DESDE LAS ENREDADERAS
Calacas de Las Enredaderas • Velio Ortega

La Calaca, muy altiva,
cruzó retenes y valla
para exclamar: ¡oh, malhaya,
la Casa Legislativa
es política muralla,
de diputados malsanos,
entre debate y diatriba,
ajena a los ciudadanos!
La Calavera ladina
se lleva a ricos y pobres.
Con ella no valen sobres
ni pactos en la cantina:
del pueblo trae los enfados,
e inconformidades mil.
Hasta el panteón de Marfil
mandará a los diputados.
Y con solaz frenesí
su cruel guadaña blandió
y su cuchilla segó
parlamentarios del PRI.
A Yulma y a Tiscareño,
a Gustavo y Alejandro
la Muerte dijo: malandros
ardan en macabro leño.
Ecologistas serán
mas les espera el panteón,
les dijo la Flaca maja,
muy severa la tunante
a la banda del tucán:
Martha Lourdes en su caja,
Gerardo salió en cajón
con los tenis pa’ adelante
Se publicó en la revista,
pasquín ramplón e inhumano,
“Gaceta del Inframundo”:
ya viene para este rumbo
Dessire la feminista
en petate ciudadano.
De soberbia, pecadores,
de poses en la tribuna,
continuaba la Catrina
segando legisladores:
Conmigo no valen fueros
discursos ni peroratas,
de sus mercedes ingratas
quedarán los puros cueros.
Se daban golpes de pecho
en la bancada del PAN:
pero se han de ir derecho
hasta el fondo del Mictlán.
Aquí no valen los ruegos:
Márquez, Salim y Rangel
se tateman a raudel.
Ni sus poderosos egos
los salvaron de la lista:
Katya, Bricio, Margarita,
Borja, Zanella y Ortiz,
atiborran el veliz.
Aquí no vale si rezan:
pesada será la cruz
para Casillas y César
y María de la Luz.
A Briseida y a Fortino,
Martha, Susana y Martín
les tocó fatal destino:
ser de gusanos festín.
Sin penas y sin rencillas,
la Parca mandó al averno
a una triada con furor:
Alfonso, Noemí y Casillas.
En eso un tipo presto
le dijo a la muy malvada:
yo me llamo Luis Ernesto,
y yo mando en la mana… bancada.
Respondió su señoría:
estarás en taquería
como trompo de pastor
La bancada de Morena
fue la última en ser vista.
Entre golpes y mentadas
la Parca pasó revista
en busca de su pepena.
Alcaraz pelea con Prieto,
Cuauhtémoc nada de muerto
a la derecha de Ernesto.
Aunque grites y te enfades,
a Edith le dijo la Muerte,
te irás en cajón con Hades.
Fue para Irma la sentencia
Y el intelectual David:
morirán en penitencia
con diputados del PRI.
Ese día, en la mañanera,
un mesiánico sermón
se mandó a la Calavera.
Les va mi contestación,
reviró rauda la Muerte:
chairos y neoliberales
vivimos castigo eterno;
sufrimos nefasta suerte,
porque ustedes, mis vivales,
son, para México, infierno.