En la entrega 30 de Tachas nos enfrentamos a los jóvenes que en la década de los años 40 y los 50 irrumpieron en la literatura universal y señalaron su lugar específico en la vida. En los 60 algunos se fueron a la vida comunal y otros fueron perseguidos en las universidades.

A menudo retratados como adultos, los jóvenes de la generación beat no sólo señalaron la equivocada visión del mundo adulto, sino también la serie de lugares comunes en torno a la inmadurez que escondía la verdadera crueldad del mundo que los había mandado a combatir en guerras a lo largo de la historia, pero en especial a dos riñas mundiales en las que fueron usados como carne de cañón y una vez que dichos jóvenes habían limpiado de, o por lo menos derrotado a los nazis, el pendenciero mundo, encubriendo numerosas y sucedáneas ideologías totalitarias, bipolarizó el mundo.

De allí que la respuesta fuera violenta y sin cortapisas: el derecho a vivir la juventud y a separarse de los dictados del mundo adulto.

Andrea Alejandra Villegas Ortega indaga, se sorprende y nos sorprende con la generación beat y los chicos del camino. Itzel Guadalupe Núñez García comenta la novela de Kerouac no con menos azoro. Se trata de un par de lecturas hechas por jóvenes de las primeras generaciones del siglo XXI.

Ya más cercano, Irvine Welsh y sus jóvenes de la nervadura de siglos son comentados por la también joven Sandra Ríos.

En poesía Oliverio Girondo nos invita a tiritar en esta época de frío con este juego o Yolleo.

En narrativa  Cleone Valadez nos habla de un imposible y soñado tercer brazo.

En Memorias del subdesarrollo Alejandro García hace un inicial recuento de y desde Tachas 30.

En El occipital de Einstein (Ciencia) Jesús Madrigal Melchor y Raúl Alberto Reyes Villagrana proporcionan la segunda parte de los  más grandes descubrimientos realizados en lo que va de este siglo.

En El Parietal de Chomsky (Comunicación y lenguaje) Gabriela Cortez Pérez nos acerca al estudio del léxico.

En Un ratito de tenmeallá Caleb Landaverde, a través de ¿Con qué rima tima? pregunta ¿quién los nombra poetas? y Alejandro García ruega le alarguen el sueño y el contacto con una muñeca.

En Viborero siempre habrá un remanso para la juventud, ya no divino tesoro, o quién quita y sí.