VIBORERO

 

 

Gran parte de la historia de las naciones se sustenta en leyendas. En la tradición de los pueblos, los relatos han servido para producir identidad, lazos comunitarios y transmisión de valores. La ciudad de Guanajuato es pródiga en leyendas varias de ellas providentes de otras culturas y vertientes, las cuales se asocian a sus callejones y plazas, marcando con determinación el carácter de la localidad y de su gente. En la presente obra, el autor nos sitúa frente a los procedimientos de la leyenda, las formas de su composición y de su uso, así como los cauces por lo que pasa de una generación a otra. Aportación principal es la extensa recopilación y el rescate de leyendas que han circulado, unas durante décadas y otras durante siglos, que ahora se ven comprometidas ante el aplanamiento mediático de todas las culturas del mundo.

Encontrarse frente a esas leyendas es comunicarse con un tiempo mágico, a la vez que histórico. Y es comunicarse también con la imaginación de nuestros antepasados, sus símbolos, aspiraciones y sobresaltos.

Benjamín Valdivia

 

 

Ni los progresistas ni los conservadores pueden quejarse cuando sufren críticas por parte de los radicales; eso sucede todo el tiempo. Nuestros oponentes políticos deben recordar que hay mucho más de ellos que de nosotros; también deben tener presente que entre ellos se intercambian suficientes elogios, y que estos elogios les permiten prescindir de los nuestros. Por cada voz de izquierda que se atreve a asegurar que W. B. Yeats solía ser un tonto de antología, o que Isaiah Berlin no fue el genio absoluto de la leyenda progresista, hay un enorme grupo de comentaristas preparados para gritar elogios a voz en cuello. Espero que estas críticas también sean testigos del hecho de que pende sobre nosotros, aunque sea como vestigio, una especie de esfera pública en la cual uno puede intentar escribir amistosamente sobre cuestiones complejas.

Terry Eagleton nació en Salford, Lancashire, Inglaterra, en 1943. Se doctoró en el Trinity College de Cambridge y enseñó teoría literaria y cultural en Cambridge, en Oxford y en la Universidad de Manchester.

 

 

Obra ganadora del Gran Premio de la Academia Grancesa, esta novela de Éric Faye —autor reconocido por plantear con sencillez los grandes temas que afectan al hombre— se basa en un caso real para explorar el influjo que la memoria de los lugares que habitamos ejerce sobre nuestra conciencia. De profesión metereólogo, Shimura lleva una vida solitaria y metódica que transcurre con precisión milimétrica entre el trabajo y su casa, un microcosmos de orden y pulcritud a las afueras de Nagasaki. Sólo el canto ensordecedor de las chicharras es capaz de alterar una rutina tan previsible hasta el día en que Shimura cree percibir pequeños cambios en la impoluta organización de su hogar: un yogur que desaparece de la nevera, el zumo de naranja que se evapora, la tetera fuera de su lugar habitual. No parece obra de un ladrón, pues todos los objetos de valor siguen en su sitio. ¿Se trata, pues de una amante despechada, de un espíritu en busca de venganza, o incluso peor, de una alucinación? Para dilucidarlo, Shimura instala una cámara en la cocina y, perplejo, descubre la presencia de una mujer desconocida, una intrusa que lleva un año viviendo en el armario de la casa…