Futbol • Finales apertura 2023 • Fernando Cuevas

Club América

 

Se enfrentaron el campeón vigente y el líder del torneo: dos de los equipos más constantes de los últimos años y que empiezan a construir una rivalidad que le viene bien al fútbol mexicano, de pronto extrañando partidos con mayor pasión e intensidad. También disputaron la final en la rama femenil, confirmando que se trata de dos sólidas instituciones de nuestro fútbol de las que, sin embargo, se esperaría una mayor producción de jugadores jóvenes, dadas las posibilidades con las que cuentan, en lugar de repatriar futbolistas hechos o contratar extranjeros que han brillado en otros clubes. Los equipos se repartieron los títulos, curiosamente venciendo al respectivo campeón vigente.

 

 

Las amazonas rugen fuerte

En el partido de ida, fueron las de Nuevo León quienes se impusieron por contundente marcador de 3-0, sacando ventaja desde antes del 10’ con un tanto resultado de varios rebotes que al final fue empujado por Stephany Mayor; reaccionaron las americanistas tratando de empujar al frente pero al 25’ las llamadas Amazonas ampliaron la ventaja con disparo elevado desde fuera del área que no pudo alcanzar la arquera local: se revisó la jugada y la árbitra terminó señalando el centro del campo. Tuvieron sus llegadas las de amarillo en el resto de la primera mitad pero no pudieron acortar la distancia, misma que se amplió al 58’ tras un error de la portera del América, bien aprovechado por Belén Cruz. Arribos en una y otra portería con la pelota visitando el travesaño de manera frecuente sin que el marcador se moviera: gran ventaja para las norteñas.

En el enfrentamiento de vuelta las jugadoras de la UANL salieron a jugar con el marcador, mientras que las todavía campeonas, en el entendido de que no había mucho que perder, buscaron de inicio la puerta contraria, sabiendo que un gol en el primer cuarto de hora las regresaba a la final: estuvieron cerca de conseguirlo en un par de ocasiones, pero no lograron concretar; por su parte, las anfitrionas también tuvieron algún acercamiento pero seguían más bien en lo suyo: que el reloj avanzara, inclemente. Salieron las Águilas con enjundia para la segunda parte, tratando de buscar pronto romper el cero, pero más allá de alguna aproximación, fueron menguando en su intento, al punto que en cierto momento parecía más probable el gol de las rivales que el propio, gracias a letales contragolpes; todavía al final tuvieron el de la honra pero el disparo salió desviado. El cuadro neoleonés se quedó con el título gracias al global de 3-0, colocando su sexto trofeo en sus vitrinas, a los que se suman tres subcampeonatos en trece torneos disputados.

LAS ÁGUILAS VUELVEN A VOLAR ALTO

La primera parte del juego de ida arrancó según lo esperado. El equipo de la UANL, en su calidad de local, buscó tener la pelota y construir de a poco, en tanto el América analizaba y proponía un similar planteamiento. Una tarjeta amarilla por bando como bajarle a las aguas y las aproximaciones empezaban a surgir para inquietar medianamente ambas porterías en un par de ocasiones. La segunda mitad arrancó bruscamente con un penal cometido por Angulo que Martín convirtió para mandar al frente a la visita, aunque el equilibrio se impuso rápidamente gracias a un cabezazo trece minutos después del ingresado Herrera a servicio de tiro de esquina de Córdova, tras un fuerte presión sobre la valla de los capitalinos. Firmaron pronto el empate de manera implícita: arriesgaron cada vez menos, sobre todo los de Coapa, y ambos equipos decidieron procrastinar la definición para la vuelta.

De regreso, el partido arrancó en similar tesitura que su antecesor: no arriesgar de más pero tratar de controlar el centro campo y la pelota. Una hermosa y lejana volea de Gignac que pasó muy cerca del poste derecho fue la primera jugada grande del partido al 10’, seguida de otra volea, esta de vez del americanista Valdés, que Guzmán tapó con el pecho de manera espectacular, tanto como la desviada de Malagón al remate a bocajarro del delantero francés de los Tigres, pasada la media hora de juego. La primera parte terminó por mantener su equilibrio con un cabezazo de Quiñones que echó por fuera de una portería abierta de par en par. 

La segunda mitad empezó a elevar la tensión y disminuir el espectáculo: un disparo rebotado de Valdés y un fogonazo al travesaño de Carioca fueron las aproximaciones más relevantes, además de una colada de Fidalgo, hasta que a diez del final, apreció la acción que terminó por definir el rumbo del encuentro: una expulsión rigorista por un imprudente manotazo de Fulgencio, que tenía poco de entrar al campo, acompañada de una burda actuación de Quiñones que se tiró al pasto como si le hubiera pegado Mayweather. Al arranque del tiempo extra, el propio Quiñones anotó el primero y Sánchez complementó con el segundo, cuando ya el portero Nahuel había sido expulsado. El tercer tanto vino en el segundo tiempo extra gracias a tiro angulado de Rodríguez, cuando ya todos esperaban el silbatazo final. Después de cinco años de sequía, el América alcanza su decimocuarto título.