El cristiano tiene la obligación de participar en la búsqueda del modelo político más adecuado en la organización y en la vida política de su comunidad.

Invitamos a emitir un voto libre, razonado y responsable, teniendo en cuenta al menos cinco pasos:

Informarse, sobre las propuestas de los partidos políticos y conocer la trayectoria de sus candidatos. La información se puede tener por los medios de comunicación; asistiendo a eventos públicos; intercambiando opiniones con otras personas; etc.

Analizar, para saber si las propuestas de los partidos y candidatos atienden de manera efectiva nuestros problemas y coinciden con nuestra ideología, intereses y necesidades, tanto individuales como para la comunidad. Por ejemplo, no se puede votar por alguien que promueve el aborto y/o  la eutanasia.

Intercambiar y discutir ideas con otras personas de manera respetuosa, racional y tolerante. Se trata de comparar las distintas propuestas y valorar la que más nos convenga como individuos y como comunidad. Como el defender el derecho de los padres a educar a sus hijos.

Decidir. Una vez que se han analizado y discutido las propuestas, es necesario valorarlas y definir nuestra propia posición. Así podemos decidir por quien votar.

Votar. Ahora, es momento de acudir a la casilla del día de la elección, marcar la boleta en el recuadro de la opción elegida y depositarla en la urna. Acto que debe ser resultado de un proceso libre, informado, razonado y responsable.

Recordemos que nuestra participación política tiene como momento privilegiado el acto de votar, pero no termina en él. Necesitamos dar seguimiento a nuestro voto, estar atentos a los resultados, vigilar que las personas elegidas cumplan con sus promesas de campaña.

CONCLUSIÓN

Vivamos este proceso electoral con mucha fe en Dios, fe que no puede reducirse al terreno de lo  privado y lo individual; con mucha esperanza en la construcción de un México mejor; esperanza que se funda en saber que estamos acompañados por Dios Nuestro Señor y nuestra Madre Santísima la Virgen de Guadalupe, con mucha caridad manifestada en el amor capaz de asistir a un pobre, pero también en buscar su promoción y la transformación de nuestra sociedad”.