Postemporada NFL 2024 [1] • Comodines de la americana • Fernando Cuevas

Texanos de Houston
"La ronda de comodines en la Conferencia Americana nos dejó dos partidos disparejos..."

La ronda de comodines en la Conferencia Americana nos dejó dos partidos disparejos que se definieron desde el tercer cuarto y otro más que resultó un poco más equilibrado. Ganaron los tres locales, de acuerdo con los momios. 

Texanos entusiastas, cafés descoloridos

Los Texanos de Houston recibieron a los Cafés de Cleveland en un partido que resultaba difícil de predecir, dado el equilibrio aparente que mostraban ambos equipos. En principio, las defensivas controlaron los primeros ataques hasta que las ofensivas tomaron el control del partido: en su segunda posesión, los de casa abrieron el marcador con gol de campo de Fairbairn; respondió la visita con acarreo de Hunt para irse arriba solo momentáneamente, dado que los de Texanos retomaron la ventaja con pase de 15 de yardas de Stroud a Collins, para cerrar el primer periodo 10-7 en su favor. Los de Ohio volvieron a ponerse adelante con envío de Flacco a Hunt pero, ya entrados, los anfitriones montaron inmediata ofensiva para recuperar la ventaja con largo touchdown de Jordan y remataron con otro más de Schultz, recibiendo prolongada jugada y dejando 24-14 el tablero.

Los Cafés necesitaban detener la primera ofensiva del tercer cuarto y lo consiguieron, aunque solo para darle forma a su propia derrota: dos pases interceptados a Flacco, regresados a la zona de anotación en sendas series, terminaron prematuramente con el partido: primero Nelson regresó 82 yardas el balón y después Harris 36 para sumar 14 puntos, cortesía de la defensiva de Houston. La ventaja, ya contundente, todavía se amplió con acarreo de Singletary a inicios del último cuarto para sellar el 45-14 final, mientras Cleveland se la jugaba constantmente en cuarta sin éxito y veía cómo se escapaba su oportunidad de llegar a los juegos divisionales. Asentado juego del novato Stroud en el manejo de la ofensiva -el mariscal más joven en ganar un juego de playoff- y prometedora capacidad estratégica desde la banca dirigida por Ryans.

Jefes invernales, delfines congelados

Los Delfines de Miami se salieron de sus acostumbradas aguas cálidas y se metieron a corrientes heladas en las que perdieron toda capacidad de movimiento, mientras que los Jefes de Kansas City sacaron el Tomahawk y se sintieron, literalmente, como en casa: el cuarto partido con el clima más frío de la historia (el primero es el insuperable Tazón del Hielo), dejó el casco de Mahommes roto, jugadores tratando de conservar un poco de calor y bigotes cubiertos de aguanieve. En la primera ofensiva, Rice recibió pase de 11 yardas para abrir el marcador en un primer cuarto de acoplamiento que se diluyó entre ofensivas improductivas, en tanto para el segundo episodio, los de casa ampliaron la ventaja con gol de campo tras una intercepción a Tagovailoa, que no se encontraba en el terreno de juego hasta que conectó con Hill para un avance de más de medio terreno que culminó con una anotación. 

Respondieron los de rojo con un par de goles de campo para dejar la pizarra 16-7 al término de la primera mitad. Tras el descanso, los de Florida tenían la oportunidad al recibir el balón en la primera ofensiva del tercer cuarto pero se fueron en tres y nada, dejando un mal mensaje que fue aprovechado por los de Misuri, quienes se alejaron otros tres puntos en su primer ataque. A dos anotaciones de distancia, los Delfines lo intentaron pero su ofensiva no lograba encontrar las corrientes marítimas favorables y se fueron entumeciendo irremediablemente, sobre todo después de la anotación de los Jefes a mediados del cuarto periodo para sentenciar el 26-7 definitivo y seguir vivos en la contienda como campeones defensores: Miami terminó decepcionando y sumó 24 años sin ganar en postemporada, en tanto Kansas levanta la mano, como desde varios años, para ser contendiente a pesar de las irregularidades.

Bills efectivos, acereros luchones

Tras ser pospuesto por la imbatible nevada del fin de semana, finalmente se llevó a cabo entre los Bills de Búfalo, ejerciendo como locales, frente a los Acereros de Pittsburgh, por quienes poco se esperaba poco al inicio de la temporada. Y fueron recibidos con dureza: la primera ofensiva de los locales avanzó sin problema alguno a lo largo de 80 yardas para irse al frente con recepción de Knox y, tras un balón suelto, Kincaid recibió preciso envío de 29 yardas para poner el segundo touchdown a certero pase de Allen, quien ya en la segunda mitad se aventó una carrera de más de medio campo, cual búfalo libre en pradera, para dejar la pizarra 21-0: ningún jugador tiene su capacidad para transitar de lo ridículo -pases muy mal lanzados- a lo sublime -acarreo imponente, pase puesto con  bisturí- de una jugada a otra. Todo un espectáculo en sí mismo.

Fueron los equipos especiales de los visitantes quienes le dieron vida: un gol de campo bloqueado, de gran significado motivacional, les permitió iniciar en buena posición y concluir con una anotación de Johnson a pase de un aguerrido Rudolph que dejaba todo en el inhóspito terreno rival. En el tercer cuarto, los de Pensilvania se acercaron a 11 de distancia con gol de campo de Boswell, que fue respondido de igual manera por los anfitriones a través de Bass. Tras una sufrida ofensiva, ya en el periodo final, los Acereros lograron anotar con recepción de Austin III para acercarse a siete y poner el partido en un lugar inesperado, sobre todo tras el arrollador inicio de unos Bills que parecían menguar en su juego. Pero en la siguiente ofensiva, los del estado de Nueva York consiguieron avanzar a trompicones y terminaron anotando vía Shakir, dejando el score definitivo en 31-17. Pittsburgh se despide de la campaña con toda dignidad.