Champions 2025 [III]: La ida de las semifinales, llamadas y respuestas

Barcelona - Inter Milán

"Lo cierto es que en ambos casos, todo queda para definirse en la vuelta"

 

Entre la leyenda de Respect y un minuto de silencio por la muerte del Papa Francisco, mensajes por la paz y el infaltable himno del certamen, se desarrollaron los dos primeros partidos de las series previas a la final: un triunfo visitante y un empate fueron los resultados con distinto nivel de sorpresa y contrastante generación de emociones. Lo cierto es que en ambos casos, todo queda para definirse en la vuelta.

LONDON CALLING

En el norte de Londres, tanto el Paris Saint-Germain como el Arsenal salieron al campo buscando presión alta, siguiendo las indicaciones de sus respectivos técnicos españoles. Muy pronto, apenas al cuarto minuto de partido, un astuto Dembélé encendió la pequeña parte de la tribuna de azul con un disparo preciso de primera intención, desde la línea del área, que pegó en el poste,  y se fue para adentro, tras una combinación con el incansable Kvaratskhelia. El golpe táctico y emocional fue duro para los de casa, apenas recuperándose pasados los 20 minutos de juego, pero quien seguía siendo más peligroso era una flexible visita, intercambiando posiciones, transicionando con soltura y llegando a puerta en dos o tres ocasiones, incluyendo una gran atajada de Raya a contrapié. Saka empezó a despertar hacia el final de la primera parte y hasta recibió la amarilla por reclamar una jugada en la que no cometió falta y para cerrar, una puntual desviada del gigante Donnarumma en mano a mano con Martinelli.

Rápidamente vio la amarilla el combativo Neves y de ahí se derivó una lucidora jugada a balón parado, ejecutada por Rice y rematada por Merino que el VAR anuló por fuera de lugar. Diez minutos después, el propio Rice arrastró la pelota 60 metros y sirvió a un participativo Trossard que cruzó su disparo pero nuevamente el arquero italiano se lanzó justo para desviar la pelota. El partido entró en una fase de cierta cautela, mayor disputa en el medio campo y lucha por tratar de generar peligro pero con mayor elaboración de jugada: quedarse así, arriesgar para el empate o buscar el segundo. El cansancio empezó a presentarse en el campo del Emirates y se vinieron los cambios a 15 del final; un rebote que dejó en buena oportunidad al cuadro parisino que dejó escapar, otra más en un mano a mano y un disparo al travesaño cuando la puerta estaba a su disposición, mientras que los londinenses llamaban con urgencia para alcanzar el empate que nunca llegó.

BARCELONA RESPONDE

El favorito Barcelona se vio rápidamente sorprendido en su tierra al el primer minuto por un aventurero Inter de Milán que se fue al frente con elegante gol de Thuram, rematando de taquito un servicio de Dumfries. La presión arreció de inmediato sobre el arco italiano: Ferrán tuvo dos oportunidades que se fueron apenas desviadas y la doble cobertura sobre los peligrosos extremos parecía no resistir demasiado tiempo, aunque fue el propio Dumfries, lanzándose de media chilena, quien puso el segundo para la visita al 21’, contrastando el marcador con lo visto en el campo. Parecía cuestión de tiempo y así fue: Yamal la puso con guante pegada al poste tres minutos después y tras varios salvamentos de Sommer, por fin Ferrán culminó una precisa jugada de Pedri y Raphina para empujar la pelota y emparejar los cartones, dándole un poco de coherencia al marcador en relación con las oportunidades generadas, si bien quedaba la impresión de que los anfitriones pudieron irse al descanso con la ventaja. Cuatro joyas de gol.

Para la segunda parte, fue el Inter el que tuvo la primera en los botines de Dimarco pero la pelota se fue por arriba, enviando el mensaje de que adelantarían un poco las líneas para emparejar la cancha y por ahí buscar nuevamente la ventaja, alcanzada al 63’ en un tiro de esquina cobrado por Çalhanoglu y rematado por el neerlandés Dumfries, anotando su segundo del día, además de la asistencia, para convertirse en uno de los jugadores clave de su equipo, junto con el incombustible Barella. Todavía celebraba el cuadro milanés, cuando Rafinha sacó un zapatazo desde fuera del área que impactó en el larguero, le rebotó al arquero y se incrustó en la portería para decretar el 3-3 y responder de nuevo ante la desventaja. Con poco menos de media hora, entre cambios varios, se percibía en el ambiente y en las llegadas a ambos arcos que podría caer el tanto de la diferencia, pero entre los arqueros y los ajustes defensivos se mantuvo el marcador, no obstante un gol anulado milimétricamente al Inter y una pelota que saludó la horquilla y otra más una desviada de Sommer hacia el final. Brillante y sufrido enfrentamiento.