Se casan en Ceprereso Valle de Santiago 10 personas privadas de la libertad
Valle de Santiago, Gto. La firma de un acta matrimonial es una escena que reconocemos con facilidad: una promesa, dos personas tomadas de la mano y una hoja que guarda una de las decisiones más importantes en la vida. Pero cuando esa escena sucede al interior de un centro penitenciario, todo cambia. Hay patios custodiados, instantes más breves y uniformes que toman el lugar de trajes de ceremonia.
Ahí, el acto adquiere una dimensión más profunda. El matrimonio se convierte en un acto de fe, en una esperanza sellada, en el primer paso hacia una historia distinta, escrita con la convicción de que los nuevos comienzos son posibles.
Así ocurrió en el Centro Estatal de Prevención y Reinserción Social (Ceprereso) de Valle de Santiago, donde diez personas privadas de la libertad se dieron el "sí" y contrajeron matrimonio civil con sus parejas, en una ceremonia organizada con el apoyo de la Oficialía del Registro Civil del municipio.
La actividad forma parte de la Campaña de Regularización de Matrimonios y Reconocimiento de Menores, en el marco de una política penitenciaria más humana, donde la legalidad convive con el acompañamiento y las segundas oportunidades.
La oficiante del Registro Civil extiende los documentos con cuidado. Con cada acta de matrimonio, ofrece legitimidad, estructura, derecho. Frente a ella, las parejas la miran con emoción, se toman de la mano, se susurran cosas que solo dicen quienes han esperado mucho, pero no han dejado de creer.