Liguilla Clausura 2025 (II): La vuelta de los cuartos
"Se definieron los cuatro semifinalistas tras los enfrentamientos de sábado y domingo"
Se definieron los cuatro semifinalistas tras los enfrentamientos de sábado y domingo. Avanzaron los cuatro primeros de la tabla con diferentes niveles de sufrimiento. Se presentaron expulsiones en los dos primeros y las infaltables polémicas, una de ellas decidiendo un resultado. Mejores partidos en general que los de la ida, sobre todo por el ingrediente de no haber mañana, como diría el clásico.
Endemoniado esfuerzo
Con la obligación de ganar en casa para avanzar, el Toluca saltó a sus infernales territorios tratando de olvidar el parón de 18 días para enfrentar al Monterrey, equipo que a pesar de las dudas que dejó en el torneo, mostró buen control durante los primeros veinte minutos del partido, manejando los tiempos y espacios sin mayor problema, mientras que los de casa apenas se acercaron en pelota parada cerca del 20’. Entonces vino una jugada clave: Helinho se fue expulsado al 21’ y toda la dinámica cambió, paradójicamente, en favor de los de rojo, quienes empezaron a funcionar mejor con un hombre menos, en tanto los Rayados parecían entrar en demasiada confianza. Paulinho dejó una pelota en el poste cerca de la media hora con la puerta abierta y poco después, Vega condujo con habilidad y fuerza para quitarse a varios jugadores rivales, entre trompicones y regateos, y anotar el gol de la ventaja, que pudo ampliarse con un par de llegadas de un pundonoroso cuadro toluqueño. Hacia el final, una mano de Gallardo en el área que no se marcó en favor de la visita.
Como sucedió en el encuentro de ida, el conjunto norteño salió con un poco de mayor decisión para el complemento y rápidamente empataron el marcador vía disparo de De la Rosa, apoyado por un desvío. La Pandilla siguió presionando algunos minutos para tratar de sentenciar la serie pero una vez más fueron bajando los brazos y cayendo en ese extraño conformismo que tanto aqueja a los equipos del fútbol nacional; por su parte, los del Estado de México no se rendían y empezaban a crecer tras recuperarse del gol, generando algunas llegadas hasta que Paulinho remató al 68’ totalmente desmarcado en el corazón del área, tras un tiro de esquina y ligera peinada, para volver a mandar al frente a su equipo y ponerse en la lógica de la gesta. Con escasa creatividad y sin saber aprovechar el hombre de más, el Monterrey intentó anotar con poca fortuna, limitado compromiso y escaso tino, mientras que los de casa, comandados por Vega y Marcel y con férrea marca uno a uno, llevaron el compromiso al límite para terminar ganando en difíciles circunstancias.
Vuelo apacible
A diferencia del partido de ida, tanto el América como el Pachuca salieron al campo de la Ciudad de los Deportes con mucha mayor disposición para buscar el arco de enfrente y abrir el marcador lo más pronto posible. Los visitantes, más necesitados de anotar, consiguieron hacerse un poco más de la pelota y generar peligro, incluyendo dos pelotas que se encontraron con el travesaño, una gracias a una oportuna desviada de Malagón. Pasado el cuarto de hora, Zendejas aprovechó un balón de rebote y cruzó su disparo para apuntarse el primer gol de la serie; tuvo el segundo pero disparó por un lado, si bien a la siguiente logró concretar, con mayor grado de dificultad, para poner un pesado 2-0 antes de la media hora, que se acentuó con la expulsión del nacionalizado marroquí Idrissi al final de la primera parte, dedicado a soltar patadas y codazos como si quisiera adelantar sus vacaciones.
La segunda parte, ya con ventaja en goles y hombres, fue un vuelo apacible para las Águilas, más bien orientadas a cuidar el resultado sin arriesgar lesiones o expulsiones sin renunciar del todo al ataque, en tanto que los Tuzos trataron de plantar cara pero ya con la energía y motivación bastante menguadas, a pesar de intentarlo con un par de disparos lejanos y uno más que se quedó en el poste, al menos para recortar distancias. En general se veía más probable el tercero de los capitalinos, sobre todo por los espacios que se abrieron en el mediocampo y defensa de los hidalguenses, aunque las fallas en la definición, la oportuna intervención defensiva y algún lance de Moreno, evitaron que el score se ampliara: incluso hacia el final, los anfitriones todavía fallaron un penal y el resultado de la primera mitad prevaleció. Un torneo discreto del Pachuca que termina de similar forma en la liguilla.
Firme trayecto
A sabiendas de que había que buscar el resultado sin esperar más que el silbatazo inicial en el Olímpico Universitario, el conjunto del León ya había inquietado la portería del Cruz Azul antes de que el segundero diera una vuelta completa. Y siguió ejerciendo presión alta a pesar de que los de casa trataban de equilibrar las acciones a partir del cuarto de hora de partido, sin conseguirlo del todo. Un disparo que rozó la horquilla puso en alerta, por si hiciera falta, a las filas azules y de ahí varias jugadas que el equipo del Bajío lograba terminar impulsados por la experimentada dupla Guardado-James, mientras que los capitalinos apenas llegaban con centros rematados sin mayor riesgo. Pero pasada la media hora, sin que se esperara en lo absoluto, Rivero empujó un buen recentro para mandar al frente a la Máquina. No pasó mucho tiempo para que el portero Blanco tomara la pelota y le pusiera un largo y medido servicio a Cádiz, quien condujo con precisión y cruzó su disparo al 39’ para emparejar los cartones y volverse a poner a un par de goles de la clasificación.
La Fiera salió con igual disposición para acercarse a la puerta contraria y pronto puso a trabajar a Mier, quien salvó a su equipo en un mano a mano y de paso lo animó a no confiarse y también voltear hacia el arco rival. El partido entró a la zona en la que se presentía que caería un gol tarde o temprano: fue del León pero en propia portería por un mal cruce de Echeverría que terminó por incrustar el esférico de su lado al 66’. A pesar de que 25 minutos eran muy pocos para volver a buscar tres tantos, los ahora de blanco siguieron en lo suyo, ya acusando cierto cansancio, desconcentración y desánimo pero sin perder la actitud competitiva. La Máquina, por su parte, asumió una disposición cautelosa sin lanzar algunos embates al frente, aprovechando los espacios abiertos por el rival, que nunca dejó de intentarlo incluso cuando ya era evidente que la diferencia no se podía acortar: 2-1 al final. El León tiene la oportunidad de darle continuidad al proyecto y buenas cosas podrán venir.
Con uñas y dientes
El partido empezó con escasa claridad por parte de ambos equipos, pero a partir de los 7 u 8 minutos, el conjunto de la UANL empezó a encimar y generar esa sensación de peligro que prende ánimos, mientras que al Necaxa se le dificultaba acomodarse, sobre todo en la mitad del campo, aunque a partir del minuto 20’ empezó a establecer presión alta y fue emparejando el trámite del juego, sin enviar avisos serios al arco rival pero haciendo presencia. Después de un pasaje de equilibrio, hacia el final de la primera mitad otra vez los Tigres tomaron el mando de las acciones y merodearon la portería de los hidrocálidos con buena dosis de amenaza, con todo y que la visita también se aproximó en un par de ocasiones pero errando el toque final o tomando la decisión equivocada. El silbatazo de cierre detuvo la incremental tensión que ambos conjuntos suscitaron antes de irse al vestidor.
Para el complemento, fueron los Rayos quienes tuvieron la primera llegada que resolvió con atingencia Nahuel y en la siguiente jugada, un buen desborde de Lainez fue concluido por Brunetta para mandar la pelota a las redes al 51’. con ayuda de un desvío defensivo. Reaccionó bien la visita y sin mayor tiempo para el duelo, se lanzó a buscar los ahora dos goles necesarios para seguir con vida en el torneo, entre atropellamientos, cierto caos y mucho corazón, suficiente para hilvanar una brillante jugada, pantalla incluída, que terminó con esquinado disparo de Palavecino al 63’ para emparejar el partido y ponerse otra vez a un gol de la clasificación.
El duelo alcanzó su momento de mayor tensión y tras un par de oportunidades por equipo, Badaloni remató con la cabeza al 85’ para mandar al frente a la visita, coronando un enorme esfuerzo, pero el drama se acrecentó: en la compensación, Nahuel se sumó al área y remató hacia el centro y en un toma y daca, la pelota entró a la cabaña necaxista al final impulsada por el rayo Mayorga. Si bien se pudo haber marcado falta, como se señaló en un inicio, el árbitro lo dio por bueno con todo y revisión en la pantalla. Un 2-2 que terminó siendo el mejor partido de los ocho disputados.