NFL • El súper Tazón LVIII, para los Jefes de Kansas City • Fernando Cuevas

Llegaron el equipo número uno de la Conferencia Nacional y el que más experiencia ha acumulado recientemente en estas instancias, por parte de la Americana, para escenificar el Súper Tazón LVIII en el Allegiant Stadium de Las Vegas, espectacular casa de los Raiders. Los 49’ers de San Francisco avanzaron con autoridad en la primera posesión hasta que McCaffrey soltó la pelota ya cuando estaban en zona de puntos: un error querer seguir arrastrando gente. Entró la ofensiva de los Jefes de Kansas City y salió después de un tres y fuera, como si la defensa de mandara un mensaje de confianza a sus coequiperos, que sin embargo se auto detuvieron con un castigo tras otro.
Una vez recuperada la pelota, los de California montaron buen avance que terminó con los primeros tres puntos del partido, al inicio del segundo cuarto, gracias al gol de campo de 55 yardas de Moody, el más largo en la historia de esta instancia. Respondieron los ahora de rojo pero devolvieron el regalito con balón suelto de Pacheco a nueve yardas de anotar, después de un bombazo de Mahomes que por fin había aparecido en el partido, tras una presencia fantasmal.
Finalmente, para romper la vertiente de escasos avances consistentes y a través de una elaborada jugada, McCaffrey recibió inesperado pase de Jennings -que andaba en todo- para llevar la pelota al touchdown y aumentar la ventaja a 10 puntos, reducida muy pronto a siete en la última ofensiva de la primera mitad, en la que los Jefes lograron avanzar para la patada de Butker, rompiendo el cero que pesó durante los dos primeros cuartos, en los que fueron las sólidas defensivas de ambos equipos las que determinaron la naturaleza del juego, así como ciertos castigos determinantes y algunos errores que evitaron puntos casi en la bolsa.
Tras un show de medio tiempo que no será de los que pasen a la historia en primer término, la primera ofensiva de la segunda parte comandada por Mahomes terminó en manos del rival por una intercepción aprovechando un mal pase, pero la defensiva logró detener a los de blanco y oro. Estábamos ante un inicio del tercer cuarto que siguió la tendencia de dominio defensivo, impuesta a lo largo de toda la primera parte. Se volvieron a aproximar los Jefes apenas lo suficiente para que Butker lograra tres puntos con gol de campo de 57 yardas, rompiendo de inmediato el récord impuesto por su colega y rival del día.
El partido entró en zona de ineficaces ataques hasta que un error rompió la lógica predominante: un balón suelto de los 49’ers en la patada de despeje, le dejó el balón a Mahomes para que en la primera jugada mandara un pase capturado en soledad por Valdes-Scantling y así darle la vuelta al marcador y dejarlo 13-10. Pero los mineros regresaron a las estrategias de su primera ofensiva del partido y lograron avanzar con buen ritmo hasta la zona de touchdown con buen pase a Jennings, con giro paralizante y toda la cosa, de un paciente y cuidadoso Purdy, aunque el punto extra fue bloqueado y la ventaja se quedó al alcance de un gol de campo.
Para continuar con este cambio de orientación en el juego, ahora fue la ofensiva de los Jefes la que logró avanzar, aprovechando ya ciertas ventajas de la secundaria de sus rivales, para empatar el partido a 16 puntos vía Butker. Y con menos de dos minutos por jugarse, otra vez apareció Moody para meter la pelota entre los postes con un cañonazo de más de cincuenta yardas y darle de nuevo la ventaja a los suyos, si bien se dejó el tiempo justo para que la ofensiva de Misuri recorriera el campo para que una vez más Butler dejara los cartones 19-19 y, de paso, nos regalara tiempo extra.
Ganó el volado San Francisco y, de acuerdo con la regla, ambos equipos tienen derecho a una ofensiva aunque el primero anote de seis: no fue así. Los de California avanzaron de manera convincente hasta que se atoraron cerca de la zona final y tuvieron que conformarse con un gol de campo, forzando a Kansas City a hacer lo propio, al menos: pero hicieron más. Fue cuando vimos al Mahomes que se esperaba, justo en el momento decisivo, para conducir una ofensiva hasta los seis puntos a través de un pase corto a Hardman, quien hizo una trayectoria de engaño. Un partido más emocionante por lo equilibrado que técnicamente bien jugado y que deja una serie de jugadas clave que fueron construyendo un destino que al final se decidió más por el tomahawk del jefe que por el pico del minero.