sábado. 20.04.2024
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GUÍA DE LECTURA

Sol, piedra y sombras

Jaime Panqueva

Sol, piedra y sombras

La semana pasada asistí a un taller impartido por Jorge F. Hernández en la ciudad de León. Durante el mismo, además de aprender algunos trucos y realizar ejercicios de enfoque y estilo, me enteré de una antología que reúne varios de los mejores cuentos mexicanos de la primera mitad del siglo XX. El trabajo realizado por el maestro Hernández para el Fondo de Cultura Económica en 2008 va por su segunda reimpresión en español (2012). Curiosamente es a la vez un libro de texto en los Estados Unidos y, con el patrocinio del National Endowment for the Arts, se han impreso diez veces más ejemplares en ese país que en México, pues hace parte del programa Big Reads, que busca incentivar la lectura. Ya sea como Sun, Stone and Shadows o con su nombre en español, Sol, piedra y sombras, vale la pena dar un vistazo a los contenidos de soporte generados para lectores y profesores, así como otras lecturas recomendadas por el programa.

En ese punto se pregunta uno ¿por qué con tanto que se cacarea sobre la falta de fomento adecuado a la lectura, no se copia algo tan bien trabajado? ¿Será que sólo nos gusta copiar lo malo del vecino del norte?

Bueno, pero la recomendación de este libro va por otro lado. La selección de autores nacidos entre 1887 y 1939, que permite darnos una visión de México variada y a la vez profunda, pues reúne grandes escritores como Paz, Elizondo, Fuentes, Rulfo, Pacheco, Ibargüengoitia, García Ponce, Arreola, Reyes, Pitol. A tres mujeres, Elena Garro, Rosario Castellanos e Inés Arredondo con textos indispensables ya en la literatura mexicana. También a algunos poco ortodoxos como Francisco Tario (aquí quizás hay que decir que el seleccionado no es de sus mejores cuentos) o José Revueltas; o incluso menos conocidos como Francisco Rojas González.

Si desea ingresar por la puerta grande del cuento mexicano, busque esta antología, porque de por sí es difícil encontrar a todos estos autores juntos en un mismo ejemplar. Además, el precio lo hace muy accesible a todos los bolsillos. Transcribo a continuación un argumento final, extraído del prólogo de la antología: “Sean verídicos o de pura ficción, México es un país lleno de cuentos. A diferencia de otras culturas o idiomas, en México se puede saludar al prójimo con tan sólo pedirle que nos cuente algo y, al mismo tiempo, se puede denostar a un próximo con espetarle que lo que nos dice son puros cuentos. Más de un político o ama de casa podría sustentar la costumbre mexicana de que nos es más importante rendir cuentos a tener que rendir cuentas y en una inmensa mayoría de hogares mexicanos se sigue anunciando un cuento, cuando en realidad se va a contar un chiste...”

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