Mala alimentación y sedentarismo causan obesidad infantil
León, Gto. Si algo relacionado con la salud se debe de cuidar desde la infancia es una alimentación saludable y la práctica del ejercicio, a fin de evitar el sobrepeso y la obesidad desde una edad temprana que al paso de los años afecte la calidad de vida de la persona e incluso ponga en riesgo la vida de la misma.
El doctor José Ismael Lizama Rentería, coordinador de Prevención y Atención a la Salud, del IMSS en Guanajuato, dijo que si esos malos hábitos cambian a temprana edad se pueden revertir las secuelas que en el organismo se están gestando.
Por ello, la educación para una vida saludable debe empezar desde la infancia, y el reto es equilibrarlo con los hábitos en familia y en la escuela.
El elevado consumo de alimentos “chatarra” y la falta de actividad física están generando que cada vez más niños sufran obesidad o sobrepeso hoy, pero las consecuencias serán en unos veinte años, cuando sean adultos con altas probabilidades de desarrollar diabetes mellitus, hipertensión arterial o cardiopatías, requieran hemodiálisis por daño renal, debido a los trastornos de la glucosa y de acuerdo a prospectivas, eso ocurrirá en la cuarta década de su vida.
El hogar y la escuela son clave en la promoción de una alimentación saludable y el ejercicio en niños, porque además de que ahí consumen su lunch, es donde muchos compran su refrigerio, por lo que es el lugar ideal para empezar a cambiar sus hábitos de consumo proporcionándoles productos que los nutran y no sólo les aporten calorías.
En las escuelas se pueden impulsar deportes como voleibol, básquetbol o fútbol, a fin de abarcar: la actividad física y que el niño aprenda a socializar y a convivir con otros de su edad.
Si solamente hiciéramos esas dos cosas, estaríamos haciendo un enorme beneficio a los niños, porque es la etapa básica en la que están creciendo, su cuerpo se está formando y están sentando las bases para su vida futura, agregó.
Mediante la Guía para el Cuidado de la Salud de PREVENIMSS para niños de 0 a 9 años de edad, el Seguro Social orienta sobre las enfermedades más frecuentes a lo largo de esta etapa de la vida y la manera de detectarlas y atenderlas oportunamente, precisó.
Agregó que la mejor alternativa para los niños es consumir alimentos naturales, frescos (no deshidratados, ni conservados, ni en almíbar) y enteros (no en jugo), como manzanas, naranjas, peras, porque tienen mucha fibra y calorías de buena calidad, así como vitaminas y minerales. También las ensaladas, preparadas de manera higiénica, son buena fuente de nutrientes.
Sin embargo, indicó, la característica de la actual alimentación de los niños es la que se conoce como “chatarra” (frituras, golosinas, pasteles, comida rápida), porque no proporciona nutrientes; son productos que brindan las calorías necesarias para sentirse bien pero no tienen fibra, ni vitaminas, ni minerales. Así, por ejemplo, al beber un refresco se consumen cuatro raciones de calorías de las seis que se requieren al día.