Postemporada NFL [V]: las finales de conferencia
Se definen los contendientes para el Súper Tazón

Quedaron definidos los contendientes para el Súper Tazón de la presente temporada por medio de partidos que no estuvieron exentos de sorpresas y momentos definitorios, en particular por decisiones equivocadas o acciones fuera de lugar que los equipos perdedores terminaron cometiendo.
ESTO SÍ DEBE SER KANSAS
Los Cuervos de Baltimore recibieron a los Jefes de Kansas City en una previsible final de conferencia: los primeros quedaron sembrados como líderes y los segundos saben jugar estas instancias. Ambos jugaron el partido definitivo del sector por primera vez como locales y visitantes, respectivamente. Fallaron los de casa en su primer intentona con un 3 y fuera, en contraste con la visita, avanzando sin problema para romper el cero con complicada atrapada de Kelce, jugador clave de la serie, junto a Pacheco y sus elusivas carreras. Respondieron de inmediato los de morado, también arriesgándose en cuarta y culminando su ofensiva con pase de 30 yardas de Jackson, tras escabullirse de ser derribado atrás, bien atrapado por un solitario Flowers.
Pero para seguir en la misma tesitura, los Jefes mantuvieron el tomahawk en mano y consumieron nueve minutos para volver a llevar la pelota al touchdown con carrera de Pacheco, ya en el segundo cuarto. Los Jefes provocaron un balón suelto de Jackson pero no lograron aprovechar al fracasar en cuarta oportunidad, en lugar de buscar tres puntos. Fallaron las siguientes ofensivas de ambos, con todo y autopase involuntario del mariscal cuervo y para cerrar la primera mitad, los anfitriones tuvieron que despejar y los de blanco lograron avanzar gracias a castigos y, como devolviendo la cortesía, se detuvieron solos cuando ya habían conseguido una anotación de seis: se tuvieron que conformar con un gol de campo de Butker para dejar el marcador 17-7 al final de la primera parte.
La segunda mitad arrancó con sendas ofensivas de tres y fuera, continuando la tendencia de predominio defensivo que se presentó desde mitad del segundo cuarto. Y así fue el resto del tercer episodio: las ofensivas conseguían uno o dos primeros y dieces, en el mejor de los casos, y terminaban despejando la pelota, ante esquemas de contención cada vez más eficaces, sobre todo por parte de los de Maryland. No se movió el marcador, a pesar de que en el cuarto capítulo, cuando los de casa conectaron un pase largo ante la primera confusión de la defensa rival, atrapado por Flowers, quien provocó un castigo por burlarse del rival y no contento con ello, perdió el balón justo antes de anotar, dejando a su equipo con las manos vacías.
Volvieron a intentarlo los locales desde su propia yarda uno y recorrieron el campo con fluida dinámica pero un mal pase de Jackson hacia la zona de anotación terminó en intercepción, frustrando un larguísimo esfuerzo para recortar la ventaja. Ante la inoperancia de la ofensiva de los de Misuri, también provocada por los ajustes en defensa, volvieron a la carga los Cuervos y lograron ponerse a siete de diferencia con gol de campo del infalible Tucker, a dos minutos y medio del final. Pero volvieron a cometer un castigo sin sentido y no consiguieron detener en esa crucial tercera oportunidad, en la que Mahomes puso un envío preciso para ponerle fin al vuelo del cuervo y dejar el marcador 17-10 para los suyos. Tres entregas de balón, dos de ellas en la zona de anotación, terminaron por ser definitivas, junto con las faltas personales absurdas de rudeza innecesaria. Kansas vuelve a demostrar que está hecho para este tipo de instancias, después de brindar una temporada que dejaba dudas, bien disipadas por la sabiduría de Reid y compañía.
EL REGRESO MINERO
Los Leones de Detroit, sin nada que perder, rugieron pronto en su primera ofensiva, coronada por una reversible de Williams que terminó en las diagonales. Respondió la ofensiva de los 49'ers de San Francisco con un buen avance que se detuvo en zona de gol campo, mismo que falló el pateador novato Moody, dejando la pelota en las garras del rival, que con otro ataque implacable terminó en zona de touchdown gracias a una corrida de Montgomery. Los de casa tenían que hacer una minería de datos urgente para descifrar qué estaba pasando; por lo pronto, en su siguiente ofensiva consiguieron establecer un buen ataque que culminó con una estampa muchas veces vista en la temporada: McCaffrey poniendo seis puntos en el tablero.
Lograron por fin detener a la ofensiva de los de Michigan, pero Purdy fue interceptado en zona de peligro y los felinos aprovecharon la oportunidad y anotaron su tercer touchdown del partido, sorprendiendo a propios y extraños, a través de una carrera de quince yardas del elusivo Gibbs. Tras detener a los buscadores de oro, que tampoco carburaban a la ofensiva, los visitantes consiguieron tener una vez más el balón antes del término de la primera mitad y se acercaron lo suficiente para sumar tres puntos a la cuenta y dejar el marcador 24-7 al medio tiempo, ventaja que no se esperaban ni ellos.
Para abrir la segunda mitad, los californianos avanzaron lo necesario para anotar un gol de campo, ahora sí acertado por Moody. Entonces la novatez afloró en el equipo de Detroit: en cuarta oportunidad, en lugar de anotar un gol de campo y mantenerse a tres anotaciones, optaron por arriesgarse: no lo consiguieron e innecesariamente le dieron vida al rival. Con un poco de suerte en un largo pase para Aiyuk, se puso la mesa para que poco después el propio receptor recibiera la pelota enviada por Purdy y así acercar a su equipo a siete, pero sobre todo, cambiar el balance de la motivación, confianza y concentración.
Y ya encarrerados con todo el momento a su favor, tal como era previsible ante la mala decisión del entrenador de los Leones, los 49’ers forzaron un balón suelto en campo enemigo y con breve ofensiva, McCaffrey se introdujo en la zona de seis puntos para, increíblemente y de manera trepidante, emparejar el marcador 24-24 y dejar toda la definición para el cuarto episodio, si bien la tendencia ya era clara en términos de estado mental y emocional: los de casa montaron otra buena ofensiva que concluyó con otro gol de campo para darle la vuelta al partido.
Y como al coach Campbell parece gustarle el riesgo sin cortapisas, volvió a jugársela en cuarta oportunidad en lugar de emparejar los cartones: volvió a fallar como queriendo demostrar que él se iba a morir con la suya. No hubo aprendizaje y sí tropiezos con la misma piedra. Acaso pensar que se trataba de un partido más se entrometió en la toma de decisiones y se siguió por la misma lógica de toda la temporada, como si no hubiera diferencia. Tomaron la pelota los de rojo y avanzaron con la seguridad y confianza que da la ventaja y Mitchell se introdujo en el touchdown para darle ventaja de diez puntos a su equipo con el reloj cerca del final.
Pero no dejaron de pelear: con fiereza, los Leones montaron una rápida ofensiva que terminó en anotación con un pase completo a Williams, ya con menos de un minuto en el reloj. Todavía intentaron recuperar el ovoide con una patada corta pero Kittle se encargó de abrazarla para darle punto final al partido. Una vez más, Detroit fue equipo de una sola mitad, nada más que ahora no le alcanzó y San Francisco le dio una espectacular voltereta para dejar el score 34-31 en su favor. Habrá que agradecerle al cuadro de Michigan la gran y emotiva temporada que nos regalaron: ojalá sigan por esos derroteros. Y a ver si ahora se le hace a San Francisco y logran el campeonato de la NFL frente a un equipo que ya lo derrotó en esa instancia.