martes. 23.04.2024
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Mé-xi-co, bang bang

Mé-xi-co, bang bang

Es septiembre y huele ya a octubre. En unos días se celebrará en nuestro país los XIX Juegos Olímpicos. Sólo que desde la primavera los estudiantes se han empeñado en tomar las calles y manifestarse de las más variada maneras. El país se columpia y la revolución única está a punto de ponerse en entredicho, de mostrar su lado amargo y autoritario.

Antes que las porras, tronaron los fusiles. El 2 de octubre olerá a sangre. Y ese olor acompañará al país por largo tiempo. En el mediano plazo la revolución será la mera prolongación del gran sistema, renovación para mantenerse: que todo cambie para que nada cambie.

Las vidas de jóvenes mexicanos quedaron en esa trampa criminal en Tlatelolco, encerrados entre cuatro muros, tapadas las salidas, inmolados a las tres culturas, condenados al anonimato, al ocultamiento, a la pérdida de memoria del régimen responsable y de los que después han venido.

Memoria habrá, la ciega maquinaria de estado aún habrá de padecer los testimonios y los reclamos.

Duele.

No se olvida.

Tachas 17 borda un recuerdo del 68: Blanca Parra recorre las 3 estaciones del 68 desde una memoria que no le pertenece, pero sí; Jorge Vázquez encuentra ese nocturno gris gatuno que no es sólo de Carlos Fuentes; Alejandro García aún espera la gran novela del movimiento estudiantil.

Aleqs Garrigóz acaricia el lenguaje y con él el cuerpo de una mujer y lo que el contacto produce más allá del placer. Eduardo Santiago Rocha Orozco abre caminos hacia el fin del mundo.

En Memorias del subdesarrollo Heberto Castillo, gracias a una hábil maniobra de la urraca ladrona, nos entera de lo que sucedió en CU el día de septiembre que entró el ejército.

En El occipital de Einstein (Ciencia) Jesús Madrigal Melchor y Raúl Alberto Reyes Villagrana escriben sobre Espintrónica y en El Parietal de Chomsky (comunicación y lenguaje) Imelda Díaz Méndez habla de los vaivenes del plagio.

En Un ratito de tenmeallá Daniel Hernández Palestino comenta la música de Norwegian Wood; Juan Francisco Camacho, la soledad en Paris, Texas y Francisco Rangel, los bordes y las aristas de dos antologías.

Viborero promete una entrada apacible a puerto, después de aguas tan agitadas.