Partidos muy flojos en uno de los grupos en donde predominaron los empates a lo largo de todas las jornadas y, en contraste, mayores emociones en el otro pelotón que definió a los equipos que seguirán con vida en el torneo.

GRUPO C

Dinamarca enfrentó a Serbia en un partido que arrancó con faltas continuas e incluso con una tempranera tarjeta amarilla para los balcánicos. Fue hasta pasado el cuarto de hora que se presentó un primer remate de cabeza que salió desviado y después apareció Eriksen con un par de intentonas para romper el cero. Los serbios jugaban más en la lógica de la lucha que de la creación, aunque eran los más necesitados del triunfo, si es que aspiraban a continuar en tierras alemanas: se presentaron apenas alrededor de la media hora de juego, si bien los daneses seguían con esa orientación más o menos ofensiva sin arriesgar de más, a sabiendas que un empate casi les aseguraba su clasificación.

Intentaron despertar los serbios para la segunda parte, en la que se lanzaron cambios por ambos bandos para tratar de modificar el desarrollo del partido. Sin embargo, no hubo mayores cambios y fueron otra vez los daneses quienes estuvieron más propositivos, en tanto que los serbios reaccionaron un poco hacia el final con un par de llegadas que se perdieron en el camino: únicamente dispararon a puerta una vez, por lo que difícilmente podrían aspirar a más. Las redes nunca recibieron la pelota. Serbia se despide del certamen sin triunfo, dejando la sensación de que estaban para más, y los nórdicos quedan afianzados como segundos de grupo, en espera de ver cómo se dan las demás combinaciones.

Inglaterra cerró la fase de grupos contra Eslovenia, país que tenía la posibilidad de seguir avanzando en caso de no perder. Sesko metió el primer susto, seguido de otro por parte de Sporar. Los ingleses tenían más la pelota pero con cierta displicencia, sin mostrar mayor profundidad o sentido de urgencia: fue hasta la media hora cuando se empezaron a presentar más en la puerta rival, sobre todo vía Kane, aunque también a través de Foden, que revolotea por todos lados, todavía sin encontrar el nivel acostumbrado, como el resto del equipo, que da la sensación de no tener el ímpetu necesario o mostrarse muy confiado.

La segunda mitad transcurrió de la misma forma: los ingleses, sabiendo que prácticamente tenían asegurado el liderato del grupo, tenían la pelota y la paseaban sin lanzarse demasiado al frente, en tanto los eslovenos lanzaban algún ataque esporádico pero también ya con la mira puesta en sacar el empate y sumar su tercer punto. Se hicieron algunos cambios y se presentaron algunas otras llegadas por parte de los Tres Leones pero sin terminar de convencer: parece que al entrenador le está costando trabajo gestionar tal cantidad de figuras, algunas de las cuales lucen cansados y con los estragos de las largas temporadas en sus clubes. Al final el marcador no se movió y ambos equipos están en la siguiente fase: ojalá logren cambiar, en particular los ingleses, y jugar como saben.

GRUPO D

En su última presentación en estas instancias, Países Bajos y Austria nos regalaron uno de los mejores partidos de la fase de grupos, entre goles, llegadas y mucho nervio. Muy pronto y para seguir con esta extraña tendencia en el torneo, Malen anotó en propia puerta y puso en desventaja a los neerlandeses, quienes reaccionaron con enjundia y lanzaron varias ofensivas que anunciaban un muy probable empate; en tanto, los austriacos seguían en la suya sin renunciar del todo al frente y tratando de cuidar su ventaja: esta actitud de los dos conjuntos provocó que el partido resultara, además de técnicamente muy bien jugado, emocionante por las acciones que visitaban los arcos.

Rápidamente, Países Bajos logró el empate en el segundo medio vía un contragolpe coronado por sólido disparo de Gakpo al 47’, abriendo un momento favorable para su equipo que no pudo traducir en la ventaja, misma que llegó pero otra vez de parte de los austriacos, ahora gracias a un cabezazo de Schmid desde el centro del área. Quedaba media hora de partido y, dadas las circunstancias, cualquier cosa podía pasar. Y pasaron varias. Tras diversos cambios, Depay controló la pelota en el área y disparó para emparejar los cartones, aunque el VAR intervino y retrasó un poco el festejo por una supuesta mano que nunca existió. Con quince minutos por delante, esto no se iba a quedar así: fueron los austriacos por tercera ocasión los que se fueron arriba vía Sabitzer, ahora ya sin respuesta neerlandesa. El triunfo le valió al equipo de Austria acabar en primero de grupo, mientras que Países Bajos se fue al tercer lugar.

Ya sin demasiada presión, la selección de Polonia saltó al campo para jugar su partido de despedida, ante una Francia que, como otras potencias, todavía no termina de explotar en el torneo. Unos primeros veinte minutos agradables, con ambos equipos buscando la puerta de enfrente y generando acciones que pudieron ponerle número a la casa; posteriormente el trámite entró en una zona de mayor lucha en la media cancha, con un ligero dominio galo en el que seguían arribando al arco rival. Por su parte, Lewandowski tuvo la suya en un remate de cabeza donde se quedó solo con su alma, pero el balón fue ligeramente desviado y no encontró la portería. Skorupski, el segundo portero de Polonia, se erigía como el héroe ante los embates de medio equipo francés.

En el complemento, la presión se incrementó en el área de los polacos, hasta que Mbappé cobró un penal al 56’ para mandar al frente a su equipo, después de un gran esfuerzo de unos por generar, y de los otros por defender. El gol no pegó en el ánimo de las Águilas blanquirrojas y después de los cambios de rigor lanzados por los dos conjuntos, el cuadro bajo de Le Bleus se vio en aprietos y cometió penal, bien cobrado por Lewandowski para emparejar los cartones al 79’, dejando poco espacio para un nuevo desequilibrio, a pesar de que los dos lo intentaron. El empate dejó a Francia en el segundo puesto del grupo y a Polonia en el cuarto, despidiéndose de manera digna de Alemania.