jueves. 16.01.2025
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Revelación

Flor Bosco

Le desagradaban los olores rancios, lo mismo que las voces desafinadas y el balbuceo del oficiante. El único momento digno era ver al monaguillo tocando una campanita mientras balanceaba el incensario. Su efecto pavloviano la hacía segregar sutiles humores. Dispersa la nube de copal,  volvía la inquietud de salir corriendo, se sentía en pecado por no extasiarse con aquella figura etérea que come y bebe a Cristo, pero esa culpa desapareció cuando, en lugar de contemplar el cáliz, desvió su mirada hacia la orla de la vestimenta litúrgica. La perturbadora revelación de unos zapatos hizo crecer una enredadera de dudas sobre el dogma. No dijo nada. Su testimonio disiparía el arrobamiento de los feligreses.

(De la serie Sombrías nostalgias)